El forense que hizo la autopsia ratificó que el disparo que mató a Andrade fue a corta distancia

Carlos Wolhein declaró esta tarde en el juicio oral que tiene en el banquillo a los policías Matías Lohn y Fabio Boges. Reveló además que "por la onda expansiva la víctima sufrió la desarticulación del cráneo".
miércoles 10 de abril de 2024 | 17:07hs.
El forense que hizo la autopsia ratificó que el disparo que mató a Andrade fue a corta distancia
El forense que hizo la autopsia ratificó que el disparo que mató a Andrade fue a corta distancia

Con explicaciones claras, precisas y sostenidas con argumentos científicos, el médico forense Carlos Wolhein defendió el informe resultante de la autopsia que realizó al cuerpo de Reinaldo Andrade (37), asesinado en noviembre de 2019 en el paraje San Ignacio de la localidad de El Soberbio. Lo hizo ante el Tribunal Penal Uno de Oberá, donde se desarrolla el debate oral que tiene como imputados a los policías Matías Lohn y Fabio Boges (sindicados autor y partícipe necesario del homicidio agravado), y sus conclusiones fueron determinantes: "Tenía vida y el disparo se hizo a proximidad de la boca del cañón con el cuerpo", apuntando también que Andrade "sufrió la desarticulación del cráneo por la onda expansiva".

Ya lo había afirmado en un informe que obra en el expediente, luego ratificado por un perito experto de Gendarmería Nacional (según dijo), pero leerlo tratando de interpretar sus conceptos sin la posibilidad de preguntar es totalmente distinto que escucharlo teniendo la oportunidad de indagar, y a eso apostaron las defensas, no solo para aportar claridad al asunto sino también buscando fisuras en su tesis.

Es que su intervención resulta clave en este caso, sobre todo para los acusados, que sostienen que los disparos fueron a distancia y en movimiento, en medio de una persecución sobre un camino terrado que derivó en una colisión. La autopsia, sin embargo, determinó que el disparo que dio muerte a Andrade fue a corta distancia y la pericia balística es coincidente con eso, mencionado un espacio de "10 milímetros" o "el cañón casi apoyado" a la cabeza.

Pasado este mediodía, frente a los jueces Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Jorge Villalba (subrogante), además del fiscal Rodolfo Cáceres (subrogante en este debate) y los abogados defensores, Hugo Zapana y Federico Tilli (Lohn) y Gabriel Miranda (Boges), Wolhein explicó que la autopsia al cuerpo de Andrade "fue considerada de alta complejidad" y en esa línea expuso detalles de su tarea forense en la morgue, qué profesionales intervinieron además de él, a qué especialidad de la ciencia pertenecen, la importancia de la intervención de cada uno de ellos y de qué manera se hizo la pericia, de principio a fin, detallando secuencias, formas y protocolos. 

"Se encontró una lesión contusa perforante en la cabeza -producto de un disparo de arma de fuego- detrás del pabellón auricular derecho, y una segunda lesión cerca de la base de la pirámide nasal, por arriba de la ladera", dijo, acotando que esas lesiones aportaron "características de mortandad", es decir, fueron causal de muerte.

Explicó que "con un bisturí y el debido cuidado para no tocar la piel" hicieron el rasurado de un área de la cabeza por donde había ingresado el proyectil y detectaron que el orificio de entrada "tenía bordes bien definidos". En paralelo observaron "elementos compatibles con un disparo a corta distancia", mencionando "presencia de residuos (humo y pólvora sin quemar que arrastra el proyectil) y un halo de quemadura alrededor del orificio de entrada que habla de la proximidad del cañón sobre la piel", aunque en ese punto excusó de precisar posibles distancias aludiendo que "eso es materia de criminalística".

Siendo aún más explicativo, enseñó que "el orificio de entrada y de salida tienen sus características, sus variables y signos estandarizados que hacen que el forense las identifique como una u otra", y diferenció que "el orificio de salida no tiene bordes definidos, generalmente produce mayor pérdida de masa encefálica, de sangre y esquirlas de hueso". Sobre los elementos que mencionó como compatibles con un disparo a corta distancia, expuso que "el halo de quemadura aparece en instancia de vitalidad porque marca una reacción inflamatoria de la piel alrededor del orificio de entrada, no hay halo de quemadura si el disparo es sobre una persona muerta; y en cuanto a la presencia de humo en el área, si el disparo es a distancia no va a alcanzar al cuerpo porque se disipa en el trayecto, el proyectil se va limpiando en la trayectoria hasta el impacto, por eso, si tengo humo quiere decir que (la pistola) estuvo tan cerca del cuerpo que no llegó a disiparse".

