Miguel Auer (58) fue ultimado a balazos el año pasado en un intento de robo
Perpetua para tres acusados del crimen de un agenciero neuquino
Tres hombres fueron condenados ayer a prisión perpetua y un cuarto a 15 años luego de que un jurado popular los declaró culpables por el crimen a balazos de Miguel “Ruso” Auer, un agenciero de 58 años asesinado durante un asalto el año pasado en la ciudad de Neuquén.
En el juicio quedó acreditado que uno de los acusados, que era conocido de la víctima, actuó como entregador y junto a uno de los cómplices que se hizo pasar como cliente, engañó al hombre asesinado y permitieron el acceso a los dos restantes delincuentes para sorprenderlo en la oficina donde se concretó el crimen.
Las penas máximas recayeron sobre Jorge Marcelo Sosa, Jorge Alberto Falconi y Miguel Franco Livello, tras un pedido del fiscal jefe Agustín García y de la asistente letrada Guadalupe Inaudi, que ayer al mediodía avaló el juez Cristian Piana.
Falconi y Sosa fueron considerados coautores del “homicidio agravado y tentativa de robo”, mientras que Livello fue acusado de haber sido “partícipe necesario”.
Además, Gabriel Castro recibió 15 años de prisión de efectivo cumplimiento dado que los jurados lo encontraron por una calificación legal de menor gravedad, “homicidio en ocasión de robo”.
Intento de robo
De acuerdo a la teoría del caso de la fiscalía que fue avalada por los jurados, el 24 de octubre de 2022, Castro, Falconi y Sosa ingresaron a una oficina de “El Ruso” Auer con fines de robo.
Para eso llegaron al lugar en dos camionetas, una de ellas conducida por Livello, quien, si bien se quedó en uno de los rodados, para el fiscal desempeñó un rol fundamental en el desarrollo del plan, ya que tenía una relación de confianza previa con la víctima y fue quien le presentó a Castro.
Mientras tanto, para la fiscalía los otros tres hombres desempeñaron cada uno una función determinada en el plan: Castro continuó con un personaje ideado días atrás, cuando conoció a la víctima, utilizando un bastón, lentes de lectura y una boina; Falconi se colocó un parche en el ojo y lentes y, en una mochila, transportó un inhibidor de alarmas.
Y finalmente, Sosa llegó vestido con un traje oscuro y lentes de sol.
De acuerdo a la acusación, cuando Castro se anunció y la víctima le habilitó el paso a su oficina, los otros dos también ingresaron.
El fiscal García relató que los tres subieron por el ascensor, pero sólo Castro llegó al piso de la oficina, ya que los otros dos descendieron en la planta anterior y aguardaron en la escalera hasta que Auer le abrió al primero de ellos.
En ese lapso, Falconi acondicionó el inhibidor de alarmas y Sosa extrajo un arma de fuego calibre .40 que dejó preparada para disparar.
Cuando Auer habilitó el paso a Castro y notó que los dos restantes lo abordaban, intentó sacar un arma que portaba, pero Sosa le efectuó los dos disparos que lo dejaron gravemente herido y que le ocasionaron su muerte 11 días después, el 4 de noviembre, en el Hospital Castro Rendón.
Tras efectuar los disparos, todos escaparon en los vehículos en los que habían llegado y desplegaron el plan de fuga de dos de los imputados, que incluyó viajes a Viedma, Buenos Aires y Mendoza y cambios de teléfonos.
La investigación incluyó el análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad y de una serie de pericias que permitieron identificar a los presuntos autores del hecho.
Primero fue detenido Castro en Neuquén capital, luego Sosa y Falconi en la localidad de Las Heras, Mendoza, y por último Livello, en marzo de este año en la provincia patagónica.