Sicarios paraguayos y el violento plan para salvar a narcotraficantes

En febrero de este año se conoció una noticia inédita para la Justicia argentina: por primera vez un juzgado emitió una factura para cobrársela a los narcotraficantes por procedimientos contra ellos mismos. El titular del Juzgado Federal de Eldorado, Miguel Ángel Guerrero, validó esa medida -sujeta a una condena firme- por el traslado de cuatro traficantes para que sean alojados en una cárcel de máxima seguridad en Buenos Aires.
Estos, identificados como Jorge y Antonio Guarié, Jorge Velázquez y Jorge Galeano -los dos últimos de Paraguay-, estaban alojados en el Escuadrón 10 de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) en Eldorado, luego de ser detenidos en diciembre de 2017 junto a otras once personas acusadas por tráfico de marihuana.
Además, se les secuestraron en ese entonces más de tres toneladas de la misma droga en pleno acondicionamiento y varios vehículos. Incluso, meses después una facción también fue detenida con un cargamento récord, lo que demostró su gran estructura y poder e incluso hizo que la Agencia Antidrogas (DEA) de Estados Unidos también los investigue.
Pero, ¿por qué los imputados fueron enviados tan lejos, si siempre los detenidos son alojados en dependencias del suelo misionero? La respuesta quedó reflejada en la resolución de Guerrero: “Un riesgo de fuga de modo violento”.
Según pudo saber El Territorio en base a fuentes calificadas, la continuidad de las pesquisa tras la detenciones - basada sobre todo en escuchas telefónicas-  permitió descubrir un avanzado plan de escape mediante la utilización armas de fuego y mucha violencia.
Y los encargados de ejecutarlo eran, nada más y nada menos, que sicarios paraguayos que ya estaban listos para actuar, lo que llevó incluso a reforzar las medidas en el escuadrón, que está sobre la avenida principal de la ciudad. 

El plan
Al detalle, los investigadores consultados dijeron que la intención del sindicado cabecilla, Antonio Guarié, era simular una dolencia para que lo trasladen al hospital Samic local, lugar donde los extranjeros proyectaban atacar a los efectivos para salirse con la suya. Sabían, incluso, cuántas personas son las encargadas de realizar el procedimiento y estaban dispuestos a todo, es decir, a asesinar a los gendarmes.
Más allá de eso, estaba también contemplado ingresar al escuadrón y entablar un enfrentamiento armado que hubiera sido muy sangriento, dada la tristemente célebre violencia por la cual se reconoce a los pistoleros paraguayos  de quienes se tienen varios registros en Misiones. El plan estaba totalmente encaminado, pero un retraso en la logística -al parecer para conseguir vehículos- terminó retrasando todo y les dio tiempo a las autoridades policiales y judiciales de actuar.
El procedimiento de traslado a Buenos Aires se concretó el 2 de enero y costó 485.352 pesos y 6.675 dólares (en combustible) por viajes en helicóptero y avión, lo que en ese entonces implicaba cerca de 600.000 pesos, aunque los valores deberán actualizarse. Mientras se desarrolla el proceso en su contra, los bienes de los presuntos narcotraficantes están embargados.   

Las detenciones
La organización internacional había quedado prácticamente desbaratada el primer día del mes de diciembre del año pasado, con allanamientos en distintas partes de Misiones. Se trató de una investigación conjunta con el Juzgado Federal Dos de Florencio Varela, a cargo de Federico Villena, por lo que en esa localidad del Gran Buenos Aires también se hicieron procedimientos.
El mayor trabajo se hizo en un galpón de la avenida El Fundador y Loteo Koler, en Eldorado, donde la mayoría de los detenidos fueron sorprendidos acondicionando la carga en un camión Mercedes Benz con un acoplado cargado con madera. En el lugar, se decomisaron 111 bultos de cannabis que pesaron 3.117 kilogramos y luego fueron trasladados al Escuadrón 10, mismo lugar que después planearon irrumpir a los tiros.
Sin embargo, eso no fue todo. La pesquisa señaló también propiedades del kilómetro 3, en los barrios Eldorado II y Eldorado III, sobre la ruta nacional 12, a  Puerto Libertad y Posadas. En total, aparte de los detenidos, se secuestraron otros tres vehículos, quince celulares y varios elementos para el acondicionamiento del camión en cuestión.
El Territorio pudo establecer que los trabajos sobre la logística se había iniciado un año atrás e incluyeron todo tipo de inteligencia. Las escuchas y los seguimientos permitieron recolectar información que estableció roles y perfiles que lograron evitar una matanza. 

