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Nuevos detalles tras la desarticulación de la banda que dirigía

Los planes de los rapais, el brazo armado del PCF que dirigía el Negro Rojas

Sicarios brasileños eran los encargados de matar al juez Verón, pero también fueron contratados para sacar al capo narco de la cárcel y hasta el secuestro de un empresario

miércoles 18 de noviembre de 2020 | 0:40hs.
Los planes de los rapais, el brazo armado del PCF que dirigía el Negro Rojas
Un gerdarme con uno de los fusiles incautados en la casa de Baden. Foto: Sixto Fariña
Un gerdarme con uno de los fusiles incautados en la casa de Baden. Foto: Sixto Fariña

Hablaba en serio. Cuando Néstor Fabián Rojas les ordenó a sus secuaces en Posadas que le hagan inteligencia al juez Fernando Verón hablaba en serio. Su plan era sacarlo del medio y para ello tenía los contactos de sicarios brasileños a quienes contrataba cada vez que los necesitaba. Los llama ‘rapais’, término que usan los paraguayos para referirse a los originarios de Brasil.

El líder y creador del Primer Comando de Frontera (PCF) ya había gestionado que esos asesinos ingresen al país con el terreno preparado. Ellos iban a traer las armas y municiones para luego subirse a una motocicleta ya gestionada e interceptar al titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas en un semáforo. Sin embargo, las fronteras se cerraron y las restricciones por el avance del coronavirus frustraron esa empresa.

Pero ese no fue el único encargo que hizo el señalado múltiple asesino desde su celda, según detallaron importantes fuentes que lo investigaron durante más de un año. Es que los análisis de celulares incautados y las escuchas telefónicas revelaron más trabajos para lo que sería el brazo armado del PCF. Un brazo contratado, pero valor al fin.

Dos de ellos, el rescate del propio Rojas de una cárcel misionera y el secuestro de un empresario de esta provincia, se pusieron en marcha y se vieron frustrados por obra del destino.

“No ocurrió una masacre de casualidad”, se dijo.

El primero data de julio del año pasado. El Territorio entonces publicó en su edición del día 14 ‘Trasladaron al Negro Rojas a otra cárcel por riesgo de fuga’.

La alerta llegó a los uniformados del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) por parte de una persona cercana a Rojas, familiar de uno de sus laderos que no quería que quedara involucrado en ese plan criminal.

Según investigadores de Gendarmería Nacional Argentina (GNA), días antes lo había ido a visitar Luis Miguel Baden (35) a la cárcel, para coordinar todos los detalles. La idea era que Rojas simulara una enfermedad y así sea trasladado a un centro asistencial, donde emboscarían el vehículo oficial.

El trabajo de Baden, como quedó demostrado este año, era albergar y trasladar a la mano de obra proveniente de Brasil. Y eso hizo. En esos días de julio se instaló con tres brasileños en Oberá para llevar adelante el plan, aunque varias cuestiones hicieron que el rescate de Rojas se vea frustrado.

Primero, la denuncia al SPP y segundo, la detención de otro brasileño, sorprendido  por Gendarmería la madrugada del lunes 8 de julio en un control a la altura de Urugua-í, sobre la ruta nacional 12.

El hombre, de 39 años entonces, fue identificado como Marco Antonio S. D. S, oriundo de Río de Janeiro y llevaba consigo un fusil de asalto semiautomático calibre 5.56 sin número de serie, además de cinco cajones de mecanismos con cañones y cinco cargadores de ametralladoras con capacidad para 25 municiones. Un verdadero arsenal.

El foráneo había entrado en un auto por Puerto Iguazú y se dirigía a Posadas, donde se supone que lo iba a recibir el posadeño Baden. Al sujeto se lo asoció rápidamente con el PCC y si bien en primera instancia intervino la Justicia ordinaria, el caso recayó luego en el Juzgado Federal de Eldorado, que lo investigó por contrabando de armas.

Así, el plan de rescatar a Rojas de la Unidad Penal II de Oberá nunca llegó a concretarse y cuando Vanesa Da Luz (32), esposa de Baden, leyó en las noticias que lo habían trasladado, le mandó mensajes a su esposo para que frustre la operación. Baden, Da Luz y los dos hermanos de ella en la actualidad están detenidos con prisión preventiva por el plan para matar a Verón.

En los operativos del 26 de mayo de este año por este caso, luego de la detención del sujeto -que estaba con Andy León Torres, cuñado de Rojas-, Gendarmería halló otro fusil 5,65 milímetros, municiones, estructuras de otras armas y ropas de la Policía Federal que se cree iban a ser utilizados en ese hecho.

Los brasileños en San José

El sábado 14 de septiembre cuatro brasileños fueron detenidos en el puesto Centinela, de San José, por efectivos de Gendarmería Nacional. No llevaban documentos ni emitieron ninguna palabra, en la camioneta Honda HR-V con patente argentina se descubrió un imponente armamento, además de silenciadores, precintos y ropas de la Policía Federal Argentina como chalecos y chombas.

Los ocupantes fueron Jociel Brinck Guterres, Hemerson Olivera Machado, Josué Silva de Aguiar y Fabio Moreira de Oliveira, asociados a la organización criminal Bala Na Cara - que opera con el PCC-, estrechamente ligada con Rojas, ya que a ellos se le atribuye la compra de marihuana y cocaína, que exigían que sea siempre de máxima pureza.

