Guaraní y un escenario repetido

martes 22 de octubre de 2019 | 6:43hs.
Guaraní y un escenario repetido
Guaraní y un escenario repetido
Diego Vain

Por Diego Vain deportes@elterritorio.com.ar

Como lo marca su historia, Guaraní no tendrá elecciones. Se repite la misma trama de hace varios años, pero está vez tuvo un tinte diferente. No hubo acuerdo entre listas, aunque no habrá votación para definir al presidente del club de Villa Sarita.
Si bien Juan Melgarejo presentó su candidatura a los medios, recién lo hizo oficialmente ayer en la asamblea ordinaria y, según el estatuto del club, estuvo fuera de termino.
Es por eso que la única lista que estaba habilitada era la de “Sangre Guaraní”, encabezada por el actual presidente Patricio Vedoya, quien continuará al frente del club por dos años más.
El estatuto marca que quienes quieran candidatearse deben presentar su lista al menos 12 días antes de la asamblea, para que haya tiempo de chequear si cumplen con todos los requisitos (ser socios, estar al día, entre otras cosas).
Los socios opositores buscaron aplazar las elecciones de autoridades con un pedido para una asamblea extraordinaria, pero el pedido no llegó a buen puerto.
La lista, entonces, quedó conformada con Patricio Vedoya (presidente), Mirta Parayva (primer vice), Néstor Carballo (segundo vice), Gustavo Cardozo (tercer vice), Alejandro Bejuk (secretario) y Pablo Monte (tesorero).

La historia se repite
En 2017 Patricio Vedoya obtuvo la presidencia porque no hubo otra lista, pero no fue la primera vez en la historia de Guaraní que sucedió esto. De hecho, es una mecánica que se repitió a través de los años.
Antes de Vedoya estuvo al frente de la Franja Roberto Enríquez, quien llegó a la vida política del club como gerenciador del fútbol profesional y en marzo de 2015 asumió como presidente.
Enríquez arribó al club de la mano de César Decamilli, quien tomó las riendas de Guaraní en diciembre de 2003. Decamilli logró la presidencia tras una serie de acuerdos y nunca hubo una lista opositora durante su mandato, que se terminó justamente con la asunción de Enríquez y producto de un ACV que tuvo en 2014.
Pero los registros marcan que en Villa Sarita la votación nunca fue un hábito y que siempre ganó el consenso dentro del club.