El principal acusado confesó que apuñaló a Napy Ferreyra: "Del susto le pegué un cuchillazo"

Pablo Daniel Espíndola apuntó que Ferreyra "era un tipo jodido, violento, decía que era dueño del barrio y estaba acostumbrado buscar pelea", y agregó que "tenía 19 años, sentí mucho miedo porque nunca había pasado por eso".
jueves 27 de abril de 2023 | 14:29hs.
El principal acusado confesó que apuñaló a Napy Ferreyra: "Del susto le pegué un cuchillazo"
El principal acusado confesó que apuñaló a Napy Ferreyra: "Del susto le pegué un cuchillazo"

La segunda jornada de debate oral por el asesinato de David Anselmo "Napy" Ferreyra (20), en el Tribunal Penal Uno de Oberá, contó con declaraciones relevantes. De entre ellas sobresale la del principal acusado, Pablo Daniel Espíndola (21), quien confesó haber sido autor de la puñalada mortal pero llevó el hecho a un supuesto acto de defensa por un ataque previo. "Me hago cargo, lo lastimé pero nunca fue con la intención de matarlo. Del susto le pegué un cuchillazo", admitió.

En su relato de los hechos ante los magistrados -Francisco Aguirre (presidente), José Pablo Rivero y Horacio Paniagua- el imputado como autor del delito de homicidio simple dio su versión de los hechos sucedidos primero en la casa de Laura Viviana Batista (24) y Alexandro Mario Becker (20) -acusados de partícipes secundarios- donde estaban festejando el Día del Trabajador aparentemente junto a la víctima; la esposa de éste, Karina Sandra Pio, la madre (Gladis Barboza) y hermano de Batista (Lorenzo Isidro, alias caño de escape), además de Darío Alejandro Pio, cuñado de Napy y quien en la causa aparece imputado como partícipe primario; y después en la calle, cuando -dijo- caminaba hacia su casa en compañía de Pio.

La primera parte de su relato coincidió con el de Batista y Becker, dando cuenta de la presencia de Napy Ferreyra armado con un cuchillo en la casa donde estaban celebrando, refirió que hubo una discusión con amenazas y forcejeos, que en ese contexto lo persuadieron para que entregara el cuchillo pero que más tarde golpeó en la cara al dueño de casa cuando éste decidió poner fin a la música y que la mamá de Batista fue atacada con un serrucho por el propio Napy después de pedirle que se retirara de la propiedad.

Espíndola sacó de la escena del crimen a la pareja dueña de la propiedad diciendo que "Batista se quedó atendiendo a Becker que estaba sangrando y a su mamá que tenía un corte en la cabeza, y con Pio agarramos el camino para ir a lo de mi hermana". En ese tramo su versión es distinta a la que declaró la mayoría de los testigos: "Íbamos caminando a pocos metros cuando de golpe sale Napy del monte y le pega un serruchazo a Pio. Yo tenía el cuchillo que era de él porque Laura (Batista) me había dado para que tire cuando estábamos en la casa y en ese momento, del susto le pegué un cuchillazo pero no vi donde le pegué. Yo estaba muy asustado porque es agresivo y decía que iba a matar a todos", declaró ante los jueces.

En esa línea agregó "me hago cargo de que lo lastimé pero nunca fue con intención de matarlo, fue por susto porque sale y le pega el serruchazo a mi compañero, que se larga a correr pero yo me quedo ahí, entonces le largo el cuchillazo de la nada y salgo corriendo también con el cuchillo, que después escondí en el jardín de mi casa".

En respuesta a las preguntas de su abogado defensor, José Bridier, en relación a la conducta y forma de vida de Napy Ferreyra, el confeso asesino apuntó que "era un tipo jodido, violento, decía que era dueño del barrio y estaba acostumbrado buscar pelea", y agregó que "tenía 19 años, sentí mucho miedo porque nunca había pasado por eso".

Espíndola también desmintió a los testigos que declararon que la víctima fue atacada en patota, en su casa, sin tener posibilidad de defenderse. "No fuimos en patota a matar a Napy como dicen, tampoco es cierto eso de que Pio lo sujetó. Nos atacó en el camino por eso reaccioné mandando el cuchillo y después salí corriendo. Nunca entre a lo de Napy, no sé donde vive", insistió.

La versión de Pio

La confesión de Espíndola fue en sintonía con lo que declaró momentos antes su consorte de causa Darío Alejandro Pío, planteando la hipótesis del supuesto ataque inicial de su cuñado Napy Ferreyra. "Estábamos en una ronda tomando tranquilos hasta que Napy saca un puñal y comienza a jugar contra la pared diciendo que era dueño del barrio, que iba a matar a alguien o lo iban a matar, le pedimos que se tranquilizara y Laura (Batista) hizo que entregara el puñal para guardar. Más tarde Napy quiso pegarle a mi sobrino, me metí y me atacó, también le agarró del cuello a Espíndola. Igual seguimos tomando hasta que Becker hizo parar la música, recibió una piña en la cara y ante eso la mamá de Batista lo saca a Napy, que se va pero vuelve tirando piedras. Con Espíndola decidimos retirarnos".

"Camino a casa Napy sale del monte con un serrucho, me ataca y me lastima el brazo (dice que tiene una cicatriz y la muestra a los jueces) entonces corremos. La Policía nos detuvo al otro día diciendo que nosotros lo matamos", lamentó y en esa línea aclaró: "Pero yo no vi cuando lo hincaron, no estaba ahí, no lo sostuve ni agarré como dicen", acusando a la hermana de Napy, Julia Rodríguez, y a la viuda, Karina Sandra Pio, de "combinar las declaraciones".

