Santa Fe se sumó al fuerte rechazo por el uso del glifosato

lunes 03 de septiembre de 2018 | 6:00hs.
En el distrito comunal santafesino se prohibió la comercialización del glifosato para el control de malezas y plagas.
En el distrito comunal santafesino se prohibió la comercialización del glifosato para el control de malezas y plagas.
El rechazo al uso del herbicida glifosato sigue multiplicándose en las ciudades de la Argentina. Tras lo establecido por Rosario, Paraná, Gualeguaychú y Concordia, entre otros centros urbanos, ahora la ciudad de Santa Fe acaba de aprobar una ordenanza que veta la comercialización y el uso dentro del ejido del producto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) vincula con el cáncer.
La normativa, además de fijar la prohibición, establece como obligación que la Secretaría de Ambiente y Espacios Públicos municipal genere “medidas alternativas para el control de malezas y plagas, en armonía con el ambiente, la salud humana y los derechos de la naturaleza”.
En caso de incumplimiento, la disposición fija sanciones monetarias que, en caso de recurrencias en la falta, puede derivar en la inhabilitación definitiva de “establecimientos, empresas y profesionales responsables”.
Respecto del significado de la medida ahora fijada en Santa Fe, referentes locales como Facundo Viola, integrante de la multisectorial Paren de Fumigarnos, aseguró que “la normativa municipal se constituye como una herramienta importante para el resguardo de la salud de los santafecinos, ya que prohíbe la venta del biocida en forma minorista”.
“Es común ver en la ciudad y su periurbano como los supermercados, las ferreterías y viveros, comercializan el glifosato como mata yuyo, algo que está normalizado y es de uso común para reducir hierbas en jardines y alrededor de piscinas. Incluso se lo puede conseguir fraccionado de forma irregular y sin etiquetas que adviertan su peligrosidad”, detalló el también comunicador.
Viola señaló que la ordenanza tiene un valor simbólico contundente en tanto erradica la utilización del glifosato en la capital de una de las provincias “feudo de la producción de soja transgénica en la Argentina”.

Empresa alemana
“Mucho se engañó a la población diciendo que el herbicida hasta se podía beber sin consecuencias para la salud. De esa forma se instaló un modelo agroindustrial. Hoy dimos otro paso para librarnos del glifosato, un veneno que mata”, concluyó.
El final para el glifosato en Santa Fe llega a tono con la condena a la multinacional Monsanto, creadora del herbicida en 1974, que deberá indemnizar con 290 millones de dólares al jardinero estadounidense Dewayne Johnson tras comprobarse que contrajo cáncer luego efectuar pulverizaciones con la etiqueta RoundUp del plaguicida.
La sanción a la compañía, que hoy está bajo control accionario de la alemana Bayer, corrió por cuenta de un tribunal de San Francisco. Johnson aplicó glifosato en predios escolares de California entre los años 2012 y 2014.
El fallo en Norteamérica reabrió la discusión en todo el mundo respecto de la validez de los controles que en su momento derivaron en la habilitación comercial del producto en los Estados Unidos.


Plaguicida en la producción y el cultivo

Según los expertos, el glifosato es una parte clave del modelo de producción de soja transgénica en la Argentina. Aunque también es determinante para el cultivo de variedades de maíz, algodón y alfalfa manipuladas genéticamente para resistir al agrotóxico.
Hoy, de los casi 400 millones de litros de plaguicidas que se aplican anualmente en la actividad agrícola local en todas sus escalas, a excepción de la alternativa agroecológica, se estima que 320 millones corresponden a variedades de glifosato.
El glifosato es el principio componente del RoundUp, el herbicida desarrollado por Monsanto de mayor difusión en el agro local aunque, vale aclararlo, en la Argentina también se ofrece bajo marcas como Zamba (comercializado por Nidera), Sulfosato (Syngenta), o Sitrin (Bayer).
En marzo del 2015 se produjo un dictamen de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (Iarc), dentro de la OMS, el cual expuso que existe evidencia suficiente para relacionar de este agroquímico con la proliferación del cáncer.

290

Millones de dólares .
Ese es el monto de la indemnización impuesta por un juez norteamericano contra Monsanto a favor de un jardinero que padece cáncer por hacer pulverizaciones.