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Supuesto capo de la tríada mafiosa Xin que operaba desde Misiones

domingo 09 de septiembre de 2018 | 5:00hs.
Supuesto capo de la tríada mafiosa Xin que operaba desde Misiones
Supuesto capo de la tríada mafiosa Xin que operaba desde Misiones
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

La frontera da para todo. Y en ese contexto, Misiones aparece como fundamental, ofreciendo innumerables atractivos. En estos casos no precisamente para turistas, sino para cualquier delincuente que pretenda mantenerse lejos del radar que incluye su búsqueda.
Es que, como una gran lengua metida entre dos de los países más importantes de Sudamérica y separada únicamente por ríos, esta provincia seduce tanto para quedarse como para usarla de catapulta y seguir en fuga.
Por Misiones han pasado criminales sanguinarios y peligrosos. Se mimetizaron entre nosotros asesinos a sueldo, líderes de organizaciones narcocriminales, secuestradores y hasta mafiosos, que llegaron a dejar sus huellas de crueldad y muerte en los lugares por donde avanzaron.
Posadas albergó, durante buen tiempo, a un sindicado capo de la mafia china. Lo denunció su concubina, que vino con él hace más de una década, pero en el camino pasaron cosas que la dejaron temerosa, y ante eso lo prefirió en prisión antes que poniendo en riesgo su integridad física o la de sus dos hijos. Buscó protección en las autoridades.
El hombre está acusado de ser el cabecilla de la tríada Xin, tercera en rango de importancia de las que operan en Argentina, detrás de Pixiu y Panda, aunque con aceitados vínculos entre sí. Se movía con cinco identidades. 
Está sospechado de extorsionar a supermercadistas e incluso de tráfico y trata de personas, al igual que las organizaciones más poderosas que operan por delante. Pese al supuesto rango mafioso que le indilgan, cayó hace casi tres años de la forma menos pensada.
Es que con uno de esos documentos adulterados pretendió cruzar el puente internacional San Roque González de Santa Cruz, que conecta la ciudad de Posadas con Encarnación (Paraguay).
Fue descubierto, derivando en una investigación binacional que en pocos meses puso en relieve sus actividades en el mundillo delictivo.
En un juicio abreviado recibió condena por los documentos truchos, en tanto que lo otro continúa siendo investigado y los detectives federales buscan sigilosos nuevos elementos que sirvan para enrostrarle definitivamente el liderazgo de la organización.
El chino, como consecuencia de sus antecedentes, fue extraditado recientemente al país de donde es originario.

Su detención en el puente
Cuando el 8 de noviembre de 2016 el chino entregó un documento de identidad argentino (de esos reservados para los extranjeros naturalizados en este país) con nombre Lin Dao Je, de 37 años, la agente de Migraciones con la que pretendió registrar su salida hacia Encarnación dudó de inmediato.
Lo miró y lo re miró. Le pareció que el sujeto de la foto que estaba observando en el documento no se parecía en nada a quien lo portaba. Su instinto no falló.
Eso, sumado a las respuestas titubeantes a una serie de preguntas básicas, fue motivo suficiente para dar intervención a la Unidad de Procedimientos Judiciales ‘Sección Puente’ de Gendarmería Nacional, desde la que -ya con intervención judicial- se confirmó que la persona de la foto no era él sino otro casi diez años menor.
El chino, que se presentó como un simple comerciante radicado en Posadas, terminó detenido por usar la identidad de otra persona. Ese delito, luego, se transformó en una imputación por falsificación, adulteración, uso indebido de documentos públicos y falsedad ideológica, porque se descubrió que en realidad, Lin Dao Je era sólo una de las cinco identidades que utilizaba para transponer las fronteras.
Las otras eran Zhou Xiongang, Lin Gian Li, Wu Sidong y Andi Li. Todas aparecen ligadas a otros delitos cometidos en la provincia de Buenos Aires desde el año 2007, referidos a ataques y extorsiones a supermercadistas e incluso, supuestamente, al tráfico ilegal de personas que llegan bajo engaño desde las zonas más pobres de China, para ser explotadas laboralmente.

