Volver a empezar

El misionero Jorge De Olivera quiere revancha en Colón, tras un año en el que bajo la conducción de Alfio Basile tuvo pocas chances. Apuesta todo al ciclo de Juan Antonio Pizzi.
jueves 30 de diciembre de 2004 | 2:00hs.
Volver a empezar
Volver a empezar
El arquero posadeño, una de las tantas figuras deportivas que representa a Misiones en el ámbito nacional, está de paso por la tierra colorada. Sí, de paso. Porque el fútbol de nuestro país sólo otorga descansos mínimos, los cuales son aprovechados por los futbolistas a veces hasta de manera imperceptible.
No obstante, el ex arquero de Chicago volvió a la tierra que lo vio nacer para compartir las fiestas con sus seres queridos. Y se hizo un tiempito para dialogar con Más Deportivo.
Tan sincero, preciso y humilde es Jorge De Olivera que sus palabras se hacen entender rápidamente.
Hijo de Héctor "Kiko" De Olivera, ex arquero de Mitre, Huracán y Brown, Jorge se inició deportivamente en el básquetbol. Claro, su estatura lo convertía en pieza destacada debajo de los tableros.
Así comenzó su vida deportiva en el club Mitre, bajo las órdenes de Juan Magri. Sin embargo, tendría sus mejores resultados jugando para el Itapúa Tenis Club, hecho que lo llevó a integrar la selección misionera de la disciplina.
Pero al igual que otros tantos deportistas que se iniciaron en el deporte de las alturas, Jorge comenzó a inclinarse por el fútbol. Quizás contribuyó el hecho de que su padre haya sido un arquero destacado en el balompié capitalino. Y, se sabe, lo hereditario tiene peso dentro del deporte. O quizá haya sido simplemente cuestión de gustos.
Los inicios. Lo concreto es que, allá por 1991, Jorge decidió compenetrarse de lleno en el más popular de los deportes. Hasta los 14 años, el joven que hoy tiene 22 se desempeñó en las filas de Sindicato de Camioneros, uno de los protagonistas de los ya desaparecidos campeonatos de la Lidai. 
Pero entonces, merced a gestiones de su padre fue a probar suerte a Buenos Aires, más precisamente en Vélez Sarsfield, que venía de consagrarse campeón mundial en Tokio un par de años antes. Lo más positivo que rescató del conjunto de Liniers fueron los conceptos y características de Chilavert (ver recuadro).
Ya con 19 años, el tercero de seis hermanos de la familia De Olivera emigró a Paraguay para tratar de conseguir. El 12 de Octubre fue el que le abrió las puertas.
Pero luego del préstamo por seis meses, su retorno a la Argentina lo llevó a Nueva Chicago, rival de toda la vida de El Fortín.
Más allá de la paradójica situación, a Jorge le llegó el turno del debut de la mano de Néstor "Pipo" Gorosito, y más adelante también lo dirigieron Patricio Hernández y Leonardo Madelón.
Y al margen de la última mala temporada que decretó el descenso del Torito, el conjunto de Mataderos lo tuvo como figura estelar durante el 2002, año en que, según las estadísticas, mostró a Jorge dentro de los tres mejores arqueros que tuvo el campeonato.
Pero tan buen trabajo se vio oscurecido por el descenso sufrido fechas antes de finalizado el certamen.
Tan buen campeonato personal vio su final el sábado 26 de junio, cuando el numeroso público verdinegro despidió al equipo en Avellaneda frente a Independiente.
Nuevos caminos. Pero Jorge sabía, consciente o inconscientemente, que su desempeño en Chicago ya le había abierto puertas de primera división. Estudiantes, Newell´s, Colón y Racing fueron algunos de los clubes que se mostraron interesados en contar con los servicios del portero posadeño.
Junto a Marcelo Simonián, su representante, Jorge inició conversaciones con los dirigentes del conjunto santafesino. Paralelamente, el elenco rosarino también buscaba al Uno misionero.
"Estábamos en la oficina de Horacio Darrás (presidente de Colón) ultimando los detalles de mi incorporación mientras esperábamos comunicarnos con la gente de Newell´s para buscar la mejor oferta", se sinceró el joven arquero respecto a su posibilidad de arreglar con el mejor postor.
Pero como la oferta no llegó a tiempo desde Rosario, De Olivera y Simonián decidieron acordar con la dirigencia santafesina. Más vale pájaro en mano que 100 volando", como reza el refrán.   
En Santa Fe. Ya en el Sabalero, a Jorge se le presentó un panorama complicado en la pelea por la titularidad. No porque desconfíe de sus cualidades, sino por todo lo que significaba para el equipo santafesino la figura de Laureano Tombolini, un hombre ampliamente reconocido por la afición.
Sin embargo, De Olivera llegaba con los mejores antecedentes, con las atajadas más destacadas, con los promedios más elevados. También con un descenso, es cierto.
Pero la figura de Tombolini fue la que retrasó las posibilidades del posadeño.
Colón terminó el campeonato en la séptima posición, con 27 puntos, producto de siete victorias, seis empates y otras tantas derrotas.
Pero el torneo para Jorge tuvo aristas contrapuestas, porque más allá del buen torneo del equipo, nunca pudo jugar bajo el mandato de Basile. No por decisión del técnico, sino porque Tombolini no sufrió lesiones, expulsiones ni suspensiones que le abrieran las puertas al misionero.
Las mismas puertas que buscará abrir en el 2005 que se avecina. Por el momento, y más allá de lo que suceda con el ex arquero de Rosario Central, De Olivera es, hoy por hoy, jugador de Colón, ya que su préstamo vence en junio y las opciones de compra las tiene el conjunto sabalero.
Y como él mismo lo afirma, "cuando llegan técnicos nuevos, el objetivo es arrancar de cero". Empezar de nuevo. Volver a empezar, como dice Alejandro Lerner.


