Día de la construcción: Un mensaje para los arquitectos del futuro

miércoles 17 de noviembre de 2021 | 11:31hs.
Día de la construcción: Un mensaje para los arquitectos del futuro
Día de la construcción: Un mensaje para los arquitectos del futuro

El día de la construcción es también una buena ocasión para hablarle a los futuros profesionales. A aquellos jóvenes que están estudiando o quieren dedicarse a la arquitectura y a la construcción.
En primer lugar quiero felicitarlos por estar y elegir a la Arquitectura, una carrera apasionante. El hombre a lo largo de la historia fue reflejando sus progresos, sus pensamientos y su vida a través esta disciplina, y ahora, llega el turno de ustedes para hacerla. Creo que para conocer a una cultura, la mejor manera de empezar es: por su comida y por su arquitectura, y la arquitectura no engorda.


El taller de diseño será el espacio más importante en su etapa de formación, se refleja en su carga horaria, y es allí donde realizarán sus primeros planos en la carrera, las primeras maquetas, los primeros proyectos.
Una obra es algo complejo, que podríamos hacer de dos maneras:
Podríamos ir construyéndola de a poco y a medida que pasamos tiempo ahí, vamos arreglando las cosas que nos van quedando mal, mejorando lo que nos quedó bien y tendríamos por resultado una obra de artesanos, a fuerza de prueba y error.
O podríamos hacerlo de otra manera.


Podríamos programar las necesidades del usuario, planificar lo que vamos a hacer, dirigir técnicamente la construcción, controlar el uso racional de los materiales, administrar al personal y con todo esto obtendríamos: una obra profesional, fruto de arquitectos aplicando sus conocimientos.


Para ser arquitecto, no piensen que necesitan un título -eso es una formalidad necesaria, pero nadie es o deja de ser por lo que diga un papel- sepan que un arquitecto es un intelectual que produce un trabajo estudiado. Vitruvio, Brunelleschi o Paxton, no tenían el título de Arquitecto, pero se convirtieron en Maestros de la Arquitectura.
 Paxton era un jardinero creativo, gran constructor de viveros y de preciosos jardines de invierno, en Londres -hacia 1850- los organizadores de una feria, buscaban construir un pabellón de exposiciones y abrieron un Concurso de proyectos. Para el evento, buscaban algo que fuera económico, fácil de construir, y que reflejara la modernidad de esa época.


Los proyectos que se presentaron eran obras con fachadas monumentales, arquitectos que con sus tratados y sus órdenes dibujaban detallados pórticos con escalinatas. Y Paxton, presentó como propuesta una gran Palacio de cristal. Una caja de varios pisos, con esqueleto de acero y toda envuelta en vidrio, así era como él cosntruía sus jardines de invierno, que podía armarse y desarmarse. Paxton no solo ganó el concurso, su Pabellón hoy es considerado la primera obra de la arquitectura moderna.
Recuerden siempre que un arquitecto es aquel que se sienta a pensar lo que va a hacer en una obra -el diseño es un plan mental- y para cada cosa que hace de su trabajo tiene una explicación y un fundamento. Deben conocer detalladamente a su cliente. Preguntarle su opinión, y tomar siempre nota de lo que necesita.


Busquen material sobre casos similares a lo que van a hacer, para tomarlos de referencia. No se queden con lo que encuentran en Google, vayan armando la estantería de sus escritorios. Revisen revistas, libros, vayan a la biblioteca. Saquen fotos con el celular de las buenas ideas, hagan fotocopias de las obras que quieren llevarse con ustedes al tablero, o impriman en blanco y negro (son plantas, cortes. No necesitamos impresiones láser color en papel ilustración) y armen carpetas en sus computadoras.
Les recomiendo a todos que tengan una libreta, preferentemente que las hojas no sean rayadas ni cuadriculadas, los arquitectos usamos hojas blancas, lisas. Y un lápiz, siempre a mano. Esto les va a permitir empezar a hablar con dibujos, nuestro lenguaje es el dibujo. Tomen nota de sus ideas, esquematicen las cosas que van pensando, hagan borradores de todo lo que se les vaya ocurriendo.


Cuando viajo y me olvido mi libreta, tomo una hoja blanca y la doblo al tamaño de mi billetera, pero siempre tengo en mi bolsillo los croquis de las cosas que estoy diseñando.
En 1957, se abrió el Concurso para construir un nuevo teatro en la bahía de Sidney. Se presentaron cientos de proyectos con sus plantas y maquetas. Y un arquitecto -que tenía una muy buena idea- solo presentó ese croquis hecho a mano, de su libreta.
El Jurado, cuando vió esto, no entendía nada. No lo podían creer.
Por suerte, a un miembro del Jurado -el Arq. Eero Saarinen- también le pareció que había una buena idea en ese croquis. Entonces, lo llamaron al dueño del dibujo y le dieron más tiempo, para que presente los planos como corresponde. A los pocos días lo dieron por Ganador, así se construyó la Opera de Sidney, diseñada por el Arq. Jørn Utzon.
Con el tiempo irán mejorando sus diseños, sus propuestas. Las fotocopias de otras obras, las impresiones de plantas con buenas ideas, y los croquis borradores serán el registro del proceso de crecer que experimentarán.
Este es su momento de que empezar a trabajar como arquitectos. Son los constructores del futuro. ¡Buena suerte!

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