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A sus 53 años, sacó el mejor promedio y es abanderada

domingo 09 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
Este año retomó los estudios en la Escuela de Adultos 56.
Este año retomó los estudios en la Escuela de Adultos 56.
Victoria Bergunker

Por Victoria Bergunker interior@elterritorio.com.ar

Hilda Silva tiene 53 años y, debido a sus excelentes calificaciones en la Escuela de Adultos 56 de Posadas, este año salió abanderada de su curso y pasó a séptimo grado. Su historia forma parte de otras de distintos puntos de la provincia que se leen en las páginas siguientes a modo de destacar el esfuerzo de quienes dan todo para superarse a sí mismos.
Cuando tenía 10 años, Hilda tuvo que dejar sus estudios en Oberá -ciudad donde se crió a pesar de ser oriunda de Paraguay- y al poco tiempo comenzó a trabajar, ya que eran nueve hermanos y provenían de una familia humilde.
Si bien intentó retomar los estudios en más de una oportunidad, siempre había algo que le impedía continuar, pero este año llegó a la Escuela de Adultos decidida a pasar de año y lo hizo. A diferencia de otros compañeros, ya sabía leer y escribir pero le faltaba adquirir otro tipo de conocimientos.
En diálogo con este medio, confesó que cuando le dieron la noticia se sorprendió muchísimo, “pero me animé y estoy muy contenta”, dijo.
Hilda tiene ocho hijos, aunque actualmente son tres a su cuidado: dos niñas, de 12 y 13 años, y un varón de 18 que tiene síndrome de Down. Es por eso que todos los días se desvive por ellos y porque no les falte nada.
En este sentido, comentó: “Yo hago de todo, a veces trabajo de empleada en casas de familia, vendo verduras, voy a Paraguay y traigo ropa para vender; y así cada vez tengo distintos trabajos, siempre fui muy trabajadora”. También tiene un quiosco y los fines de semana hace sopa paraguaya, empanadas, chipa y todo tipo de comidas para vender. “Y así me amaño, nunca me faltó nada ni a mis hijos”, añadió.
Además, confesó que le encanta el estudio y en pocos días termina un curso de construcción en seco. A pesar de que le hubiese gustado terminar la primaria cuando era chica, hoy con 53 años se animó a finalizar aquello que alguna vez empezó y se siente orgullosa de hacerlo. Por eso dio un mensaje para los adultos que pasaron por una situación similar y dijo que estudien, “porque es lindo y te ayuda muchísimo”.
Por su parte, su maestra Doris Mallmann expresó la alegría que siente por su alumna: “Entre todos los promedios el de ella fue el más alto para portar la bandera. Tiene condiciones y capacidades y además es responsable”.
Dentro de la institución hay muchos casos como el de ella, aunque este año fue quien se destacó. Aunque para algunos ir a la escuela es algo cotidiano en la infancia y la adolescencia, para otros significa un nuevo comienzo en la adultez.