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“Llegamos a tener 20 animales en mi casa”

domingo 20 de enero de 2019 | 6:00hs.
Lorena, un ejemplo de perseverancia y amor a los animales.
Lorena, un ejemplo de perseverancia y amor a los animales.
La vida de una persona que actúa como proteccionista de animales no sólo pasa por sentir las injusticias en contra de ellos o ser sus voces. Detrás de cada rescatista existe una persona que trabaja, paga sus cuentas y otras personas simplemente dan hogar de tránsito para la futura adopción del animal.
Este es el caso de la familia de Lorena Ruez (41), licenciada en Educación y profesora de Lengua y Literatura. Hace cuatro años vive en Comandante Andresito junto a su esposo, Julián Reckziegel, y su pequeña niña llamada Sara.
Además de su hija, tienen a su cargo a seis perros, cuatro gatos que son parte de la familia y una cachorra llegada recientemente, más los gatos que se acercan a su hogar solamente para recibir algo de cariño y alimentos.
En diálogo con El Territorio, Lorena contó que su primer rescate fue a los cinco años: “Subí arriba del techo de mi jardín a bajar a un gato y terminaron viniendo mis padres y los bomberos voluntarios a bajarme”. Es que la posadeña radicada en Andresito lleva en la sangre proteger a los animales. De hecho cuando aún vivía en la capital provincial ya colaboraba con Huellitas Coloradas.
Lorena es quien realiza actividades de rescate junto a su esposo, quien según ella la acompaña incondicionalmente, “él no me deja caer, me ayuda mucho, cura a los animales abichados, me lleva a distintos puntos de la provincia dando en adopción a los rescatados”.
Y añadió: “Llegamos a tener 20 animales en mi casa, fue un caos total, pero él siempre firme ahí a lado mío haciéndome el aguante”.
Por eso, poco a poco se fue rodeando de amistades con el mismo objetivo que el suyo: ayudar y salvar animales. “A lo largo de los años fui conociendo personas buenas como estas que tienen el mismo amor por los animales que mi familia, y agradezco que estén, sin ellos nada sería posible”.

Amor incondicional
“Hace dos años una mujer en Andresito tenía un criadero clandestino y como no hay una ordenanza municipal o zoonosis que regule el cuidado de los animales, no podíamos ni teníamos dónde denunciar”, recordó Lorena.
La dueña del lugar se enfermó y empezó a rematar a los animales, por eso junto a sus compañeras decidieron comprarlos a todos. “En ese entonces gastamos 10.000 pesos por los once animales, la mayoría estaba en un estado calamitoso que terminamos llorando cuando los vimos”, dijo. Aun así, todos los caninos fueron llevados a su casa.
Se contactaron entonces con una proteccionista de Puerto Rico, Leyla Cardozo, solicitando ayuda: “Ella me dio una gran mano, llevamos todos los perros y ella los castró a todos y buscó hogares responsables para cada uno, nos conocimos en el momento justo”, explicó.
A pesar de no tener el espacio físico suficiente, Lorena y Julián son un ejemplo de perseverancia y amor para quienes aman de verdad a los animales.