Juicio a Rojas
Testigos reafirmaron violencia y amenazas
La octava jornada del juicio que investiga la organización narcocriminal Primer Comando de Frontera (PCF) desmantelada en 2020 y el asesinato del mecánico Aldo “Polaco” Canteros (31) en 2018, que tiene como principal acusado a Néstor Fabián “El Negro” Rojas, transcurrió en la mañana de ayer en el Tribunal Oral Federal de Posadas con la ronda de testigos.
En total fueron tres los que comparecieron -vía zoom- ante los magistrados. Se trató de efectivos de Gendarmería Nacional que intervinieron en las investigaciones con el análisis e interpretación de las escuchas y conversaciones de la banda. Los tres efectivos al momento de dar su testimonio coincidieron con lo manifestado por sus colegas la jornada anterior.
En tanto, el primero de los comparecientes en la mañana de ayer -sus identidades se preservan- expresó su labor en la investigación y contó detalles de las escuchas de Rojas, además de explicar cómo el acusado se comunicaba y organizaba el transporte de las drogas desde el penal de Ezeiza.
En primer lugar, explicó que intervino en las investigaciones ya a fines de octubre del 2020 y que su trabajo se basó en estar a cargo de las recepciones de las comunicaciones intervenidas. En esa línea, apuntó que en los análisis se pudo identificar a varios integrantes de la banda que operaban en Misiones, Paraguay y Brasil, siendo Tamara Maciel -pareja de Rojas- el nexo comunicacional a través de llamadas “puente”. Es decir, que se comunicaba con Rojas, ponía el teléfono en altavoz y lo conectaba con otro aparato que estaba en llamada con el interlocutor.
A raíz de las escuchas, el personal de GNA explicó que la hipótesis trazada que se investigaba a raíz de los análisis apuntaba a que se trataba de una organización internacional que se dedicaba a transportar estupefacientes desde Paraguay que ingresaba al país por Misiones y eran almacenadas en un galpón que alquilaban, para luego ser trasladada a Brasil.
Respecto de la finalidad de hacer las llamadas “puente”, el testigo manifestó que “se creía que la finalidad era porque a Rojas le hacían requisas en el penal y le secuestraban el teléfono, entonces era la única forma de comunicarse”.
Por otro lado, expresó que durante las investigaciones la fuerza nacional procedió a varios secuestros de marihuana y cocaína que eran transportadas en Paraguay, Panambí, Candelaria y Santa Ana.
En otro tramo de su testimonio, indicó que en las escuchas pudieron advertir que Rojas mandaba a “ajusticiar” a distintas personas, además de amenazar de forma muy violenta a fiscales o jueces que podrían intervenir en las llamadas, diciendo que “ellos van a caer como moscas y que ellos lo habían creado a él”.