Un farol rescatado de la basura y del olvido
Solitario y de gran presencia, este farol fue testigo y cómplice de cientos de posadeños y vecinos, iluminando el Parque Paraguayo de Posadas, hasta que fue reemplazado.
Desde su origen, su función fue no sólo alumbrar, sino ser soporte de parejas, escuchar quizás declaraciones de amor, secretos, risas y llantos.
El Parque Paraguayo constituyó durante años el único mirador de la ciudad, el punto de contacto con la costa de Encarnación.
A lo largo del tiempo, el parque constituyó el inicio de una relación de balcón con el río, donde estos faroles daban luz al predio para aquellos noctámbulos que paseaban contemplando al Paraná.
Esta reliquia fue rescatada de la basura hace más de 20 años. Cuenta su galán, este héroe que prefiere mantenerse anónimo, que la rescató de entre escombros y otros desechos en un contenedor; al verla, supo que el valor no era económico sino histórico y cultural.
