Emoción, alegría y euforia en la segunda noche

domingo 04 de diciembre de 2022 | 6:00hs.
Emoción, alegría  y euforia en la segunda noche
Emoción, alegría y euforia en la segunda noche

Pese a la incertidumbre y al mal tiempo, la segunda luna del 53° Festival Nacional de la Música del Litoral se vivió a pura fiesta y emoción en el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. Es que la lluvia -que por momentos amenazó con levantar la fiesta- no opacó la alegría litoraleña y la noche desplegó talento y diversión.

Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la presentación del Chango Spasiuk. El apostoleño entró al Alcibíades Alarcón con el acordeón que tocaba de niño, el mismo con el que dio sus primeros pasos en la música. Feliz de volver a su Tierra Colorada, agradeció al público el amor de siempre y se mostró notablemente emocionado por la respuesta de los misioneros que, pese al mal tiempo, colmaron las gradas del anfiteatro para escuchar su música durante media hora.

Además del Chango, otro de los destacados de la segunda grilla fue Antonio Tarragó Ros, con una presentación alegre y bailantera -como tiene acostumbrados a sus seguidores-. Con su acordeón y el sombrero que lo acompañan a todos lados, desplegó unos cuántos chamamés que avivaron al público a entonar unos sapucays.

Y en el medio de su presentación, el músico fue sorprendido por el máximo galardón de la fiesta. Antonio Tarragó Ros recibió el Mensú de Oro en reconocimiento a su distinguida trayectoria y su aporte a la cultura litoraleña. Conmovido hasta las lágrimas y con un público que lo ovacionó de pie, compartió con todos el reconocimiento y agradeció el cálido abrazo del que se sintió en un aplauso que duró varios minutos.

Seguidamente, Los Encina, y Evolución Danza subieron al escenario para seguir con la grilla artística y compartir su talento. Al igual que Rulo Grabovieski, que se adelantó a la grilla, ya que por la lluvia muchos artistas se bajaron de la presentación y la programación debió modificarse. Pero él llegó con sus 4 Ases para animar la fiesta y brindar un show que animó a todos a bailar al son de la kolomeika y las polquitas.

Los encargados de cerrar la jornada festivalera fueron los chicos de Ahyre que con solo tres años de trayectoria vienen pisando fuerte en todos los escenarios del país. La presentación se hizo esperar, pero el público celebró coreando todas las canciones y los románticos del folclore desplegaron un show emotivo e íntimo.

Así, desafiando al mal tiempo, la segunda antorcha litoraleña brilló hasta las primeras horas de ayer, con música, baile, mucha presencia del público y sobre todo, amor por las raíces.

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