En total se incautaron siete armas de fuego: dos pistolas calibre 9 milímetros -las que usan las fuerzas armadas-, cuatro de .380 milímetros y una de .40 milímetros. Ninguna de ellas tenía la documentación pertinente. Los implicados quedaron a cargo de diferentes fuerzas en Posadas y luego llevados a la cárcel de Ezeiza, donde fueron alojados con el Negro.

La investigación de los efectivos de GNA estableció luego que Baden los había albergado en Posadas. Les había llevado pizzas y habían salido a la ruta a hacer un reconocimiento.

El plan, según se estableció, era secuestrar a un empresario residente en una localidad ubicada sobre la ruta nacional 14 para luego llevarlo a Santo Tomé, Corrientes, donde lo iban a ocultar. Nunca se determinó quién era el blanco.

La fortuna entonces jugó en favor de esa persona. Baden venía delante de la Honda, pero se separó de ellos. Fue entonces que el conductor equivocó el camino y en vez de tomar la 105 para volver a Posadas, siguió camino a Corrientes, donde fueron interceptados.

El único celular de la banda de brasileños permitió iniciar la pesquisa que primero identificó a Baden -finalmente detenido en mayo de este año- y después a toda la estructura que movilizaba Rojas y que fue desbaratada en los operativos del lunes.

Es decir, fue la punta del ovillo para desarticular el PCF y los planes para matar a los jueces Verón y Miguel Ángel Guerrero, también en la mira del narco y asesino de Puerto Iguazú.

Armamento y órdenes de asesinato

Las pesquisas llevadas adelante por los investigadores de GNA con asiento en Posadas, el Procunar y la Justicia Federal de la capital provincial determinaron que la organización tenía la posibilidad de contar con un variado poder de fuego.

“Se evidenciaron tratativas dirigidas a obtener ‘lotes’ de armas de fuego que fueron identificadas en las conversaciones telefónicas como ‘Itacas automáticas’ y ‘fusiles AR15’”, se desprende de las documentaciones a las que accedió este medio.

En tal sentido, como se informó ayer, los procedimientos contra la organización que permitieron la incautación de más de 11.000 kilogramos de marihuana y 30 kilogramos de cocaína debilitaron la organización de Rojas, pero no sólo económicamente. El hombre, molesto por la posibilidad de un informante, empezó a ordenar ejecuciones, lo que apresuró los operativos de anteayer.

En las escuchas de los celulares intervenidos del convicto también quedó establecido su irascibilidad y su sed de sangre, además de una amenaza directa al juez Miguel Ángel Guerrero cuando se dio cuenta que su línea estaba intervenida.

Hace pocos días, luego de un asalto al galpón de Moreno donde iba a recibir las 10 toneladas incautadas en Paraguay, Rojas ordenó el asesinato de dos personas a quienes les atribuyó el golpe.

Se trata de dos líderes narco que manejan el negocio allí y que al parecer quisieron mejicanear la carga que nunca llegó simulando un procedimiento policial. También por la pérdida de los 700 kilos a finales de septiembre hizo que ordenara la ejecución de dos de sus soldados -uno en Paraguay y otro en Misiones- y de un efectivo de Prefectura Naval Argentina (PNA) que llevó adelante el procedimiento.

Entonces se arbitraron los medios necesarios para que no ocurriera.

Por otro lado, en una conversación del 19 de octubre con su novia, mientras tenía un encuentro sexual telefónico, Rojas se dio cuenta de que lo estaban escuchando y lanzó todo su odio.

“Están grabando estos putos, están grabando manga de putos, a ver para que graben ya que están ahí atentos a todos, díganles a esos jueces, a esos jueces, que esto recién comienza, esto recién empieza, que van a pagar todos los que hicieron todo, todo uno por uno, uno por uno, todos”, dijo inmediatamente.

“Es para que paguen todo lo que hicieron, cuando vean, graben bien y ustedes saben de lo que les estoy diciendo la sigla PCF, graben bien, porque lo van marcar para toda la vida el resto de su corta vida”, añadió. También expresó que el peor error de los investigadores fue no matarlo y que por más que le den “cien o doscientos años”, va a vengarse.

Y entonces vino la amenaza a Guerrero: “Miguel Ángel Guerrero, vos que sos tan guerrero, como dice tu apellido, jueces hijos de mil putas (...). Vas a ver cuando comiencen a caer como mosca, porque como mosca van a caer y no van a saber ni qué pasó, ni un arma necesito, de esta vez le puedo asegurar que no necesito ni un arma”.


Los puntos en común
En el allanamiento de la casa de Baden ocurrido en mayo de este año se hallaron dos puntos de contacto con los dos operativos de ‘rapais’ aquí desarrollados.

En primer lugar, había un fusil 6 de un fusil de asalto semiautomático calibre 5.56, el mismo armamento con el que detuvieron al brasileño oriundo de Rio de Janeiro  Marco Antonio S.D.S. (40) en julio del 2019.

También había ropa de la PFA, las mismas que le incautaron al grupo de brasileños en San José en septiembre del año pasado.

Al respecto hay un detalle, los uniformes -luego se determinó que habían sido confeccionados en Paraguay- secuestrados en San José tenían abrojos con los nombres Ortigoza, Flores y Nebrisky.

También entre lo incautado en el inmueble de la calle de Salvador Miqueri perteneciente al posadeño hallaron un abrojo con el nombre Nebrisky.

 

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