Tintura e impresión artesanal

Pañuelos con color y aroma autóctonos

María Isabel Kleinubing confecciona pañuelos únicos a mano, con telas y materia prima orgánica. El aroma y el color de la yerba mate y la tierra colorada, los preferidos de sus clientes
miércoles 30 de junio de 2021 | 6:05hs.
Pañuelos con color y aroma autóctonos
Pañuelos con color y aroma autóctonos

Es imposible vivir en una selva netamente de cemento e incluso al construir inmensas estructuras, la visión humana está dirigida a la naturaleza. Añoramos ese contacto, ese pedacito de tierra que nos remita al enlace con las raíces. Aromas, colores, formas, que nos inspiran. Toda esa materia prima es la que utiliza María Isabel Kleinubing para confeccionar sus diferentes líneas de pañuelos y accesorios con tintes naturales e impresiones de hojas, entre otros detalles. El color y aroma de la yerba mate o de la marcela, por ejemplo, se convierten en un regalo exclusivo, de la mano de esta emprendedora misionera.

Oriunda de Puerto Rico, hoy vive en Posadas y desde hace años que se dedica a crear diseños únicos. Cientos de capacitaciones para ir mejorando paso a paso y agregando valor, miles de pruebas-error hasta encontrar los distintos procesos que le permiten entregar un producto final de calidad.

El calendario marca las temporadas de recolección de materias primas locales como nuez pecán, yerba, marcela, hojas de eucalipto, mandioca, santa rita, liquidámbar y más. Cada detalle en un camino de mesa, una pashmina o una funda, tuvo su cuidada evolución. Ordenada y precavida de no revelar los laboriosos secretos que hacen a sus objetos únicos, María muestra la ‘cocina’ de sus pañuelos.

En el patio de su casa, donde mayormente elige trabajar, salvo que el frío espante, tiene una gran mesada bajo la cual se despliegan decenas de botellas y botellones rotulados. Son sus tintes ya preparados para agilizar los pedidos.

Además, en una caja con separadores guarda variedades de hojas y flores silvestres, secas, procesadas también de distintas maneras, listas para utilizar.

En realidad todo arrancó cuando en una de las tantas crisis por las que pasan este país y los que viven en él, decidió en 2003 focalizar su energía en un proyecto que fuera prometedor. ‘‘Hacía muchas cosas y por ende nada en profundidad. Una vez que me enfoqué en la línea de pañuelos, nunca dejé de producir pañuelos’’, detalló quien se confiesa amante de las plantas y la naturaleza.

En el inicio, usaba la técnica del batik y aunque buscaba darle un valor diferencial, fue por más. Hija de inmigrantes alemanes e italianos, recordó cómo su madre teñía los huevos en época de Pascua. Algunas veces las cáscaras para rellenar con maní, otras incluso los huevos duros se volvían coloridos antes de llegar a la mesa. Allí nació la idea y comenzó la búsqueda de técnica y su perfeccionamiento.

‘‘Empecé a indagar cómo lo hacía mamá. Hice toda una investigación de cómo era su técnica porque encima yo soy la hija más chica, así que le pregunté a mis hermanas, a mis tías. Investigué, investigué, hasta que empecé’’, contó la curiosa emprendedora.

‘‘Me llevó más de un año de laboratorio’’, entendió al resaltar que para ese entonces, además del empujón inicial que le dio la ong Redsol, ya era parte de la iniciativa Hecho en Misiones, que le dio acceso a un mundo de capacitaciones. ‘‘Ahí fue el segundo puntal y el más fuerte. Me facilitó capacitaciones de todo tipo mientras tanto iba experimentando’’, deslizó.

Libros, Google, conferencias, diseño, packaging, todo fue consultando y sumando Kleinubing para hacer crecer su negocio.

La participación en ferias también le dio llegada directa al público, contactos, ideas, nuevos usos y ganas de ir por más. ‘‘¿Cómo aprendés si no te capacitás?’’, destacó la mujer que hoy es maestra de una de sus nietas de 17 años, la candidata a heredar el imperio de Mik Exclusiva.

Buscando nuevamente un plus para sus textiles, profundizó la capacitación y comenzó un nuevo laboratorio de experimentos con hojas nativas.

‘‘Estaba a la pesca de algo que otros no tienen o no hacen y así me contacté con una mujer de Brasil y fui a hacer una capacitación básica de la técnica de impresión de hojas. Vine y experimenté otro año, prueba-error para saber cuál es la hoja que larga pigmento, cuál sirve y cuál no. Nadie sabe, nadie lo dice, se encuentra experimentando’’, relató a la vez que así como los tintes dan diferentes colores según el proceso, también con las hojas se encuentran distintas tonalidades y efectos en la tela. A su vez, pueden imprimirse cual sello, donde se observan pormenores mínimos como su nervaduras y también en ‘negativo’ simplemente dándole vida al pañuelo con la forma de la flora.

Las estaciones rigen en parte el trabajo de María Isabel. ‘‘Estoy tipo hormiga todo el año’’, definió ella. “Cuando tengo que hacer tintes, busco la materia prima, por el ejemplo el achiote, la marcela o las nueces”. En stock suele tener para producir 12 o 13 tintes fijos ya cocidos en sus botellas y cada tanto va innovando. Los autóctonos, como la yerba y la tierra colorada, son los que más solicitados. Pero bien lucen también la cúrcuma, la cochinilla, la nuez, la marcela y el índigo.

‘‘Tengo una satisfacción porque sé que mi producto es posta’’, confesó al detallar que gracias a ferias como la FAM, llegó a todo el país o incluso al mundo. ‘‘Mis pañuelos viajan por todos lados’’, remarcó y recordó que Bernardo Neumann, asiduo cliente, le recomendó poner las especificaciones de la etiqueta también en inglés.

Vestir una prenda de Mik es toda una experiencia y como toda labor artesanal, realmente cada resultado es único. Siempre he considerado la naturaleza como la ropa de Dios, reveló el místico músico Alan Hovhaness. Y abrazar la suavidad del algodón con un aroma tan característico como el de la yerba o la marcela, llevarlo al cuello como accesorio, como abrigo, como gargantilla, más que colorido lujo o adorno es una conexión directa con el espíritu de la tierra.

Para agendar
Tintes naturales
En Instagram se puede ver algunos de los productos que Mik confecciona y ofrece en ferias locales.

Para imprimir hojas en la tela, cada elemento lleva un proceso. Fotos: Natalia Guerrero
La tierra colorada le da el tono a este chal con detalles de crochet.
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