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Policías bonaerenses y un sospechoso operativo narco en la selva misionera

domingo 09 de febrero de 2020 | 6:30hs.
Policías bonaerenses y un sospechoso operativo narco en la selva misionera
Policías bonaerenses y un sospechoso operativo narco en la selva misionera
Carlos Cardozo

Por Carlos Manuel Cardozo fojacero@elterritorio.com.ar

Los efectivos de Gendarmería Nacional tenían el dato de la movilización de una carga de marihuana en una zona ribereña de Colonia Mado, en medio de la selva misionera. Desplegaron un operativo, caminaron bastante y se ocultaron en la vegetación para “hacer la espera”, hasta que finalmente corroboraron que es información era certera.
Estuvieron observando varias horas hasta que pudieron actuar, cuando el sol ya se había ocultado y la noche era espesa. Pero no había sólo droga, también sorprendieron a un grupo importante, de siete personas, algunos de ellos quienes ya estaban cargando los bultos de marihuana en tres camionetas que tenían. 
Nada de lo que ocurrió después se lo imaginaban. Luego de detener a los implicados, estos expusieron sus placas y una orden de allanamiento del Juzgado Federal de Campana: eran cinco efectivos de la Policía Bonaerense, armados, junto a dos testigos. 
Sí, efectivos de Buenos Aires en plena selva misionera. A medida que fue pasando el tiempo, las suspicacias aumentaron y las sospechas de todos los involucrados coinciden en que esa comisión no estaba solamente por un procedimiento. 
Y la principal prueba de eso son escuchas de otra causa, en la que están detenidos efectivos de la Policía de Misiones. 
Todo ocurrió hace más de un año, el 30 de enero del 2019 y fue reconstruido por El Territorio en  base a diversas fuentes consultadas. Los gendarmes que actuaron pertenecen a la Unidad de Operaciones Especiales de Monte de Bernardo de Irigoyen. “De casualidad no se mataron”, señaló un efectivo de Gendarmería Nacional de alto rango. 
Es que la situación fue por demás tensa y transcurrió en medio de gritos. Los centinelas no le dieron margen de acción y redujeron a los policías de forma inmediata, obviamente utilizando la fuerza física y su armamento.  
Según pudo saber este medio en base a una persona que estuvo en el lugar, los bonaerenses estaban dando vueltas por la zona, ya con los testigos, desde las 4 de la tarde, pero nunca advirtieron la presencia de Gendarmería Nacional. Una vez concretada su detención, a las 23, se dio intervención a la Justicia Federal, que ordenó varias medidas. 
Todos los que intervinieron intuyeron que algo raro había detrás de esa situación. Es que si bien los policías de Buenos Aires tenían un oficio para actuar, el punto señalado estaba a unos 18 kilómetros de donde fueron detenidos. “Con todos los dispositivos de geolocalización que hay en la actualidad, es imposible perderse”, se dijo. 
En la camioneta había siete bultos de marihuana, mientras que en la selva se hallaron otros 32. “Para mí iban a pasar unos kilos por el procedimiento y el resto iban a llevar para vender allá, a nosotros nos causó muchas dudas, había algo muy raro ahí”, desconfió un efectivo de la fuerza federal. 
Se decidió que se hagan dos actuaciones, por lo cual los bonaerenses incautaron sólo lo que habían cargado y los efectivos federales secuestraron lo que estaba en la vegetación. Incluso ésto último fue promocionado por el Ministerio de Seguridad de la Nación y la ministra Patricia Bullrich en partes de prensa y redes sociales. Obviaron, claro, varios detalles ya que se dijo que la marihuana estaba abandonada. 
Los policías fueron demorados y, a pedido del juez federal de Campana Adrián González Charvay, su par Miguel Ángel Guerrero - de Eldorado -, le tomó declaración testimonial. 
“Quedaron muchas dudas sobre lo que dijeron”, describió una persona ligada al proceso. Si bien la investigación continúa en la provincia, todo fue remitido a Campana. 

Maniobra ilícita
El Territorio buscó contactarse con autoridades de la sede judicial para saber cuál es la situación de los implicados, pero no tuvo respuestas. Desde la Policía Bonaerense tampoco atendieron la consulta. 
Sin embargo, otra causa judicial que se tramita en el Juzgado Federal de Eldorado aporta pruebas que revelarían una maniobra ilícita. 
Esta pesquisa empezó en diciembre del 2018 y se posó sobre una organización compuesta por dos sargentos de la Policía de Misiones y un civil, quienes robaban armas guardadas en los depósitos de la Justicia ordinaria para luego venderlas en el mercado negro. 
La investigación sobre estas personas -que hoy están con prisión preventiva -  incluyó también escuchas telefónicas y de allí surge que los uno de esos sargentos, Diosnel Sebastián Vega (41), gestionó con el civil Oscar Alberto Ríos (48) la adquisición ilegal de un utilitario para la comitiva bonaerense. 
Por este hecho, que no se concretó, ambos fueron procesados por el mismo juez Guerrero por confabulación, delito que prevé de 1 a 6 años de prisión.  
“En el caso de Vega y Ríos, ambos mantuvieron una serie de diálogos entre los días 24 y 26 de enero de  2019, en los que realizaban ciertos arreglos para conseguir un vehículo utilitario sin papeles destinado a facilitar un procedimiento de drogas que iba a ser llevado a cabo por personal de la policía bonaerense; el día 24 de enero de 2019 Vega le pidió a Ríos que consiguiera una Fiorino o una camionetita ‘para la brigada’, ‘para merca’, y en conversaciones posteriores le explicó que el  vehículo era para efectivos de la policía bonaerense que “vienen de Buenos Aires”, y que tenían que cargar 2.000 kilos”, ‘la cargan y ahí ya incautan y la llevan a Buenos Aires’”,  se lee en el procesamiento de ambos al que tuvo acceso exclusivo El Territorio. 
Ríos admitió esa operación en su audiencia indagatoria, detallando que Vega “le había preguntado si tenía alguna camioneta porque habían venido policías de Buenos Aires y tenían que llevar lo secuestrado a esa provincia ya que estaban ‘haciendo un trabajo con autorización del juez’ y ‘tenían que llevar la droga a un Juzgado a Buenos Aires’”, agrega el documento.  
Ese “negocio” no ocurrió porque Vega le avisó que los bonaerenses ya habían conseguido el vehículo y que además éste debería ser más grande que una Fiat Fiorino o similar. Sin embargo,  acordaron conseguir otro rodado para un mes después. Todas las conversaciones fueron desgrabadas por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que realizó los informes.  
“Teniendo en cuenta que de las propias escuchas surgió que el vehículo tenía que ser ‘sin papeles’  para trasladar ‘la merca’, resulta obvio que ambos agentes tenían el conocimiento y la voluntad de comprometerse para ejecutar el plan y facilitar un elemento necesario para llevar a cabo una acción típica vinculada al transporte de estupefacientes; así, esta confabulación se consumó en el instante que Ríos y Vega se comprometieron y planificaron obtener ese vehículo sin papeles para que otros transporten estupefacientes”, concluyó el juez Miguel Ángel Guerrero en su dictamen. 
Al parecer la historia de un encuentro impensado de bonaerenses y gendarmes en plena selva misionera oculta mucho más que una desorientación.