El desafío mbya de mantener vivas las artesanías

La viralización por redes sociales de la imagen de una carpeta para la escuela confeccionada con técnica artesanal de los mbya guaraníes trajo a colación el valor de esta costumbre tradicional de los pueblos originarios y también incentivó a algunos vecinos de la comunidad Perutí a dar a conocer su trabajo y crecer en la producción.

Orlando Héctor Cabrera nació y se crió en la aldea Perutí. Tiene cuatros hijos, dos de ellos van al secundario y otros dos a la primaria en las establecimientos que funcionan en la comunidad. Por esta razón surgió la idea de confeccionar carpetas escolares, además de otras artesanías que fabrican en el lugar. La viralización de esas obras de arte generó que mucha gente se interesara por el producto y se convirtiera así en una salida económica.

 En la comunidad mbya de Perutí habitan más de 200 familias, de las cuales algunas se dedican a la artesanía como actividad secundaria o bien como salida económica en los momentos en que merman las cosechas como la de mandioca, producto que suelen vender para sostenerse.

 Cabrera es uno de los coordinadores de las comunidades mbya y suele recorrer otras comunidades, tarea que le permite expandir sus conocimientos para que se siga manteniendo esta tradición a través del tiempo.

 “Las carpetas las hacemos con mi prima, ese trabajo lo aprendí de ella, que también maneja las redes sociales y a mí me cuesta un poco, pero es de gran ayuda para dar a conocer lo que hacemos y poder vender”, relató en diálogo con El Territorio.

“Aprendí a hacer artesanías mirando, también hago tallado en madera, pequeños animales, pero en estos momentos quiero hacer carpetas, hay muchos pedidos y espero que esto sea un incentivo para que vuelvan a hacer artesanías, que es una salida más. Mirando se aprende, se trabaja con un cuchillo filoso, muchas veces cortándose, se sale a buscar tacuarembó, tacuapí y güembepi”, expresó.

 Recolectar los materiales para la artesanía en el monte puede llevar un día entero o más, y a eso se le debe sumar el proceso de confección de las piezas artesanales, lo que hace que el producto tenga un valor agregado.

Si bien no es la actividad principal para la economía de las familias mbya, ya que la gran mayoría se dedica la producción de la chacra, sí viene a ser un salvataje en épocas en que disminuyen los ingresos por las ventas de frutas y verduras.

 Interesados pueden comunicarse al número 3751-550603.