Pasó del rugby al triatlón, bajó 24 kilos y acaricia su sueño

miércoles 15 de agosto de 2018 | 5:00hs.
Pasó del rugby al triatlón, bajó 24 kilos y acaricia su sueño
Pasó del rugby al triatlón, bajó 24 kilos y acaricia su sueño
Las siete horas diarias destinadas al entrenamiento para el máximo rendimiento en triatlón están a punto de salir a la luz en la cita planetaria. Aún falta, pero la ansiedad consume los días de Matías Mauri (32) que ya tiene todo listo para el estreno en el Mundial a realizarse en Gold Coast, Australia, del 12 al 16 de septiembre.
Justamente la palabra consume sería la indicada. El posadeño comenzó hace dos años a hacer triatlón y en este interín ya lleva bajados 24 kilos. “La gente me ve en la calle y me pregunta si estoy bien”, comentó risueño.
En sólo dos años practicando este deporte -antes jugaba al rugby en Centro de Cazadores y la selección de Miosines- lo que en papeles parecería poco pero con las horas diarias de entrenamiento es un montón para cualquier ser humano, Mauri logró la plaza para en Mundial conquistada en el Campeonato Argentino de Sprint.
Pero eso ya pertenece al pasado y el misionero se enfoca en dar lo mejor de sí en el Mundial de la Unión Internacional de Triatlón (ITU), representando a Argentina, algo que literalmente le genera “piel de gallina”.
“Pensar que voy a representar al país me da mucha emoción;  también presión, pero más por el lado de la gente que me ayudó, que es mucha”, compartió.
Es que su familia y sus amigos realizan los fines de semana arroz con pollo para solventar gastos más la ayuda que vino desde funcionarios hasta de personas que tal vez no esperaba.
“De pasajes nada más tengo 60 mil pesos; a eso hay que sumarle la inscripción -que la pagué con la tarjeta que me prestó mi mamá (risas)- la comida y la logística para moverme”, agregó el carismático triatleta.
Ahora, Mauri está en la víspera de correr dos distancias, el 13 de septiembre, la sprint de 750 metros de natación, 20 kilómetros de bicicleta y 5 de pedestrismo; y el 15 la olímpica que comprende el doble.
Lo bueno y que también lo tranquilizará en su llegada a tierras desconocidas -sin dejar de resaltar las 25 horas de viaje- será que lo espera su amigo Juan Giocondo, otro de los misioneros que participará en el Mundial y hace dos meses reside en Brisbane.
“Juan está allá, trabajando y vive en un motorhome, así que me sumaré a él y mi estadía será de esa manera”, dijo entre risas.
La cuenta regresiva está en curso, los días empiezan a tacharse pero su ritmo no para. El domingo su vida completará sus 33 vueltas al sol y lo encontrará compitiendo en la fecha el misionero de duatlón. “La torta quedará para la vuelta”, tiró.