Grescas y arma blanca, los factores más repetidos en los crímenes de 2018

miércoles 02 de enero de 2019 | 6:30hs.
En octubre Pozo Azul se vio sacudida por un sangriento doble crimen.
En octubre Pozo Azul se vio sacudida por un sangriento doble crimen.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Tanto el inicio como el final del 2018 estuvieron marcados por homicidios que irrumpieron en la agenda, pero los violentos episodios fueron una constante durante casi todo el año que acaba de culminar.
Habían transcurrido escasos minutos del 2018 cuando en la localidad de Fracrán la Policía reportó el primer crimen de ese año. Es que entre la noche del 31 de diciembre de 2017 y el 1 de enero de 2018 Camilo Sayas (56) vio la muerte a manos de un compañero con el cual compartía una ronda de tragos en la aldea aborigen Pai Antonio Martínez.
Y ese fue el puntapié para un largo listado de homicidios que se cometieron durante el año que acaba de finalizar.
En este contexto, de acuerdo a un recuento de casos elaborado por El Territorio en base a informes policiales, el año pasado se registraron al menos 48 homicidios, cifra levemente superior a lo contabilizado en 2017, que era 45, según el mismo método de análisis.
La estadística elaborada por este matutino demuestra además que el mes más violento fue noviembre, periodo en el cual se registraron ocho crímenes, seguido por junio, julio y agosto con cinco casos cada uno.
Por su parte, del análisis elaborado también se desprende que la localidad donde más asesinatos se perpetraron fue la capital de la provincia.
Al realizar el reconto de hechos se observa que en Posadas hubo nueve homicidios, doblegando a la segunda ciudad con más hechos de sangre que en este caso fue Puerto Iguazú, con cuatro casos. Más atrás se ubicaron Oberá, San Antonio y Bernardo de Irigoyen con tres cada uno.
En cuanto a las circunstancias en que se produjeron los crímenes, se observa que en su gran mayoría se dieron en el marco de grescas.
Prueba de ello es que de los 48 homicidios del año, 17 se dieron en el contexto de una pelea o enfrentamiento por causas diversas, lo que representa el 35% del número total.
En segundo lugar se ubican los conflictos familiares que culminaron en muerte. En el 2018 hubo ocho casos de este tipo, ya sea por conflictos o diferencias entre hermanos, cuñados, suegros y yernos y hasta entre padres e hijos, como fue el caso de San Antonio, donde un joven asesinó a su padre para defender a su madre de la constante violencia que sufría.
Luego hubo al menos seis casos en los cuales la hipótesis de un posible robo ronda al caso, aunque varios de ellos se encuentran todavía en plena investigación como para dar una determinación definitiva en este aspecto.
Otra arista que surge a partir de esta estadística es que la mayoría de los asesinatos fueron cometidos con un arma blanca. Del análisis se desprende que de los 48 homicidios registrados en el año 19 fueron cometidos con arma blanca, mientras que en 13 de ellos se utilizaron armas de fuego. Luego hubo 10 asesinatos perpetrados a golpes (ya sea a puños y patadas como así también con objetos contundentes) y 6 fueron mediante distintos tipos de asfixia.
Pero, sin lugar a dudas, uno de los aspectos más importantes que también pueden observarse mediante el recuento de casos es que del casi medio centenar de hechos solamente tres están sin esclarecerse o sin pistas ni detenidos.
Un ejemplo de esto es el doble crimen de Pozo Azul cometido el 17 de octubre en perjuicio de Elio Pereira De Mattos (65) y su esposa Inés Lima Dos Santos (55), en el cual la Policía logró confeccionar el identikit de un sospechoso pero hasta ahora el sujeto no pudo ser localizado ni tampoco se puedo tener certezas concretas de cuál pudo haber sido el móvil del terrible hecho.
Otro caso de este tipo es el asesinato de Raúl Roberto Aquino (57), perpetrado a fines de noviembre del año pasado en Posadas, y cuyo responsable aún no pudo ser determinado.

Crimen y captura del Negro Rojas
Entre los casos más resonantes del 2018 sin lugar a dudas se encuentra el crimen del mecánico Aldo Canteros (33), cometido el 5 de agosto en la localidad de Gobernador Roca.
El hombre fue asesinado de tres balazos en la vivienda donde residía y cuando la Policía acudió al lugar no encontró a nadie, pero sí se topó con una sorpresa que daba cuenta de lo que había detrás del hecho.
En un galpón de la misma propiedad los efectivos hallaron casi dos toneladas de marihuana y la investigación se orientó hacia un caso ligado al narcotráfico.
Los pesquisas no dejaron el tiempo correr. Sin dejar nada librado al azar, los investigadores en poco tiempo lograron recolectar indicios para dar con el autor del hecho y cuando lo supieron quedaron boquiabiertos.
Es que detrás del crimen aparecía nada más ni nada menos que Néstor Fabián ‘El Negro’ Rojas (52), el sindicado narco-sicario paraguayo involucrado también como autor del doble de crimen de Sebastián Vega (35) y Rodrigo Ibarra (37), perpetrado en Posadas en 2015.
La investigación fue tan efectiva que a las pocas horas los efectivos encontraron hasta la imagen de una cámara de seguridad de un comercio donde se lo ve a Rojas con Canteros comprando carne para el asado que comieron ese noche del crimen.
Sin embargo, cuando supieron quién estaba detrás del hecho, los pesquisas se manejaron con cautela y el sigilo resultó, ya que días después Rojas, que supo estar prófugo durante casi tres años, finalmente fue capturado en Posadas mientras se alojaba en un complejo de cabañas con la intención de realizar una venta de tres kilogramos de cocaína.


Femicidios, el drama sigue

El recuento de casos también deja a la vista otra dramática situación. Es que después de algunos años con cierto retroceso, el 2018 volvió a encender las alarmas en materia de femicidios. Mientras en 2017 el número de mujeres asesinadas a manos de hombres fue de cinco, en el último año la cifra llegó a siete.
Los nombres de este listado son: Elsa Glosniski (64), Carolina Aguerre (30), Ruth Gómez (17), Liliana Toth (56), Claudia Dino (28) y Cecilia Krujowski (34). Todas ellas encontraron la muerte en diferentes circunstancias, pero en todas hubo un patrón común: sus asesinos fueron hombres y la mayoría de ellos parejas o ex parejas.
Al revisar cada hecho, se observa que en dos de ellos hubo femicidio seguido de suicidio como los casos de Glosniski y Aguerre. Luego, en todos los demás los acusados se encuentran detenidos y procesados bajo imputaciones que les deparan un sólo destino: la prisión perpetua.