Una escapada imperdible por el delta del Tigre

domingo 23 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
Las casas de los isleños, llenas de vegetación, son dignas de admirar.
Las casas de los isleños, llenas de vegetación, son dignas de admirar.
Ya llegamos al verano, una estación llena de sol y agradables temperaturas que avivan las ganas de tomarse unas vacaciones. Para estos momentos, el Tigre se presenta como esa escapada perfecta.
Las escapadas funcionan muy bien -el último fin de semana largo del 20 de noviembre viajaron 1 millón de turistas, según la Secretaría de Turismo de la Nación-. El Tigre es esa joyita de la provincia de Buenos Aires que se ubica a sólo 32 kilómetros de la Capital Federal.
Es el lugar ideal a la hora de elegir una escapadita de día completo, un fin de semana para los que viven cerca o bien planificar allí unas mini vacaciones para los que viajan desde más lejos.
Entre las actividades más tradicionales, se encuentran el colorido Puerto de Frutos, hacer un paseo de compras, un día en el parque de diversiones y caminar mucho por sus costaneras.
También se encuentra la posibilidad de tomarse un recreo frente al muelle, ahí mismo, desde donde salen catamaranes, las típicas lanchas colectivo -las que usan los isleños-, y todo tipo de embarcaciones para los turistas: lanchas, kayaks, velas, botes para paseos en grupo o individuales como las travesías para quienes prefieren remar.
Estar en Tigre es sinónimo de vida náutica y hay muchos canales y cursos de los ríos Tigre, Luján y Sarmiento para pasar el día navegando y conocer las historias que atesora este lugar como sus clubes de remo.
La espesa vegetación de sus islas, atractivos jardines de sus casas y paradores invitan a bajar y quedarse un buen rato a disfrutar de sus entornos y playas. La sensación de tranquilidad y armonía de pronto hace entrar en sintonía con los sonidos de la naturaleza y conectar con esa estadía apacible y placentera.
Por suerte, también hay lugares que ofrecen hospedarse uno o más días, algunos con piletas y spa, o bien cabañitas para sentir la experiencia directa de estar en una isla.
También hay otros puntos de interés que no pasan inadvertidos y vale la pena conocer. Uno de ellos es el Museo de Arte, al igual que una puesta de sol en una casa de té en alguno de los paradores, o bien una cena romántica con el destello de las luces chispeantes a orillas del río Tigre.
Hay mucho más para recorrer y conocer: abarcarlo todo en un mismo día no será suficiente. Y eso motiva a querer regresar una y otra vez en busca de uno de los recreos favoritos.