Daniel Cella, flamante miembro de la Academia de Arquitectura

Contra el calentamiento, respetar el arbolado urbano en la construcción

El académico tiene obras concebidas en Posadas, como la Usina y espacio aeróbico en la Costanera. Destaca el cuidado del medioambiente y utilización de los espacios.
domingo 10 de septiembre de 2023 | 2:00hs.
Contra el calentamiento, respetar el arbolado urbano en la construcción
Contra el calentamiento, respetar el arbolado urbano en la construcción

Daniel Cella, arquitecto que reside en Posadas, forma actualmente parte de la Academia Nacional de Arquitectura y Urbanismo. En una entrevista mano a mano con El Territorio brindó detalles sobre lo que significa ser parte de esa institución. Además habló sobre los proyectos más destacados que propuso para Misiones como la Usina y un espacio aeróbico en la Costanera. También hizo hincapié en obras en las que se utilicen de la mejor manera los espacios, respetar el arbolado urbano para cuidar el medioambiente, y "la utilización de madera de reforestación y ladrillos de producción local que son tendencia en la provincia por su calidad y durabilidad".

El reconocido arquitecto se recibió en la Universidad de Belgrano en Buenos Aires en 1979, y encabeza el estudio de arquitectura Cella en la capital misionera donde dirige y proyecta obras públicas y privadas en las áreas del diseño urbano y arquitectura. También recibió el premio de la Sociedad Central de Arquitectos y el Consejo Profesional de Arquitectura en el 2014 por la obra Capilla de la Cruz de Santa Ana. Muchas de las obras de su estudio fueron publicadas en medios gráficos del país y del exterior.

 

¿Qué significa para usted ser parte de la Academia Nacional de Arquitectura y Urbanismo?
Las academias existen para reunir a un cupo de personas para debatir sobre una disciplina. En este caso es de arquitectura y urbanismo. Así también hay academias de medicina, de ciencias sociales y otras de las que participan personas elegidas por los académicos y se accede por invitación de los que ya forman parte. Hay un número limitado de plazas y se ocupa el lugar a medida que los académicos renuncian o se retiren. Allí se trabaja con pares en pos de que la disciplina mejore. Se analizan planes y acciones de urbanismo, también debates sobre edificios, los pro y contras, se trabaja con los autores de estos proyectos con mucha libertad.


¿Cuándo comenzó a trabajar en Misiones y cuáles son las particularidades de la provincia con respecto a la arquitectura?
Empecé a ejercer mi profesión en 1980 en la ciudad de Azul, un pequeño pueblo de Buenos Aires. Luego en 1987 me radiqué en Posadas, donde fundamos el estudio con mi cuñada María Antonia Nosiglia, que después se fue a Buenos Aires, pero el estudio siguió funcionando hasta la actualidad, que me acompaña mi hija, también arquitecta.
En cuanto a las características que tiene el interior es que se pueden abordar varios temas, mientras que en Buenos Aires el arquitecto debe especializarse en áreas. En Misiones se trabaja con lo que va surgiendo y lo solicitado por cada cliente.


¿Cómo define la arquitectura y el urbanismo? Misiones creció ampliamente en lo habitacional, ¿cómo volcar estas disciplinas a esta realidad?
La arquitectura y el urbanismo son dos disciplinas separadas pero completamente complementarias. Juntos representan cómo vamos a vivir. Hay un momento en que la sociedad elige una forma de vivir y esa disciplina que estudia cómo va a vivir la ciudadanía se denomina urbanismo, que está compuesto por infraestructuras que conforman los espacios públicos o privados. A partir de allí, empieza el rol de la arquitectura, que es condicionada por el urbanismo.
Con respecto al crecimiento poblacional de Misiones, hacer lugar para que la ciudadanía pueda vivir es la clave. La cuestión es cómo crecen los lugares para que estas personas puedan habitar, teniendo en cuenta la salud, la seguridad, lo educacional, las futuras avenidas y calles. Los lugares deben ser bien utilizados. La tarea del arquitecto es propositiva. Es decir, además de lo que te pide el Estado o el cliente, es importante sumar algo más.