La carga más importante
Pero se trataba de una organización que tenía sus ramificaciones que funcionaban casi de forma independiente, que volvió a ser noticia nacional meses después de su detención: Gendarmería Nacional les incautó la carga más importante de su historia y por lejos la más grande en suelo misionero. Fueron once toneladas de cannabis sativa.
Al detalle, tras 30 horas de pesaje se contabilizaron 11.923 kilos de marihuana, los cuales estaban distribuidos en 431 bultos de 20 ladrillos cada uno. Además, en menor porcentaje se encontró estupefaciente a granel esparcidos dentro del semirremolque térmico en el cual iba acondicionada la carga.
El procedimiento fue exitoso mediante una línea de investigación paralela de las autoridades del Juzgado Federal de Eldorado, quienes  habían decidido dividir las pesquisas por una cuestión de operatividad. “Son grupos celulares con puntos de contactos. Funcionan así porque no pueden o no conocen hacerlo de otro modo”, consignó un investigador para graficar cómo se manejan.
Ese funcionamiento, se detalló, consiste en seguir operando más allá de la detención o incluso muerte de uno de sus integrantes.
La pesquisa también estuvo a cargo de efectivos de la Unidad de Procesos Judiciales de Eldorado de GNA, quienes mediante escuchas y otros elementos supieron exactamente cuando se iba a movilizar la carga. Con la colaboración del Escuadrón 50 de Posadas y 8 del Alto Uruguay, quienes hicieron un operativo cerrojo y luego custodiaron la carga, el vehículo fue interceptado el 14 de febrero en la localidad de San José, a unos 50 kilómetros de Posadas.  
El camión térmico Iveco tenía precintos de Afip-Aduanas e incluso de GNA, algo que llamó mucho la atención de los uniformados intervinientes. Eso explicaría por qué la droga no estaba disimulada en doble fondos, aunque luego se declaró que toda la documentación era apócrifa.
Pero eso no era todo. Las escuchas también habían identificado a un Ford Focus que hacía de puntero o barredor, es decir que iba trazando la ruta para avisar sobre controles. El auto fue localizado por integrantes del Escuadrón de Paso de los Libres, en Corrientes, sobre la ruta nacional 14. Iban otras dos personas, que también fueron aprehendidas. Allí se escapó otro integrante, que aún es buscado.

La DEA 
Semanas después del hecho, El Territorio publicó de forma exclusiva que tanto el Juzgado Federal de Eldorado como Gendarmería Nacional empezaron a trabajar en conjunto con la DEA sobre esa organización y así avanzar a los eslabones de otros países.
Las gestiones las había iniciado la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, cuando estuvo en Estados Unidos y en su paso por Washington cerró convenios para que la agencia norteamericana tenga mayor presencia en Argentina.
Lo que se busca, dijeron entonces, es reforzar es la lucha contra el narcotráfico y otros crímenes internacionales, por lo que esos anuncios tienen directa relación con Misiones, sobre todo en la Triple Frontera.
Bullrich había anticipado que se iba a crear una “task force” con sede en Posadas -ya hay una en Salta- que contaría con la presencia de unos “5 o 6 analistas” del organismo estadounidense que tendrán acceso a las investigaciones contra el crimen organizado y así trazar acciones a seguir. Por el contrario, desde el Gobierno misionero expresaron que no habrá personal estadounidense en la provincia y que los efectivos se  capacitarán en Norteamérica.