El policía Raúl Aguirre Chais está detenido por el crimen del chofer
Pericia confirmó que salió del arma reglamentaria la bala que mató a Acuña
Las balas que mataron al conductor de aplicación Jorge Daniel Acuña (52) salieron del arma reglamentaria del único detenido que tiene el caso, el ahora exefectivo de la Policía de Misiones Raúl Héctor Aguirre Chais (26), confirmaron las pericias balísticas realizadas sobre la 9 milímetros.
El Territorio pudo confirmar con una importante fuente de la investigación que las pericias se hicieron durante la mañana de la víspera y afirmaron la compatibilidad con la bala incautada en la escena y, además, que fue accionada hace poco tiempo. Esto es una prueba clave y complica sobremanera -aún más- al sospechoso.
Como se sabe, cada armamento deja una huella única en el proyectil, como una huella digital, lo que permite saber si dos balas fueron disparadas por la misma arma. En este caso la pericia fue realizada por la Secretaría de Apoyo a las Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial y la Dirección de la Policía Científica de Misiones.
Como viene informando este medio, la necropsia confirmó que Acuña fue atacado desde atrás con dos disparos. Uno ingresó por la espalda, le atravesó el cuerpo -el asiento del conductor también estaba dañado- y quedó en el habitáculo del vehículo; el otro, en tanto, estuvo dirigido a la cabeza, y si bien no llegó a ingresar al cráneo, dañó el cuero cabelludo y quedó alojado en el torpedo de Fiat, cerca del estéreo.
Se pudo determinar mediante las marcas del auto que el homicida intentó sacarla , pero no tuvo éxito, algo que finalmente permitió la realización de esta prueba.
En este contexto, se presume que la munición que terminó siendo la mortal sí fue descartada. Los profesionales que intervinieron en el procedimiento también detectaron golpes en la cabeza, que habrían sido provocados por culatazos. Trascendió que la víctima no murió en el momento, sino que agonizó por mucho tiempo antes de dejar de existir.
Imputación e indagatoria
Aguirre Chais permanece detenido en una celda, acusado por el delito homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser cometido por un funcionario público. Fue trasladado ante el Juzgado de Instrucción Uno hace una semana, el martes 30 de julio, instancia en la que se abstuvo de declarar ante el juez Marcelo Cardozo.
La pericia balística suma un gran material probatorio que hace que los investigadores repitan que el hecho está esclarecido, como imágenes de cámaras de seguridad y la aparición de dos huellas dactilares halladas en las patentes ocultas en el baúl del Siena, que también pertenecen al detenido.
Lo que no está tan claro es el móvil del crimen, algo que podría develar las pericias sobre los once celulares que tiene la Saic, sobre todo el del detenido. Eso determinará si ambos se conocían o si hay alguna relación con el entorno de los protagonistas, como así también más involucrados en el crimen.
Cronología
La denuncia por desaparición se hizo el lunes 22 por la noche y el despliegue de distintas comisiones permitió el hallazgo del Fiat Siena que alquilaba Acuña el miércoles. Se encontraba abandonado y sin patente en la calle Pedro Correa, una cortada del barrio Rocamora frente al cementerio La Piedad.
Al analizar el coche los pesquisas dieron con las placas ocultas en el baúl, posiblemente para que no puedan ser detectadas por las cámaras inteligentes distribuidas en la capital. Fue así que los profesionales de la Policía Científica hicieron un relevamiento exhaustivo que pudo detectar huellas palmares en el interior y dos dactilares en una de esas chapas LRC 379.
A partir de allí llegó la labor de la Dirección de Investigaciones, que pudo determinar el momento en el que el coche fue abandonado el lunes y detectar al Kwid como involucrado en la maniobra. Mientras se hacían los relevamientos de los recorridos, se ubicó al Renault -tenía la particularidad de que estaba chocado- y por inercia al uniformado como sospechoso, más allá de que el auto no estaba a su nombre, sino al de su pareja -que también es policía-.
Entonces, sólo bastó con cotejar con la ficha dactilar de su expediente policial con las dos huellas recogidas para determinar la coincidencia, incluso antes de su detención. Dicho en otras palabras, está científicamente comprobado que el ahora detenido manipuló las patentes del vehículo que conducía Acuña, que aparecieron ocultas.
El recorrido
Pero el trabajo no quedó allí. Investigaciones y Homicidios, mediante el análisis de las cámaras de seguridad tanto públicas como privadas, pudo establecer lo que serían los últimos movimientos del conductor de aplicación.
Las fuentes consultadas por El Territorio detallaron que esos registros pudieron reconstruir que el lunes un Renault Kwid estacionó en calle Pedro Correa y avenida Almirante Brown. De ahí se bajó sólo el efectivo policial y caminó hasta el frente del cementerio, donde esperó hasta que llegó el Fiat Siena de Acuña, poco después de las 16.22.
En esa instancia el funcionario con prestación de servicios en la Comisaría Segunda se subió al coche, que avanzó por Brown, siguió por avenida San Martín, después la conocida ex 213 (Alicia Moreau de Justo) y finalmente el bypass, donde las cámaras ya no lo captaron más. Sin embargo, más tarde el Siena blanco hizo el recorrido inverso hasta el cementerio, donde llamativamente sólo se bajó el ahora detenido más o menos una hora después, es decir, cerca de las 17.20.
El auto fue hallado el miércoles 24 en cercanías a La Piedad. Foto: Natalia Guerrero
Se confirmó que ese día Acuña estuvo en el taller sobre la avenida Lavalle, pero antes de encontrarse con su asesino, ya que filmaciones detectaron que salió de ahí a las 16.10.
Con esto, el viernes se convirtió en el día D, con el allanamiento en la casa del efectivo policial en su domicilio de Tomás Guido y Blas Parera, entre otros lugares. Ahí se procedió a su detención e incautación del celular, prendas de vestir y el arma.
Finalmente, cerca de las 20 del mismo viernes, con la ayuda de un can entrenado, se concretó el hallazgo del cadáver de la víctima en la zona del bypass Arco-Garita, de la ruta nacional 12. El cuerpo estaba sobre un trillo que se desprendía de un camino terrado que terminaba sobre la ruta. Se encontraba en posición fetal, con los brazos hacia adelante y entre malezas, cubierto con ramas.