En Fujian era Xi Di
La investigación derivada de su detención determinó en pocos meses que su nombre verdadero era Lin Qian Li, nacido en la provincia de Fujian (situada en las costas del mar de China, frente a Taiwán) el 4 de diciembre de 1978.
Un informe oficial brindado por la Embajada de la República Popular China dio cuenta de que anteriormente había sido condenado por la Justicia de aquel país, por lo que su pasaporte real estaba retenido. Entonces, su radicación en Argentina era ilegal por donde se la mire, pero de igual modo se las ingenió para ingresar por pasos no habilitados, radicarse y en paralelo obtener documentación trucha en Ciudad del Este, lo que él mismo reconoció.
Información a la que accedió El Territorio en base a documentos judiciales referidos al proceso penal que enfrentó en Misiones y otros en Buenos Aires dio cuenta de que en China, Lin Qian Li era conocido con el alias Xi Di y como supuesto capo de la estructura mafiosa mencionada habría estado involucrado en el tráfico de ciudadanos chinos, primero en lo referido al envío hacia este país y después en el recogimiento, una vez que llegaban.
En ese sentido, las sospechas marcan que los entregaba a cambio de dinero a comerciantes de idéntica nacionalidad que los terminaban explotando, pero en caso de que no querían aceptarlos sobrevenía la extorsión con excesiva violencia.
Las tríadas Panda y Pixiu aparecían primero, pero Xin operaría casi en paralelo. Eso estaría probado, pero la investigación continúa con el objetivo de llegar a los vínculos que dejó el chino una vez extraditado. Creen que la organización sigue vigente.   

La condena en Misiones
El supuesto capo mafioso fue condenado a fines del año pasado a tres años de prisión por el delito de falsificación de documentos públicos y uso de documento adulterado o falso. Pero dos semanas después fue beneficiado con la excarcelación bajo caución juratoria e inmediatamente denunciado por su ex pareja (oriunda del mismo país) por amenazas de muerte.
La denunciante mencionó que su temor se veía agravado debido a que el acusado era parte de la tríada criminal que operaría en gran parte del país y tendría ramificaciones en esta provincia, lo que dio pie al inicio de una investigación del tipo federal.
La víctima, Xi X. (31), detalló que el acusado la abordó exigiendo la entrega de los dos hijos menores que tienen en común o de lo contrario -dijo- la iba a matar y que, en ese contexto, habría referido no temer a lo que pudiera pasar después porque había pagado una importante suma de dólares para estar en libertad después de recibir la condena.
La mujer dijo que, ante el contexto peligroso, mandó a sus hijos a la casa de una vecina, que llamó a la Policía. Recibió asistencia y así pudo zafar, aunque reconoció estar cansada de recibir amenazas y hostigamientos al punto de querer regresar a su país, pero no podía porque su familia también estaba en riesgo.
Sobre el supuesto liderazgo de su marido en la red criminal integrada por ciudadanos chinos radicados ilegalmente en este país, la mujer dijo que conocía cuáles eran sus movimientos, pero recién ante la agresión que había sufrido decidió alertar a las autoridades.
Igualmente, su abogado desestimó esas acusaciones agregando que mucho de lo que se habló de su defendido eran mentiras. Una especie de mito, aunque la investigación ofrezca una serie de pruebas que marcan lo contrario.
Lo cierto es que el supuesto capo mafioso chino de múltiples identidades, cuyos datos indican que tiene domicilio declarado en Buenos Aires, no sólo fue condenado en Misiones. Hace diez años, por ejemplo, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 19 de Capital Federal lo condenó a tres años de prisión más inhabilitación especial para ejercer el comercio, como autor del delito de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal. Se suma a eso la causa por lesiones y amenazas que tiene un juzgado penal de Posadas.