Entre las propuestas durante su presentación en la academia hay obras en las que remarca la buena utilización de espacios.
Sí, hay proyectos que fueron pedidos y otros que son propuestas. Todos son potenciales. Las obras en la Costanera sobre la implementación del circuito aeróbico, espacio para pescadores y un puente que no estaba previsto, pero que son necesarios. Se hizo el proyecto, se estudió y estaba a punto de ser licitada, pero hubo cambio de autoridades en la Entidad Binacional Yacyretá y quedó en parate. Esta obra para Posadas sería un gran regalo.
Después hay otros que son propuestas desde el estudio, como por ejemplo el proyecto de espacios verdes de proximidad para las calles Salta y Santa Fe. En particular, es uno de los que me gusta y surgió durante la pandemia porque hacia falta estar en un lugar y no podías irte muy lejos. Se trata de calles muy anchas, que pueden generar corredores verdes sin afectar el tránsito.
También generamos un proyecto para mejorar la capacidad de los hospitales con unidades transitorias, el tema salud es un tema que nos interesa mucho y proponemos mejoras en cuanto a las infraestructuras. Por otro lado, está la Usina que busca ser un museo cultural -proyecto que lleva el estudio adelante-. Se trata de un trabajo fascinante que -en primer lugar- debe restaurarse y luego ponerlo en funcionamiento para ser utilizado. Este último va en un proceso lento porque quedó bajo el nivel del río y requiere de obras que contengan el agua y hay muchas acciones que se deben hacer.


¿Cuáles son las características a destacar de los materiales de producción local como madera y ladrillos?
Se dice que la madera es el material del siglo XXI, es el material que sí o sí hay que usar. Lo que falta es elevar los estándares de calidad. Al igual que todos los productos que están relacionados a la madera como protectores, aislantes. Es un material que captura carbono. El árbol captura carbono mientras crece, si se corta, se cae y se pudre, libera. Por lo tanto, la única forma de mantener el carbono es hacerlo tabla. Por ende, es importante usar madera de reforestación como pino impregnado por CCA -la actual técnica-, y eucalipto de plantaciones. En las obras utilizamos este tipo de maderas, y hay que trabajar en ello. La madera es un producto en potencial también. Por otro lado, en mi presentación en la Academia destaca el ladrillo hecho en Misiones que está compuesto por barro ñaú y con un proceso que sólo existe en la tierra colorada.
El uso de los materiales locales es una tendencia, no es algo nuestro. Va en auge porque son de calidad y tienen mayor durabilidad. La vivienda de madera debe tener galería, y aleros para que no ingrese agua. Lo importante es que quien se vuelque a esta construcción -la cual cada vez debería haber más- sepa que la vivienda de madera no es barata, cuesta lo mismo que una de material. Lo que sucede es que hay viviendas de una calidad más baja, que compiten con las de durabilidad.


En cuánto al cambio climático, ¿qué construcción podría ser más viable para una zona como Misiones con altas temperaturas y con tormentas cada vez más fuertes?
El cambio climático es una realidad y una de las soluciones sería construir casas más aisladas, con una mejor respuesta al cambio climático lo que significa aleros, paredes más aisladas y generar sombras. En esto hay responsables: los propietarios -que deben construir con aleros, galería, doble techo y materiales que aíslen- y los encargados de respetar el arbolado urbano. Esta última es la única herramienta comprobada para la lucha contra el cambio climático. Hay cientos de estudios que demuestran que con los árboles la temperatura es menor bajo la sombra.
Un ejemplo donde se respetó el arbolado urbano es el proyecto de obra de la restauración de la Municipalidad de Aristóbulo del Valle. El edificio está rodeado de árboles de más de 40 años. Nos metimos a la infraestructura sin tocar ningún árbol.
Otro punto importante es no construir cerca de los arroyos y humedales. Lo que sucede en Itaembé Guazú en el sector tres -un proyecto solicitado por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha)- se aleja del borde del arroyo generando un espacio para huertas urbanas.


Por último, ¿la vocación fue algo imprescindible para plasmar cada propuesta y trabajo durante todos estos años?
Sí, la vocación, el trabajo en equipo, quienes te acompañan con las ideas. La academia, los premios, y los reconocimientos sirven de inspiración para las generaciones futuras. Lo puede plantear una persona común y corriente, pero amerita tiempo, cabeza, voluntad y horas de estudio. Más precisamente esfuerzo por querer mejorar y que el proyecto final sea inspirador.

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