Chila, “El mejor tipo que conocí”
Si algo destaca Jorge De Olivera de su paso por Vélez es haber conocido a José Luis Chilavert, uno de los personajes más polémicos del fútbol mundial.
Para bien o para mal, el paraguayo es único en su especie.
"Trabajé con él (Chilavert) hasta que se fue a jugar al Estrasburgo de Francia y, realmente, tengo que decir que es una excelente persona y el mejor tipo que conocí en Vélez", reconoció el Uno posadeño.
A diferencia de lo que piensan muchos sobre la figura de uno de los deportistas más cuestionados de la década del 90, De Olivera manifestó que "lo que pasa es que Chilavert tiene dos caras; una que muestra a través de los medios y otra con la que se maneja cotidianamente".
“Una vez le pedí que me enseñe a realizar un saque de arco desde el piso con la pegada que tiene y no tuvo inconvenientes en explicarme", recalcó el hoy arquero de Colón. 


¿Cómo les fue a los demás misioneros?

POSADAS. A principio de año la mayoría de los jugadores de la provincia que se desempeñan en otras Ligas exhibieron un nivel aceptable y terminaron el primer semestre con un manto de optimismo. Sin embargo, en la segunda parte de este 2004 fueron escasos los nombres que mantuvieron la regularidad y por ende los lugares en sus respectivos equipos.
Otros, cambiaron de aire y debieron empezar de nuevo; pero también estuvieron presentes las lesiones que dificultaron la rápida reinserción en el equipo.
Por ello, la última parte del año no fue la mejor como en los casos de Ricardo Rojas y Claudio González.
El primero sufrió una grave lesión en su rodilla por las semifinales de la Copa Libertadores ante Boca. Recién a mitad del último Apertura regresó a los entrenamientos de manera liviana. Aunque una buena para el lateral es que el técnico del Millonario, Leo Astrada, lo tiene como una de las fijas para la temporada que viene. 
Claudio González, tal como lo dijera en una entrevista publicada por este diario días pasados, desavenencias con el veterano de Rosario Central, Ángel Tulio Zoff, lo llevaron a estar colgado hasta el final del Apertura.
Por eso, ahora, el Ñato piensa más en emigrar del Canalla que pelear desde adentro por un puesto. Y ofertas no le faltan.
Buenas y malas. Julio Gaona también debió remar de más en la segunda parte del año. Regresó de Central para ser el Uno de Olimpo nuevamente. Aunque con Juan José López no estuvo en su habitual nivel y el Negro se inclinó por Nicolás Cambiasso en su lugar. La llegada de Gregorio Pérez le devolvió la confianza al hombre de Jardín América que nuevamente se ubicó bajo los tres palos.
El objetivo para el año próximo será sumar la mayor cantidad de puntos con Olimpo para engrosar el promedio.
Jorge Martínez comenzó con optimismo el último Apertura, con Daniel Bertoni sentado en la banca de Independiente. Parecía que algunos resultados iban a disimular los problemas institucionales, pero la sorpresiva salida de Bertoni llevó a que el equipo termine de decaer en su rendimiento. La próxima temporada arrancará con el Flaco César Luis Menotti como flamante entrenador y la ilusión para el Negro de que los de Avellaneda se metan en la pelea.
Respecto de los juveniles que entrenan con los equipos de primera son varios los que piden pista pero que están tapados por nombres con trayectoria. Los casos más salientes son los de Pedro Darío Ocampo y Cristian Barreiro (Vélez).
En cambio un escalón más abajo, en la B Nacional, Gonzalo Klussener se destapó con la casaca de Defensa y Justicia. El delantero, cuyo pase pertenece a Estudiantes de La Plata, no sólo finalizó como titular en el Halcón, sino que además dejó su sello en la red.
Por su parte Daniel Verón alternó en el primer equipo de Ferro Carril Oeste.
Extranjeros. De los futbolistas que se desempeñan fuera del país, Hugo Castillo y Rafael Christ fueron los más salientes. El primero a mediados de año se incorporó al Santos Laguna, tras su paso por el América, para convertirse en el enganche titular.
Christ, en tanto, mantuvo la regularidad en la defensa de Sportivo Luqueño en la primera división paraguaya. Con la finalización de su contrato a fin de mes podrá apostar a nuevos horizontes. Es que a principios de año Chile y Alemania pudieron ser los destinos del lateral (la oferta del país trasandino era la más concreta), pero Luqueño puso trabas que impidieron la operación.
Por último, Hugo "Chicha" Centurión, arrancó entre los titulares de Libertad, pero la llegada de un nuevo entrenador lo resignó a perder el puesto e incluso hasta no jugar varios partidos.
Jorge en el living de su casa. Habló de sus expectativas por la llegada de Juan Antonio Pizzi y de la posibilidad de jugar de titular si emigra Tombolini.
Nuevo desafío.
Rojas está firme.
En River.