El ritual rocanrolero volvió a Posadas con la esperada presentación de Las Pelotas

Umma, como nueva sede del nicho recitalero, se convirtió en un espacio colmado, como pocas veces visto en este último tiempo, repleto de viejos amigos. A puro rock, casi sin interrupciones entre tema y tema, salvo algunas acotadas alocuciones de Germán Daffunchio, con su característica voz rasposa y casi inentendible, el público misionero celebró durante una hora y media.

En la previa, una nueva banda de históricos músicos se ocupó de calentar los músculos para el pogo. Estallando sobre el río con los reconocidos 'Nono' Freaza en guitarra, Jorge Zapelli en voz y guitarra, Osvaldo de la Fuente en bajo, Sergio Centenaro en voz y Héctor Arce en batería; probaron que el escenario no les queda grande y que con un sonido impoluto pueden despertar la admiración del público que los despidió con fuertes aplausos y chiflidos de aprobación.

Así, finalmente después de una característica previa que para algunos incluyó ‘asadito con mandioca’ en el kiosco de la esquina, a las 22.35 la banda que hoy integran Daffunchio, Gabriela Martínez (en bajo), Tomás Sussman (guitarra), Sebastián Schachtel (teclados), Gustavo Jove (batería), y Alejandro Gómez Ferrero (trompeta) apareció envuelta en una potente luz roja y a pura distorsión rockera.

Más allá de que los 20 años de Esperando el milagro fueron excusa para esta gira que comenzó en una bodega en Mendoza y que busca recorrer el país, la banda hizo un repaso por toda su trayectoria y sus hits más ovacionados sonaron también en la noche posadeña.

Con ese mensaje de que todavía falta un clivaje para que Argentina pueda emerger de la constante crisis que la aqueja, la emblemática agrupación ofreció todo su power rock para un público que claramente lo sigue hace muchos años y que en su mayoría peina canas, o ya se despidió de su cabellera.

A poco del inicio y previo a Víctimas del cielo, Daffunchio agradeció a los locales por cuidar la selva y los bosques. Después se dedicó a tirar algunas preguntas como disparadores de los temas que vendrían como un “¿sentís algo loco?” al lanzar Siento, luego existo.

Combate, Qué Podes Dar?, Tormenta en Júpiter y Desaparecido fueron algunas de las primeras en sonar, seguidas por Si Supieras, Dando Vueltas, Como Se Curan las Heridas -que animó cual clásico lento a levantar las manos y agitarlas con palmas- mientras entre los hits más celebrados estuvieron Será, Bombachitas rosas,Ya no estás -uno de los más coreados- y Personalmente.

Tras varios amagues de despedida a la espera del pedido de bises, llegaron Pará con la papa, papá, Capitán América y ya cerca de las 00, los espectadores marcaron a coro el hit que evidentemente faltaba en la lista: Shine, que sonó como elevado corolario.

El ambiente afable ensalzó la jornada porque más allá de que el lugar estuviera visiblemente atestado, la escena del rock convierte al mundo en un pañuelo y la contundencia de bandas como Las Pelotas, hacen que todos digan presente. Así, en ese entorno de folclore entre futbolero y bolichero, a cada paso se encontraba un compinche, colega o vecino.

“Impresionante la buena onda de los misioneros”, anticipó Sergio Centenaro, el vocalista de Estallando sobre el río anunciando lo que sería una noche plena, agitando rock de vieja escuela.