¿A cuánto el espejado, amigo?

La cantidad de gente que nuevamente pisó fuerte ayer en el balneario capitalino El Brete no sólo para zafar del calor, sino además por el desarrollo del circuito provincial de beach vóley, fue el escenario ideal para que este oportuno vendedor de anteojos aprovechara para sacar a relucir su panel multicolor y ofrecer su variada mercadería. El intenso calor de la jornada tampoco fue impedimento para que el hombre luciera su jean sin quedar como un completo desubicado en plena playa y le diera, por el contrario, un toque de distinción. Ahora bien, lo que los periodistas de El Territorio no pudieron chequear es si el joven que se agarra la cabeza a su lado lo hace por un punto en contra de su equipo, por una jugada malograda, o bien se lamenta tras consultar el precio de unos espejados.