Veterinarios: los que viven diariamente el dolor del abandono

domingo 06 de agosto de 2023 | 17:12hs.
Veterinarios: los que viven diariamente el dolor del abandono
Veterinarios: los que viven diariamente el dolor del abandono

En la conmovedora labor diaria de sanar a criaturas desamparadas, los veterinarios enfrentan situaciones extremas con determinación. Su labor, aunque a menudo desgarradora, es un recordatorio de la importancia de la empatía y el compromiso en la protección y cuidado de los animales.
El veterinario Santiago Fioranelli, describió el panorama que enfrentan regularmente. Desde cachorros abandonados hasta víctimas de accidentes automovilísticos, los animales llegan a las clínicas con huesos rotos, caderas fracturadas y patas inmovilizadas. En ocasiones, la situación es aún más desgarradora, con casos de politraumatismos que dejan a las víctimas con órganos expuestos y lesiones internas, generando una impactante escena.
Cristian Reinaldo, también médico veterinario, compartió su visión sobre la lucha constante por la recuperación. Recordó con cariño a “Negro”, un gatito que enfrentó una fractura de mandíbula y presión intracraneal. El felino pasó 23 días en su clínica, siendo alimentado a través de una sonda esofagogástrica mientras luchaba por sobrevivir. También compartió la  historia de “Tayo”, un gato con problemas en la columna que necesitaba fisioterapia constante. Gracias a la dedicación del equipo y a la adopción amorosa de una cuidadora, Tayo encontró un hogar donde finalmente pudo experimentar la felicidad.
La veterinaria Daniela Marchesi recordó a una mascota que llegó con una herida en el lomo hecha por cortes con machete, por la que la piel y los músculos habían sido arrancados, dejando al descubierto sus huesos. Marchesi habló sobre el desafío de ganarse la confianza de un animal agresivo, cuyo temperamento era una respuesta al maltrato que había sufrido. A través de meses de atención constante, la mascota finalmente se adaptó y encontró un hogar.


Por su parte, Federico Geisler compartió su impacto emocional al presenciar el sufrimiento que enfrentan estos seres vulnerables. “La mirada de dolor y angustia en los ojos de los animales es una imagen que no se te borra nunca”, aseguró.
Desde la primera línea de batalla, estos profesionales de la salud animal comparten su perspectiva sobre la cruda realidad y las pequeñas victorias que encuentran en su incansable labor. “Desde que se arranca la carrera en la facultad, se sabe que nos vamos a encontrar con estos casos de animales maltratados, pero la realidad es que uno cae y se da cuenta de lo grave que es la situación cuando empezás a trabajar”,  dijo Fioranelli y enfatizó: “Muchos animales a veces son abandonados por los propios dueños y eso es algo que choca mucho”.
Por otro lado, Reinaldo compartió su asombro ante el nivel de negligencia que observa: “Mi interés era curarlos, ver cómo iban mejorando con los tratamientos, pero con cada caso me voy sorprendiendo del nivel de desidia de quienes quieren tener un animal de compañía como si fuera un adorno que no requiere ningún cuidado”. Sin embargo, encuentra gratitud en las pequeñas victorias: “La mayor recompensa que tenemos es su agradecimiento, son los mimos que nos hacen cuando se sienten mejor”.
Marchesi compartió cómo la empatía es una fuerza impulsora para el cambio: “Cuando estudié veterinaria nunca me imaginé que me iba a encontrar con este nivel de maltrato y abandono. El 80 por ciento tienen dueño, si contáramos todo lo que vemos sería muy crudo porque la mayoría llegan en un estado que no se sabe por dónde empezar a curarlos”. A pesar de los desafíos, Daniela ve el potencial del cambio colectivo: “Si cada persona pusiera su granito de arena se podría lograr que haya menos animales sufriendo”.
Geisler, cuya historia familiar lo conecta con esta causa, señaló la necesidad de una regulación más estricta: “Siempre supe, desde que empecé a estudiar, que este tema de los animalitos maltratados no va a cambiar hasta que haya una entidad real que haga seguimientos y haga cumplir la normativa de propiedad responsable”. En medio de los desafíos, Geisler encuentra consuelo en las pequeñas alegrías: “Poder ver esas caras sin dolor. Esos ojos vivaces y ese tan preciado movimiento de cola hacen todo reconfortante”.


Poca ayuda, maltrato en aumento
En todos los pueblos y ciudades los veterinarios trabajan incansablemente para brindar atención médica y cuidado a los animales desamparados. Su trabajo no sólo impulsa la salud de los animales, sino que también inspira a otros a unirse en la causa de brindar una segunda oportunidad a aquellos que más lo necesitan.
En este marco Fioranelli comentó que hay animales que llegan a sus manos sin dueño, rescatados por personas de buen corazón que no pueden dar la espalda a una vida necesitada. A veces, el desafío radica en encontrar a los dueños originales de estos animales, ya que algunos simplemente no tienen la intención de cuidarlos. Reinaldo explicó que siempre se espera que haya un responsable designado por cada paciente, ya sea alguien que los adopta o actúa como cuidador temporal durante su recuperación. En la misma línea, Marchesi  destacó la colaboración entre particulares, grupos de amigos y asociaciones que rescatan animales. A menudo, estas asociaciones actúan como un puente para los animales que no pueden acceder a atención veterinaria. En situaciones donde el dueño no tiene los recursos para el cuidado, la persona responsable se encarga de los aspectos económicos para garantizar que el animal reciba la atención que merece.
Geisler señaló que todos los veterinarios, de una manera u otra, atienden a estos animales sin dueño. Los nuevos “responsables” no sólo proporcionan apoyo financiero, sino también amor, cuidado y, en última instancia, un nuevo hogar.


Recursos faltan, amor sobra
En un entorno donde la economía enfrenta un panorama desafiante,  se vuelve más complejo tratar a animales en condiciones de abandono. Las preocupaciones sobre la accesibilidad y los costos asociados con la atención médica y quirúrgica se vuelven parte del problema del maltrato.

Santiago Fioranelli, señaló que los tratamientos pueden variar desde una simple recuperación por desnutrición hasta intervenciones quirúrgicas complejas. Esto evidencia la divergencia en la inversión requerida, dependiendo del estado de salud del animal, destacando que el alcance financiero varía drásticamente.
Reinaldo contó que la falta de historial médico conlleva un abordaje a ciegas, donde los diagnósticos y tratamientos son ensayos y errores costosos. Desde análisis de sangre hasta cirugías, los gastos se acumulan, generando una inversión económica considerable.
Para Marchesi, la prevención  es esencial, debido a que es una inversión mucho más sensata. La detección temprana de enfermedades evita el agravamiento de los problemas de salud, aliviando la carga financiera a largo plazo.  Geisler agrega su voz, destacando la responsabilidad compartida entre veterinarios y rescatistas. Señala que muchos colaboradores están dispuestos a cubrir costos de insumos y medicamentos, trabajando juntos en beneficio de los animales necesitados.z

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