Ex legisladores piden poner en agenda el cuidado del acuífero

Un grupo de ex senadores y diputados de la Nación manifestaron su preocupación por el futuro del Acuífero Guaraní que dicen goza de buena salud pero es necesario reforzar los controles sobre esta reserva de agua dulce para asegurar su sustentabilidad con el paso del tiempo.

El Acuífero Guaraní es una gigantesca reserva de agua dulce que se encuentra debajo de la superficie de Misiones. Su extensión subterránea de 1,2 millones de kilómetros cuadrados se extiende desde el sur de Brasil, el este de Paraguay, el norte de Uruguay y el Litoral de Argentina. Representa una de las mayores reservas de agua del mundo. Los ex senadores y diputados nucleados en el Círculo de Legisladores de la Nación, realizaron un encuentro virtual el miércoles pasado donde convocaron a distintos expertos en la materia para analizar la situación jurídica, económica y social del acuífero guaraní.

El Territorio dialogó con la senadora con mandato cumplido Mabel Muller, que fue la encargada de moderar el encuentro. “Sabemos que la gente hoy está con la pandemia y los problemas económicos como prioridad, pero nuestra obligación como legisladores es mantener una agenda actualizada de temas estratégicos para el desarrollo del país y allí figura el Acuífero Guaraní como un recurso natural que es necesario conservar y cuidar para las futuras generaciones”, manifestó la legisladora.

Seguidamente resaltó que “si bien en Misiones la existencia del acuífero es conocida porque la provincia está ubicada sobre ese recurso natural, en el resto del país en general no hay un conocimiento. Por lo tanto es importante generar conciencia social en esta materia”.

En el encuentro organizado por los legisladores, a través del Instituto de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales (Ieeri) participaron representantes de organizaciones no gubernamentales y científicos de universidades públicas y privadas. En esa reunión, el doctor en Ciencias Naturales y licenciado en Geología de la Universidad de La Plata Jorge Santa Cruz señaló que “dada la gran extensión del Acuífero Guaraní y las particularidades del mismo, al pretender aplicar el concepto de equitativo y razonable en la asignación soberana concreta de agua subterránea a cada parte, se choca con elementos hidrogeológicos y jurídicos muy difíciles de compatibilizar y cuantificar”.

En ese sentido el especialista sostuvo que “los términos jurídicos empleados en los acuerdos internacionales como perjuicio, sensible, equitativo, razonable son confusos y nada definitorios. Es necesario avanzar hacia acuerdos transfronterizos que delimiten áreas concretas a lo largo de la frontera política común, para poder proteger y controlar mejor el cuidado del acuífero”.

Evitar la contaminación
Durante el encuentro Santa Cruz destacó que “la salud general del acuífero es buena, pero hay que cuidar las zonas de recarga para evitar que sea contaminado por agroquímicos y desechos de asentamientos humanos”. Añadió que “debemos evitar los abusos, su contaminación y todo lo que pueda perjudicar su sustentabilidad para las generaciones futuras. Los riesgos de una mala explotación de este recurso nos puede llevar a tener presencia continuas de sedimentos de agua, reducción de caudales y de temperaturas”.

Seguidamente señaló que “la reserva de agua dulce del subcontinente es un recurso natural sólo renovable a muy largo plazo, por lo tanto resultan fundamentales todos los esfuerzos de cuatro países que lo contienen para asegurar su protección”.

Remarcó que “el Acuífero Guaraní tiene una reserva de 30.000 km cúbicos, con una recarga anual de 5 km cúbicos y una reserva explotable de 2.000 km cúbicos. Se calcula que la edad mínima es de unos 40.000 años”. Y definió a “los acuíferos” como “cuerpos con rocas y poros, similares a una esponja” que en el caso del Acuífero Guaraní “debe ser objeto de permanentes estudios para saber algo de su futuro”.

Para Santa Cruz los estudios sobre este acuífero “son interminables porque el mapa debe ser objeto de permanente actualización, debido a que no se ubica a una profundidad estable a lo largo de toda su extensión, donde en algunos lugares puede estar a más de mil metros bajo tierra y en otros aflora a la superficie”.