Prevención de la Tortura comprometió asistencia y seguimiento del caso

Tiene 15 años y denunció que policías le colocaron una bolsa en la cabeza

El adolescente fue detenido por una patrulla del Comando Centro. “Le hicieron cantar el himno y si se equivocaba lo golpeaban en la cabeza”, detalló un familiar
martes 15 de diciembre de 2020 | 5:15hs.
Tiene 15 años y denunció que policías le colocaron una bolsa en la cabeza
Tiene 15 años y denunció que policías le colocaron una bolsa en la cabeza

Los rastros de la violencia se prolongan por el rostro y la cabeza de un menor de 15 años que denunció haber sido víctima de policías que lo golpearon y torturaron, al punto que le colocaron una bolsa plástica en la cabeza y lo amenazaron con asesinarlo si contaba lo sucedido.

El hecho se registró en la madrugada del último domingo, luego que una patrulla del Comando Radioeléctrico Centro de la Unidad Regional II detuvo al adolescente por avenida Andresito y calle Costa Rica de Oberá.

Los agresores serían tres efectivos de la citada dependencia, según detalló la víctima.

Ante la gravedad del caso, ayer los familiares tomaron contacto con referentes de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT), quienes se comprometieron a brindarles asesoramiento y realizar el seguimiento del caso.

También en la víspera, el menor fue asistido por una médica particular que constató hematomas y excoriaciones en la cabeza, por lo que le recetó analgésicos y antibióticos.

Asimismo, deberá someterse a una serie de estudios complejos, como tomografía y fondo de ojo, esto último porque existen serios indicios de desprendimiento de retina.

En tanto, en diálogo con El Territorio, integrantes de la familia precisaron que el adolescente se halla en tratamiento psiquiátrico, por lo que lo acontecido el fin de semana no haría más que complicar su estado de salud.

“Él comenta que le dieron patadas en la cabeza y le pusieron una bolsa en la cabeza. Le hicieron cantar el himno y si se equivocaba lo golpeaban en la cabeza. Todo el rato le decían que lo iban a matar. Dice que levantaba la mirada y le pegaban, pero vio que eran tres”, detallaron.

Dolorido y asustado

Los familiares solicitaron la reserva de sus identidades, primero para preservar al menor y, segundo, por temor a represalias de los policías implicados.

“Tenemos mucho miedo de que nos marquen, que nos manden a hacer algo”, subrayaron.

Todavía conmovidos por la agresión y las amenazas que padeció el adolescente, indicaron que desde hace un tiempo vienen afrontando problemas familiares que incidieron en la conducta del chico de 15 años.

“Él está con tratamiento psiquiátrico y el sábado de noche se escapó, entonces llamamos a la Policía para solicitar ayuda en la búsqueda. En primera instancia acudieron dos efectivos de Motorizada, le mostramos una foto para que lo identifiquen y fueron muy amables. A su vez les pasaron la información al Comando y quedamos a la espera”, precisaron.

Tras varias horas de angustia, en la madrugada del domingo recepcionaron un llamado solicitando que se presenten ante la Seccional Segunda para retirar al menor.

Una vez en el lugar, el personal de guardia les informó que alrededor de las 3 de la mañana lo encontraron por avenida Andresito y Costa Rica.

El procedimiento estuvo a cargo de personal del Comando Radioeléctrico, quienes en primera instancia lo trasladaron a la Sección Quinta de Cien Hectáreas y luego a la Segunda, en el otro extremo de la ciudad.

“Cuando lo vimos todo golpeado no podíamos creer lo que le hicieron. Tienen los ojos inyectados de sangre, la cabeza y los oídos hinchados. Está muy dolorido y asustado. Es un desastre lo que hicieron”, lamentaron.

Posibles secuelas

Ante la consulta de sus familiares, el menor detalló la saña desplegada por los uniformados del Comando, quienes lo habrían golpeado y colocado una bolsa de plástico en la cabeza, tal como indicó.

En consecuencia, en las horas posteriores se contactaron con la Seccional Segunda para tratar de obtener detalles del procedimiento, pero desde la guardia deslindaron todas las responsabilidades en el personal a cargo de la detención.

“Llamamos a la Segunda para saber quién era responsable por lo que le hicieron y nos respondieron que el Comando. Entonces llamamos al Comando y nos dijeron que la Segunda. Es decir que se pasaron la pelotita unos a otros”, reclamaron.

Ante la consulta de este matutino, desde la Unidad Regional II argumentaron que el menor fue demorado porque habría tratado de ingresar a un vehículo estacionado, propiedad de una suboficial de Policía que se hallaba de franco.

Precisamente, la mujer y otras dos personas que la acompañaban se percataron del hecho, retuvieron al menor y llamaron al Comando.

“A nosotros, como familiares, nos informaron que estaba tratando de abrir autos, pero eso no les da derecho de pegarle como lo hicieron. Las torturas y amenazas que le propinaron. No hay justificativo. Tampoco tenía armas y es menor”, subrayaron.

En la víspera se dedicaron a atender la salud del chico, quien se halla muy angustiado por la situación padecida, al tiempo que recibieron asesoramiento por parte de funcionarios de la CPPT respecto a los pasos legales a seguir.

“Es terrible lo que le hicieron, lo pudieron haber matado. No hay justificativo para lo que hicieron y rogamos que no le queden secuelas”, agregaron.


Se escapó esposado del Comando

En otro hecho que involucró a efectivos del Comando Radioeléctrico Centro, el viernes por la noche un joven detenido logró burlar la seguridad de sus custodios y escapó estando esposado, episodio que derivó en un sumario administrativo interno, confirmaron desde la UR II.

El implicado fue identificado como Braian C. (19), quien esa misma jornada fue detenido bajo sospecha de sustraer una garrafa de diez kilos.

Alrededor de las 22, vecinos del Comando estucharon gritos y observaron a un grupo de policías que perseguían a un joven esposado, quien escapó por una ventana e ingresó al barrio Gunther.

Minutos más tarde los mismos uniformados regresaron con el implicado. La situación derivó en incidentes, ya que los vecinos reclamaron que los policías se excedieron en el uso de la fuerza y desmayaron a golpes al sospechoso.

En cambio, desde la UR II indicaron que en dicho procedimiento el personal fue atacado con piedras, palos y botellas.

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