"Explicado de otra forma, cuanto más cerca la boca del cañón está del cuerpo, hay más probabilidades de que el humo ingrese por la cavidad, y eso solo puede producirse con apoyo directo o con proximidad. Cuando no hay espacio interpuesto entre la boca (de la pistola) y el cuerpo, ingresa humo y partículas de pólvora a la cavidad ósea", insistió Wolhein, y ante el interrogatorio de los abogados de Lohn y Boges, respondió que "todo se verifica y certifica" y en base a eso el Cuerpo Médico Forense "determinó que el disparo fue de atrás hacia adelante, de abajo hacia arriba y desde el ángulo derecho hacia la línea media".

Se concluyó que hubo "pólvora, humo y quemadura", dijo, mencionando una vez más que "son elementos que me dan incidencia a opinar, en base además a mi experiencia, que hubo apoyo del arma o proximidad. No soy testigo ocular pero es la conclusión a la que llegué en base a los hallazgos en el cadáver y mi experiencia".

Desarticulación del cráneo

En ese tramo de su declaración, expuso otro dato relevante, y mencionó que Andrade sufrió la "desarticulación del cráneo producida por la onda expansiva producto del disparo", y fue tajante al colocar tal daño en el rango de "otro elemento de proximidad". El forense aclaró que "no hay forma de obtener desarticulación craneana si no hay onda expansiva y esa onda expansiva se produce solamente con proximidad (del arma de fuego). Es muy difícil de lograr esa lesión porque son huesos muy solidificados y Andrade era una persona joven, con huesos muy duros". 

En ese sentido explicó que el orificio de salida fue generado sin que el proyectil alcance a salir de la cabeza de Andrade, y justamente esa es una arista de la que se sostienen los abogados para defender la teoría de que los disparos fueron a distancia, desde el auto en que iban sus defendidos, y que el proyectil impactó contra la víctima con potencia atenuada por que antes perforó el vidrio de la luneta de su auto y por ende, no tuvo la fuerza suficiente como para salir generando otro orificio. Sin decirlo explícitamente, dan a entender que el poder de fuego de una pistola 9mm disparada a corta distancia haría mucho más daño, y generaría un orificio de salida.

"Para vencer la resistencia ósea el proyectil pierde mucha fuerza, luego la sigue perdiendo y no le queda suficiente para salir del cuerpo", argumentó Wolhein, y por tercera vez apuntó que en el informe forense "se describe lo que se vio, son cuestiones objetivadas y están plasmadas en el papel porque estaban en el cuerpo, es simple".

 

Policías contratados como peritos de parte cuestionaron la investigación

*Por Daniel Villamea

Jeremías Serrizuela (37), oficial de la Policía de Misiones y licenciado en Criminalística, fue contratado por la defensa de los acusados para brindar su opinión técnica sobre la mecánica del hecho que se investiga. Ante el Tribunal, expresó que su visión se apoyó en el estudio del expediente, mediante lo cual constató tres disparos en el auto de la víctima: uno en cubierta y dos en la luneta trasera. Las balas partieron desde la ventanilla del acompañante del auto que conducía Boges, es decir que el tirador fue Lohn.

Indicó que los disparos fueron a larga distancia con los autos en movimiento, mientras que uno de los disparos que dieron en la luneta continuó su recorrido e hirió de muerte a la víctima. Hugo Zapana, codefensor de Lohn, solicitó el uso de una pantalla para graficar la secuencia, a pesar de lo que calificó como "criterio atávico" del Tribunal y pidió recordar que "estamos en el siglo XXI", como también "un poco de sentido común". De todas formas, el pedido fue rechazado.

En la continuidad, el perito dijo que el proyectil perdió fuerza al chocar con la luneta, por eso no salió del cráneo de la víctima. De todas formas, respecto a las manchas de sangre que había en el interior del coche de Andrade dijo que "no se puede descartar que haya disparado con el cañón apoyado".

A su turno, la licenciada en Criminalística Andrea Strocen Schelske, también integrante de la fuerza provincial y perito de parte, cuestionó lo que consideró "la falta de preservación de la escena del crimen a cargo de la Policía", como también expresó reparos a la investigación y recolección de datos. En este punto coincidió con el oficial Serrizuela, a pesar de que ambos son policías en actividad.

Asimismo, criticó que varios sobres recepcionados por Gendarmería con pruebas del caso estaban abiertos: "Sin la adecuada cadena de custodia se pierda le certeza", aseveró.

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