Dos destinos, una realidad

lunes 22 de octubre de 2018 | 5:00hs.
Dos destinos, una realidad
Dos destinos, una realidad
La tarde-noche del miércoles último fue una cita con las letras en el aula magna del Instituto Montoya de la capital misionera.
Allí, con el acompañamiento de un numeroso público lector, Eduardo Balero Torres presentó su tercer libro, Destino incierto. El texto además fue expuesto en Oberá y tuvo una buena recepción entre los lectores.
El autor ya firmó previamente Cosechas de injusticias, un ensayo sobre las luchas agrarias de Misiones, y Sabor amargo, una novela que aborda la problemática de la yerba mate.
Bajo el sello Beeme, la primera edición de la novela ya se encuentra a la venta en todas las librerías de Misiones. Además, se prevé su lanzamiento en el Paraguay y en la vecina provincia de Corrientes.
Así lo aseguraron desde la dirección de la editorial, y agregaron: “Estamos más que orgullosos de este nuevo lanzamiento. Destino incierto es una novela que tuvo mucho impacto, muy buenas críticas de los lectores”.
Además, sobre el contenido del lanzamiento, relataron que “el escritor utilizó la ficción para decir lo indecible, el lector se encontrará con mucha realidad, actualidad y, por sobre todo, una narración de un nivel asombroso. Les aseguramos que una vez que comiencen a leerla no podrán parar”.
Invitaron a los lectores a adquirirla “en las librerías más destacadas de la provincia, y en los supermercados California; ya comenzó a distribuirse en el país y en noviembre estará en librerías importantes de Paraguay”.

El autor y su texto
En diálogo con Letras, Eduardo Balero Torres se confesó muy lector, sobre todo de autores latinoamericanos, entre los que destacó al paraguayo Augusto Roa Bastos, el colombiano Gabriel García Márquez y el cubano Alejo Carpentier. De todas formas, hizo párrafo aparte para el español Ildefonso Falcones.
“Mi padre ya escribía y leía y siempre nos indujo a eso”, confesó sobre sus inicios en las letras.
Sobre el texto que vio la luz en este 2018, aclaró que aborda el tema de la adopción y, como asegura en el prólogo, se trata de “las mujeres imposibilitadas de engendrar pero con  sus instintos maternales incrementados” y de aquellas “infelices  que, por distintos motivos, deben entregar a sus hijos”.
Así, se desarrollan en paralelo, y en contextos sociales totalmente diferentes, las historias de Ralf e Irasema. El primero se entera, a sus 47 años, de su condición de adoptado en la lejanía de Suiza, lo que le genera trastornos de todo tipo hasta enterarse de su verdadero origen que lo trae hasta la Argentina. Además, su esposa se ve imposibilitada para concebir y su instinto maternal la impulsa a aceptar la propuesta de su marido de adoptar un niño.
Irasema, de su lado, es una adolescente que cursa el último año de la escuela en una zona rural de Misiones, donde se despierta su interés sexual, al cual intenta resistirse para diferenciarse de sus hermanas, que se embarazaron muy jóvenes. La muchacha luego insiste a su padre que la deje continuar sus estudios en la ciudad, donde choca con la realidad de los abusos y la injusticia.
El destino de ambos personajes se unirán inexorablemente, aunque de una manera insólita. En definitiva, la novela es un reflejo fiel de la realidad.