Paradas e inmediaciones de colegios, sitios con más casos de acoso callejero

El acoso sexual callejero ha sido históricamente minimizado y naturalizado bajo el mote de piropo. Sin embargo, se trata de una forma particular de violencia hacia las mujeres, que en muchos casos supera los comentarios y gestos lascivos, llegando incluso a roces, persecuciones y exhibiciones.
La capital misionera no es ajena a este tipo de hostigamientos. Tal es el caso que según un relevamiento de episodios ocurridos a lo largo de 2018, las paradas de colectivos y las inmediaciones de escuelas son los sitios donde el acoso callejero se da con mayor frecuencia. Al respecto, Ángela Ferreyra, responsable de la Dirección de Equidad de Género, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de la municipalidad de Posadas, resaltó: “Tenemos algunos lugares identificados como por ejemplo las esquinas de Colón y Bolívar, Rivadavia y Bolívar, y este año hubo tres casos en la parada de Junín y Santiago del Estero. Además tuvimos varios casos en los alrededores de los colegios, pero hubo uno que terminó en denuncia porque hubo un intento de acercamiento de un hombre mayor a una menor, a la que además le pedía el teléfono”. Asimismo, la funcionaria apuntó que los episodios se producen a cualquier hora, pero con mayor preeminencia en el horario nocturno y la madrugada.
En coincidencia, Miriam Barboza, coordinadora provincial del grupo Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala), ratificó que las paradas de colectivos y cercanías de colegios y universidades son los sitios donde son frecuentes los acosos callejeros y puso el foco en que la falta de normativa legal condiciona el número de denuncias formales registradas. “Las mujeres no denuncian los casos de acoso callejero, no porque no lo sufran, sino porque el acoso callejero no está tipificado como un delito. Entonces, vas a la comisaría y no te toman la denuncia. Además se cuestiona a la mujer que busca hacer la denuncia por sufrir acoso. Lo que no se entiende es que muchas veces el acoso es el paso previo a una violación”, resaltó.
En esa misma línea, Barboza agregó que el colectivo que integra trabaja fuertemente para que el hostigamiento sexual callejero sea incluido como una forma más de violencia de género, dentro de la Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. “Es una de las formas de violencia más visibles y aceptadas por la sociedad. Está a los ojos de todos, pero no se puede hacer nada. Queremos que haya multas para las personas que practiquen acoso sexual callejero”.
Finalmente, la representante de Mumala en la tierra roja destacó que según una encuesta realizada a mujeres de todo el país que tienen entre 9 y 50 años, el 99 por ciento de las consultadas confesó haber sufrido algún episodio de acoso a lo largo de su vida.  Luego apuntó que además de reclamar una normativa acorde, es menester trabajar en concientizar a mujeres de todas las edades sobre la problemática. “Los horarios más comunes son por la noche y bien temprano, cuando las chicas salen de la facultad o van a la escuela. Por eso queremos empezar a visitar las escuelas y brindar capacitaciones desde los últimos años de la primaria en adelante. Este año hicimos talleres específicos sobre acoso callejero en merenderos en los barrios y tuvieron buena recepción”, apuntó Barboza. 

Comercios como refugios
Con el objetivo de contrarrestar  estas situaciones y ofrecer algún tipo de protección a las mujeres, en el mes de marzo se lanzó en Posadas una campaña contra el acoso sexual en la vía pública. La iniciativa, denominada Comercio Amigo-Lugar Seguro ya sumó 350 negocios en el centro capitalino y busca expandirse hacia los locales barriales.
Como parte del programa, los comerciantes colocan carteles en las vidrieras que indican a las mujeres que ante una situación de peligro, pueden refugiarse en el local. Además de resguardar a las víctimas de acoso en la vía pública, los comerciantes se capacitan para poder brindarles contención y aplicar un protocolo de ayuda en el que intervienen las líneas 137 y la Policía.
En ese contexto, la empresaria Norma Blanco, cuyo comercio forma parte del programa, recalcó:  “Nos sumamos a esta campaña porque es de dominio público lo que ocurre con las mujeres. Más de una vez ingresaron al negocio mujeres que estaban en shock y no sabíamos qué les pasaba. Hoy en día estamos preparados, ya que recibimos charlas sobre contención y el protocolo de acción. Queremos que las mujeres sepan que un comercio puede ser un lugar de refugio”.
Debido a que a lo largo del año, la iniciativa ha mostrado ser una herramienta eficaz para prevenir los casos, el programa municipal llamó la atención de otras comunas que ya evalúan implementarlo a partir del 2019. Asimismo se recibieron consultas de las provincias integrantes del NEA quienes solicitaron replicar el trabajo. “Nos halaga y nos entusiasma que tengan en cuenta el programa. Lo único que les pedimos es que respeten el nombre y la metodología de trabajo”, agregó Ferreyra.
De cara al próximo año, desde  la Dirección de Equidad de Género planean realizar charlas formativas y capacitaciones en colegios, institutos terciarios y universidades donde hay un gran número de víctimas potenciales. Asimismo se busca desarrollar una página web en la que se va a condensar todos los casos denunciados y otra en la que se permitirá realizar las denuncias. Finalmente, los negocios que quieran sumarse al programa podrán hacerlo de forma más simple, completando un formulario online.