2021-03-16

La continuidad de Mario Abdo, en manos de Cartes y de la calle

“Por ahora el presidente es Mario Abdo Benítez. Sólo por ahora. Que siga depende del ánimo de la calle y de Cartes”, dicen los observadores políticos en Asunción. La verdad es que la crisis institucional y política por la que atraviesa Paraguay no tiene, por lo menos en el corto plazo, visos de solución. Es un escenario muy complejo y variable al mismo tiempo. Con una sola tendencia: agravarse.

Los que conocen la vida política en el vecino país dicen que Marito no volvió a ser el mismo después de la crisis que desató la secreta renegociación por los beneficios de Itaipú, represa que comparte con el Brasil, y que perjudicaba al Paraguay en 300 millones de dólares anuales. Le acusaron de “traición a la patria”. Ese fue el primer pedido de juicio político que enfrentó a mediados de 2019. Pudo superarlo con la ayuda de Horacio Cartes, el verdadero dueño del poder, a un altísimo costo.

Lo que no sabía Marito entonces es que se venía la pandemia, con la subsiguiente crisis económica y sanitaria, que puso justamente, otra vez, en el mismo lugar a su presidencia, a punto de naufragar ¿empujado esta vez? en las manos de Cartes. Claro que ahora es mucho más grave y compleja la situación. ¿Cuánto más grave?, preguntó este periodista. “Paraguay no puede enfrentar una nueva elección más. La economía está a punto de colapsar y la crisis por la pandemia tiene un solo futuro, empeorar”, fue la respuesta.

Lo que viene
Diputados de la oposición trabajan en los últimos detalles del libelo de acusación donde planean pedir la destitución del presidente y del vice, Hugo Velázquez, un cartista que rompió con el cartismo para aliarse con Marito. Aunque dicen que tiene buena relación con su ex líder. La acusación es por mal desempeño como consecuencia de la crisis económica, sanitaria y los casos de corrupción.

Para iniciar el proceso de destitución se necesitan 53 votos de 80. Hasta la noche de este lunes la cuenta arrojaba 37, que son 29 liberales y 8 de la multibancada. Cartes tiene 22 diputados incondicionales. Hasta ayer había dicho que no apoyaría el pedido de destitución.

Pero, como muchas cosas en Paraguay, la cosa suele ser un poco más compleja. Es que el cartismo tendría su propia fórmula. Apoyaría el juicio sólo si se plantea contra Mario Abdo, y que el vice quede fuera de la acusación. ¿A qué se debe esto? A las leyes vigentes. Si la destitución se da dentro de los tres años de mandato (se cumplen el 15 de agosto), se debe convocar a elecciones presidenciales. En cambio, si queda Velázquez sólo se deberá elegir un nuevo vice. Y he aquí el detalle final. Velázquez aparece como uno de los principales candidatos a las presidenciales de 2023. Y rival directo del pollo Cartes, su ex ministro de Hacienda, Santiago Peña. Si queda al frente de la presidencia, queda automáticamente descartado de la próxima elección. Como se sabe el vecino país no tiene reelección.

Es más oscuro
Ese es uno de los frentes fuera de control de Marito. Los otros dos son el sanitario/económico y el creciente descontento en las calles. El primero no tiene solución a corto plazo. El milagro de la llegada de la vacuna contra el coronavirus (cosa muy poco probable) podría ayudar a descomprimir la situación. Desde el gobierno dicen que en 15 días llega el primer lote. Lo cierto es que ya no saben a quién pedir, ni cómo, ni dónde ir a comprar. Pedir a Taiwán, histórico y particular aliado por su conflicto con China, era la última opción que se manejaba.

Simultáneamente el frente más grave pasa de tormenta a ciclón. Es la saturación del sistema de salud público y privado. Ayer hubo un nuevo récord de muertes. Ya no quedan camas disponibles. Este jueves el gobierno endurecerá las medidas de restricción. Los comercios, restaurantes y hoteles, se declararon en rebeldía. La economía sufre caída récord. Y la plata ya se gastó toda, incluso la de los préstamos contraídos en los últimos meses.

Que se vayan todos
Y esto da paso al segundo frente, la calle. Paraguay viene experimentando desde la semana pasada distintas manifestaciones autoconvocadas una especie del “que se vayan todos”. Son organizadas por redes sociales y día a día cambian los sectores en protesta. Muchas veces ayudado por la misma torpeza del Ejecutivo nacional. Así se van sumando descontentos, como los gastronómicos. Esta semana se añaden los campesinos y distintas organizaciones sociales. El tema es que, por su forma de organización, autoconvocados sin nexo entre ellos, el gobierno no tiene un referente/referentes con quien/quienes dialogar y neutralizar esas protestas.

¿Pronóstico próximo?: se mantendrán. La única señal de ayuda que recibió Abdo en las últimas horas fue la visita del encargado de Negocios de Estados Unidos, Joe Salazar. La prensa informó de un definido apoyo del país del norte al presidente para superar la crisis. Pero habrá que ver cómo influirá esto en la política doméstica que es donde está el incendio. Es que es público que Estados Unidos tiene “observado” desde hace rato al ex presidente Cartes por la causas de lavado de dinero que se tramitan en Brasil, con un pedido de captura internacional a la Interpol y también la presunta adulteración de marcas de su emporio tabacalero.

“Estados Unidos lo quiere preso”, comentó un observador. ¿Influirá esto en los ánimos del ex presidente? Otra vez la Justicia aparece. Es que, en el pedido de destitución de 2019, dicen que Cartes salvó a Marito de la destitución a cambio de inmunidad ante la Justicia de Brasil.

Solo y a la deriva
Y esto tiene que ver con lo otro, y no menos importante: ¿quién o quiénes sostienen al presidente? ¿Quiénes lo asesoran? ¿En quienes confía?

En Asunción dicen que Marito nunca pudo hacer pie en el poder real. Que todo el escándalo de filtraciones y de casos de corrupción y malas licitaciones que se conocieron, vienen (está la sospecha, al menos) de un mismo lugar, el cartismo. Los que conocen la administración nacional por dentro dicen que Marito no pudo colocar su gente en los cuadros medios y técnicos que están copados por cartistas que jugarían sus propias cartas según los intereses propios y del líder. Lo que coincide con la imagen que el presidente da de sí mismo, a juzgar por sus últimas decisiones: desorientado y debilitado. Y con un futuro fuera de sus manos, en manos de la calle y de un ex presidente acumula empresas y medios de comunicación con un capital estimado de 200 millones de dólares.

 

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