El sindicado asesino de Nildo Boesing estuvo preso por intento de femicidio

domingo 21 de abril de 2019 | 6:30hs.
Dionicio Paniagua tiene 33 años.
Dionicio Paniagua tiene 33 años.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdezfojacero@elterritorio.com.ar

Para quienes conocían su modo de vida y temperamento, era previsible que en algún momento Dionicio Paniagua (33) termine matando a alguien. Muchos en su entorno lo entendieron así, pero nunca la Justicia, porque hasta hace alrededor de dos meses estuvo privado de la libertad por el intento de femicidio de su ex concubina hasta que dictaminaron la falta de mérito.
El miércoles a la noche asesinó al carpintero Arnildo Benjamín Boesing (49).
Las crónicas policiales marcan que el domingo 17 de marzo del año pasado el protagonista de esta historia trató de asesinar a su ex concubina adelante de cuatro hijos pequeños en el barrio Roulet, algo parecido a lo que hace dos años hizo el paraguayo Maximino Barúa con Paulina Portillo, en otro barrio de esa misma ciudad.
Pese a que la denuncia fue radicada días después, los investigadores policiales lograron reconstruir que esa noche se presentó intempestivamente en el domicilio de su ex pareja, una joven madre de 29 años de quien no hace mucho se había distanciado.
No estaba dispuesto a aceptar la separación y se lo habría hecho saber a ella mediante amenazas, acotó una la fuente consultada. En ese contexto, se supuso que fue decidido a matarla en un plan premeditado, teniendo en cuenta que llevó una botella con combustible.
En su acusación, la mujer dejó sentado que, en medio de una andanada de insultos, la roció con el líquido inflamable y prendió fuego en presencia de los chicos.
Paniagua se escapó a una zona de monte y fueron los vecinos quienes asistieron a la víctima y la llevaron de forma urgente al hospital Samic Eldorado. El médico que la atendió diagnosticó quemaduras A y B en la región anterior del cuello, tórax y ambos hombros, heridas que hasta ahora continúa tratando mediante un seguimiento médico ambulatorio.
Posteriormente, la mujer fue asistida por profesionales de la Línea 137 que la animaron a radicar la denuncia, logrando la judicialización del intento de femicidio. Una vez que llegó al Juzgado de Instrucción Uno, a cargo del magistrado Roberto Saldaña, se ordenó la captura del acusado.
Personal dependiente de la Unidad Regional III, con asiento en esa ciudad, lo detuvo luego de un fuerte rastrillaje en las inmediaciones. Fue el fin de su periplo montaraz.

Falta de mérito
Paniagua estuvo alrededor de once meses detenido hasta que le dictaron la falta de mérito y consecuente libertad en función de que la acusación se fue debilitando ante la carencia de pruebas.
Fuentes ligadas al expediente explicaron que la denunciante fue cambiando en sus declaraciones la versión de lo que sucedió en la casa, en beneficio de su ex pareja. Inclusive habría menguado la acusación dando a entender que las quemaduras que sufrió fueron producidas de forma distinta a la marcada por los policías que investigaron el episodio.
En ese punto de la pesquisa, fue clave el testimonio de los menores en Cámara Gesell, que nunca ratificaron los dichos de la progenitora. Eso terminó debilitando definitivamente la grave acusación hasta que el juez interviniente dictaminó su libertad.

Libertad y detención
No más de dos meses le duró la libertad a Paniagua. El miércoles a la noche esperó a Nildo Boesing en un lugar oscuro cercano a la propiedad en la que viven desde hace casi catorce años y, cuando éste fue a mirar qué pasaba -alertado por los perros-, le disparó en la espalda con una escopeta calibre 36.
El informe policial decía inicialmente que había sido asesinado en una ronda de tragos, pero esto se descartó con el correr de las horas.
La propia familia Boesing se encargó de aclarar que era carpintero, no consumía bebidas alcohólicas y gozaba de un concepto excelente entre sus vecinos. Su vida estaba dedicada al trabajo para segurar el bienestar de su familia, afirmaron.
El crimen fue perpetrado minutos después de las 20, en inmediaciones a la calle José Hernández, zona rural de Eldorado. Los policías llegaron ante el alerta telefónico, se toparon con el cuerpo sin vida de la víctima y al realizar las primeras averiguaciones supieron que el autor había sido Paniagua, quien al ser visto se metió en una zona de malezas.
“Hace mucho vivimos acá y nunca pasó nada. Antes no teníamos ni vecinos y ahora pasó esto que realmente no entendemos”, señaló la viuda en un breve diálogo con este matutino.

Emboscada
En ese contexto, los familiares recordaron que Boesing escuchó que los perros de su tío estaban ladrando incesantemente y, como la vivienda está a escasos metros de la suya, decidió salir a mirar qué pasaba. Allí sucedió el ataque que le terminó costando la vida.
“Ya era oscuro. Él agarró su linterna y se fue a mirar por mi casa. Alumbró, pero no vio nada y se ve que en la oscuridad estaba esta persona, por llamarlo de alguna manera, vigilando y sin piedad le pegó un tiro por la espalda. La esposa de mi sobrino vio al asesino porque aún pudo decir un par de palabras antes de fallecer”, contó el tío de Boesing.
El sindicado asesino, en tanto, vivía con un hombre mayor cerca de la casa de la víctima, cuyos allegados señalaron que habría anticipado el homicidio a un pariente. “Fue a su domicilio directamente a fusilarlo por una maldita apuesta. ‘Voy a matar al tonto de tu hijo -le dijo a mi hermano-, así me ganó los 1.000 pesos’. Indignación”, expresó en su muro de Facebook Isabel Boesing.
En el mismo posteo preguntó: “¿Cómo se le puede explicar a un padre y a una madre que su hijo, que quince minutos antes estaba tomando mate con ellos, fue fusilado por la espalda? ¿Cómo contener a dos hijos y a una esposa que no tenían otra cosa mas noble que el amor de un ser de luz, como fue siempre Nildo? Es desgarrador el llanto de mi cuñada y escuchar a mi hermano decir que esa basura le arrancó el corazón”.