El pesado antecedente del obereño acusado de violar a su hija con discapacidad

El cuerpo sin vida de Mario Gustavo M. (43) fue encontrado esta madrugada, pocos días después de que se hiciera efectiva una denuncia por abuso sexual en perjuicio de su propia hija con discapacidad y que en consecuencia, desde el ámbito judicial se requiriera su inmediata detención. Sucedió en una vivienda situada sobre calle Casco Romano del barrio Cien Hectáreas de Oberá, y un amigo del hombre, a quien había pedido refugio, lo encontró muerto tras haberlo dejado solo en el domicilio. La principal hipótesis indica que se trató de un suicidio, aunque fue ordenada una autopsia para terminar de confirmarlo.

Pero sobre el sujeto pesa otro brutal antecedente, que data desde hace casi una década y por el que estuvo un tiempo preso, hasta que hace poco más de tres años recuperó la libertad. En 2014 roció con combustible a quien era su pareja (y es la mamá de la reciente víctima) y trató de prenderla fuego, pero ella pudo salvarse y ante las autoridades expuso terribles antecedentes de violencia que sufría, al igual que sus tres hijos, menores de edad en aquel entonces.

La publicación de El Territorio del martes 23 de septiembre de 2014, marca que el violento le había dicho a la víctima "Yo me voy al infierno y te llevo a vos conmigo", previo al intento de asesinato. Recientemente, de acuerdo a la denuncia por abuso sexual, tras cometer el ultraje le pidió perdón a su hija argumentado que él no fue quien la abusó, sino que "estaba poseído". Finalmente (según la evidencia) se quitó la vida.

Se salvó de milagro

El intento de asesinato ocurrió el sábado 20 de septiembre de 2014 alrededor de las 20.30, en una vivienda de calle Casco Romano en el barrio Cien Hectáreas. La víctima fue Karina, quien aseguró que su pareja la quiso matar por celos tras revisar su teléfono celular. El acusado, en tanto, se justificó diciendo que habría encontrado a su mujer con otro hombre en la cama. El sujeto fue detenido en ese momento y acusado de "homicidio en grado de tentativa".

Si bien las versiones de ambos fueron distintas, la crónica de aquel momento informó que se pudo establecer que "minutos antes del hecho la mujer salió de su casa hasta un comercio del barrio y uno de sus hijos fue tras ella" para comentarle que su padre los había castigado.

Al llegar a la casa, con el supuesto propósito de no discutir delante de las criaturas, Mario Gustavo M. le dijo a su pareja "que subiera al auto porque tenían que hablar sobre ese mensaje que había leido en el celular de ésta, en su ausencia". Fue en esa instancia que "le recriminó y amenazó que los dos irían al infierno". Según la denuncia, el acusado "tomó una botella con combustible, la roció con el contenido y quiso prenderle fuego".

Karina -dijo- logró abrir la puerta del vehículo y escapar, porque las llamas no avanzaron en su cuerpo. De todas formas, producto del susto corrió unos metros y cayó desvanecida. Ante tremendo cuadro, sus propios hijos pidieron ayuda a familiares que residen cerca, quienes llamaron a la Policía. Luego, acompañada por personal del Comando Radioeléctrico, pudo retirar a sus tres hijos del domicilio y fue albergada en casa de una hermana.

El violento continuó un tiempo tras las rejas, sujeto a un proceso llevado adelante por un juzgado obereño, ámbito desde donde ahora volvieron a pedir su detención bajo otra grave acusación: abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo.