Evo Morales llegó a México: "Mientras tenga la vida sigue la lucha"

martes 12 de noviembre de 2019 | 17:18hs.
Golpe de Estado en Bolivia
Golpe de Estado en Bolivia
México me salvó la vida", declaró el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, apenas llegó a la Ciudad de México como asilado político, dos días después de renunciar a la presidencia en medio de graves incidentes y denuncias de fraude electoral y "golpe de Estado".

El ex mandatario bajó del avión de la Fuerza Aérea de México junto a su ex vicepresidente durante cerca de 14 años, Álvaro García Linera, y fue recibido en el aeropuerto Benito Juárez por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.

En una breve conferencia de prensa, el ahora expresidente reiteró haber sido víctima de un "golpe de Estado" y agradeció al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por "salvarle la vida".

Morales relató que, según le contó un militar de su escolta, el sábado, un día antes de que renunciara, ya les habían ofrecido hasta 50.000 dólares para que lo apresaran y entregaran. "Por eso digo que estamos muy agradecidos. Hermano canciller, gracias por salvarme la vida", le recalcó a Ebrard.

“En las elecciones de este año, empezó el golpe de Estado”, dijo Morales. "Renuncié para que no haya más hechos de sangre ni enfrentamientos", declaró. Morales indicó que su error fue pensar que había acabado con "la opresión, la discriminación y la humillación".

"Si algún delito tengo, es ser indígena. Si algo de pecado tenemos, es que hemos implementado programas sociales para los más humildes (...) Nuestro pecado es que somos antiimperialistas", afirmó.

El ex presidente prometió no quedarse de brazos cruzados en el exilio: "Mientras tengamos vida, vamos a seguir en la política y la lucha". Tras destacar algunos logros de su gestión, como la reducción de la pobreza, Evo dijo que "no va a cambiar ideológicamente por este golpe".

Lo ocurrido, afirmó "es una lección más para aprender y fortalecer la lucha de los pueblos en Bolivia y, quién sabe, en el mundo".

La odisea de Evo Morales

El viaje de Evo a México fue una verdadera odisea " por la política latinoamericana y los riesgos que se corren", según sintetizó Ebrard .
La lista de complicaciones diplomáticas comenzó cuando el avión de la Fuerza Aérea de México aterrizó el lunes en Lima, donde tuvo que esperar por horas las autorizaciones correspondientes para poder seguir hacia Bolivia a recoger a Morales.

Cuando hubo luz verde, "despegaron de Lima y cuando llegaron al espacio aéreo de Bolivia les dijeron (a la tripulación) que no, que ese permiso ya no era el válido (...) entonces hubo que retornar a Lima", relató Ebrard.

En Bolivia actualmente "no se sabe quién decide qué", dijo Ebrard. Más tarde, autoridades bolivianas otorgaron nuevamente un permiso para la llegada del avión, que aterrizó en Chimoré, Cochabamba (centro).

La ruta prevista para el regreso era la misma, explicó Ebrard. "Es decir, regresar a Lima para recargar combustible y después volar directo a México".

Sin embargo, el gobierno peruano decidió entonces que "por valoraciones políticas se suspendía ese permiso par bajar en Lima", continuó.

Eso "fue muy difícil y muy tenso porque en el aeropuerto donde estaba Evo Morales (ya abordo del avión mexicano) ya había una situación difícil (...) los simpatizantes de él estaban entorno al aeropuerto y en el interior del aeropuerto había elementos de las fuerzas armadas de Bolivia, entonces fue un periodo de los de mayor tensión para nosotros", describió Ebrard.

El "Plan B", entonces, fue recurrir a Paraguay. "Nos ayudó mucho el presidente electo de Argentina (Alberto Fernández) porque él también habló con el presidente de Paraguay", Mario Abdo, comentó.

Una vez conseguido ese permiso, las autoridades de Bolivia amenazaron con no dejar partir el avión.

"Ya no nos iban a permitir salir, ahora sí que por un milimétrico espacio se dio la salida", dijo el canciller.

Pero al salir de Bolivia, el viaje continuó complicándose. Ya en Asunción, México consiguió permiso para que Perú al menos lo dejara volar en su espacio aéreo, y en el de Ecuador, en caso de que fuera necesario recargar combustible en su territorio.

Antes de partir, sin embargo, Bolivia se negó a que la aeronave pasara por su espacio aéreo nuevamente. Entonces la diplomacia mexicana y brasileña "consiguieron el permiso para poder volar en la línea fronteriza entre Bolivia y Brasil".

No fue todo. "Hubo que rodear Ecuador porque ya estando en vuelo les dijeron que no les permitían sobrevolar el espacio aéreo y que lo iban a revisar, entonces hubo que rodear y entrar a aguas internacionales", concluyó Ebrard.