"No me dejes morir, ayudame", últimas palabras

Una de las declaraciones más fuertes de la jornada fue de Julia Rodríguez, hermana de Napy. "Estaba durmiendo, no recuerdo la hora pero me desperté con un alboroto en la calle, gritos, gente que tiraba piedras, botellas. Miro desde mi casa y vi que mi hermano pasó corriendo y atrás de él un grupo de personas. Se metió a su casa y embocaron todos atrás. No sabía qué había pasado, tampoco me quise meter porque no era asunto mío y decidí no salir, me volví a acostar", recordó la mujer, ilustrando de alguna manera una noche álgida en un barrio peligroso de Campo Viera en el que "ni la policía quiere entrar cuando se le llama".

Dijo que pocos minutos después de aquello el grupo se retiró, reconociendo entre ellos a los cuatro imputados, y comenzó a escuchar pedidos de auxilio: "Empecé a escuchar que mi hermano gritaba, pedía ayuda", dijo, por lo que salió a buscarlo pese a la oscuridad y lo encontró herido de muerte en un trillo que atraviesa un monte que está situado en la parte trasera de la casa donde vivía. "Ya no pude hacer más nada. Me dijo con el último aliento 'no me dejes morir, ayudame', y que el que lo apuñaló fue Darío, Gordito".

Pese al testimonio de los acusados que calificaron a la víctima como violento, la hermana, ante la inquietud del abogado Bridier respondió: "No usaba cuchillos, no usaba serruchos, era una buena persona, trabajador".

En esa misma dirección orientó su testimonio la viuda, Karina Sandra Pio, quien apuntó a todos los implicados -entre ellos su propio hermano-, poniéndolos en situación de persecución de patota armada con palos, piedras, machete y cuchillo, lo que desvirtúa la coartada de la legítima defensa que desde un primer momento intentaron imponer los acusados.

"Esa noche atropellaron mi casa, entraron y rompieron el techo, el vidrio del ropero, las cosas que había, todo, buscando a Napy. Cuando lo agarraron lo tenían apretado, le daban piñas, patadas, le golpearon entre todos y le sacaron parte de la ropa en el forcejeo. Él pedía que lo soltaran. 'Ya me hicieron la maldad, suéltenme', gritaba, y yo estando con nuestro bebé en brazos quería defenderlo pero no podía con todos, les decía que iba a llamar a la Policía y Laura (Batista) me recriminó que no sea buchona, que ellos iban a ayudar a mantener a mi hijo", recordó angustiada.

Ese ataque fue situado en el patio de atrás de la casa donde vivían, donde no hay energía eléctrica: "Napy no podía moverse si mi hermano le tenía agarrado. Cuando le sueltan ya estaba herido, quiso correr al monte que da al fondo y le seguían tirando piedras", dijo y ratificó haber visto en la escena a los imputados, además de la mamá de Batista, de quien dijo "no estaba herida", tal como afirman los implicados al mencionar que había sido cortada con un serrucho.

Samuel Pellizzer también declaró haber visto "una pandilla corriendo" atrás de Napy Ferreyra. "Era un alboroto, tiraban piedras, botellas, un griterío, por eso me metí a la casa", dijo, recordando que "después del quilombo el muchacho gritaba feo, pedía ayuda y fui a ver qué pasaba, pero estaba tirado en el suelo casi muerto, había mucha sangre".

Lorenzo Isidro Batista (18), un tarefero conocido con el apodo "caño de escape", hermano de Batista y cuñado de Becker, aportó un testimonio beneficioso para los suyos pero demoledor para Espíndola y Pio. Dijo en una primera instancia y luego ratificó que vio al primero apuñalar a Ferreyra mientras el segundo lo sujetaba.

"Estaba durmiendo, me levanto con un alboroto y veo a mi cuñado con sangre en la cara porque Napy le había pegado, también le había cortado la cabeza a mi mamá con un serrucho. En medio de eso Pablito (Espíndola) le pidió el puñal a mi hermana y salió". Dijo que el crimen ocurrió en el patio de la casa de Napy: "Solo ellos dos (Espíndola y Pio) fueron, mi mamá estaba en la casa sangrando porque le dolía la cabeza y Laura le ayudaba a limpiar la herida. Después escucho que Pablito le dice a Pio 'lo maté chabón, qué hago con el cuchillo' y se van corriendo".

Su relato, en parte, fue coincidente con lo que contó la viuda un rato antes. "Entraron a la casa de Napy, golpeaban el techo y preguntaban dónde está, hasta que lo encontraron afuera, en el terreno. Pablito lo apuñaló mientras el cuñado le agarraba del cuello. Lo tenían contra la pared", dijo, acotando que observó la secuencia desde un negocio cercano donde se ubicó "para chismosear".

Cabe señalar que el joven, que hace poco recuperó la libertad por su presunta vinculación en el asesinato de Antonio "Toño" Ledesma (21) en el mismo barrio de Campo Viera, fue colocado por algunos testigos en la casa de Ferreyra junto a los demás acusados.

Durante el debate de la jornada tanto el arma blanca como el trozo de madera y un serrucho, parte de la evidencia principal, fue exhibida tanto a los acusados como a algunos testigos, quienes reconocieron como parte de lo utilizado aquella fatídica noche.

Mañana a las 8 serán los alegatos y tal vez se conozca el veredicto de los jueces. Primero será el turno de la fiscal Estela Salguero, luego de las defensas: José Bridier para Espíndola, Matías Olivera para Pio, José Padolski para Becker y Beatriz Beltrame para Batista.

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