Docente acusado de pedofilia engañó a más víctimas en la provincia

martes 17 de septiembre de 2019 | 6:00hs.
El detenido tenía en su poder más de 500 dólares en efectivo.
El detenido tenía en su poder más de 500 dólares en efectivo.

Por Daniel Villamea
Cristian Valdez
fojacero@elterritorio.com.ar

Hace cuatro años, la fachada fueron cuentas falsas de Facebook a nombre de “Anita” y “Juan Martín”, mientras que hasta hace pocas horas el mismo pedófilo se cobijó tras los seudónimos de “Laura” y “Ramiro”, haciendo gala de absoluta impunidad. El mismo modus operandi por el cual el profesor de música Sergio Daniel González (44) fue denunciado en 2015 y detenido en 2016 por hacerse pasar por una chica para seducir menores con intenciones sexuales. 

Incluso se movilizaba en el mismo Renault Clío, patente HKJ 410, de hace cuatro años, del cual esta vez la Policía secuestró dos celulares, una tablet, preservativos, geles íntimos, más de 500 dólares en efectivo y otra suma en pesos. 

El domingo a la tarde el docente obereño volvió a ser capturado cuando intentaba engañar a un menor de 15 años de la localidad de 25 de Mayo, luego de que su padre se presentó ante la comisaría local para denunciar lo que halló en el teléfono del chico.

Con las pruebas del caso, explicó que alrededor de las 7 de la mañana descubrió que su hijo se mensajeaba con una persona que tenía agendado como “Rami”, quien en uno de los chats decía: “Y bueno paja y fotos mañana y si está le damos masa”. 

Consultado al respecto, el menor le contó al papá que el sujeto lo había invitado a subirse a su auto para buscar a una chica de nombre “Lau”, aunque no accedió.

El menor también tenía agendada a la supuesta Lau, quien en un mensaje le pidió “hacé fotos y videos, capaz te enseñe Rami, decile que Laura dijo jijiji, y listo, lo jodés”. 

Los indicios marcan que Lau y Rami son en realidad el mismo docente. Todos los mensajes incitaban al menor a mandar fotos y tener relaciones sexuales en un supuesto trío, lo que alertó al progenitor.
Fuentes de la pesquisa mencionaron que un primer análisis de los teléfonos del pedófilo indicaría que habría varias víctimas más de diferentes puntos de la provincia. 

“El primer contacto lo hacía por Facebook haciéndose pasar por una chica, se pasaban los números y después se sumaba el tal Ramiro como contacto, ardid que servía de supuesto nexo para tener relaciones con la chica. Hay conversaciones con varios menores y no se descartan más denuncias”, precisaron. 

De esta forma, se trata de un modus operandi calcado al detectado hace cuatro años tras la primera denuncia de la madre de un menor de 13 años en Posadas, que fue elevada a juicio. 

En aquella ocasión, la investigación determinó que el docente contaba con dos cuentas falsas de Facebook. En una se hacía pasar por “Anita Martínez” y la otra era “Juan Martín Méndez”.

De esta manera, desde la cuenta de la nena mandaba solicitudes a varones, que aceptaban y empezaban a mantener conversaciones que en poco tiempo se transformaban en “qué bueno estas”, “qué lindo sos”, “me re gustás” y lentamente iba subiendo de tono hasta pedirles fotos desnudos y a manifestar cosas como “qué rico sos”, “quiero sentirte adentro”, “quiero verte pronto”, según se detalla en el expediente.

Cuando desde el perfil de Anita se daba cuenta que los chicos estaban excitados, les pedía que agreguen al supuesto amigo “Méndez”, que tenía más fotos y videos para mostrarles. Una vez que los chicos accedían a aceptar a ese desconocido, éste empezaba las conversaciones: “Hola, capo, me dijo Anita que te agregue para que te muestre videos, dijo que le gustás, quiere que te lleve hasta ella”. De esa invitación accedían a encontrarse con el sujeto para que ver las imágenes, pero también para estar con la supuesta Anita.
Tras la denuncia original, el sujeto apenas pasó dos meses tras las rejas. En agosto de 2016 recuperó la libertad y desde entonces goza de licencia laboral, por lo que continúa percibiendo sus haberes como docente.


El operativo para detenerlo in fraganti

Ante la consulta de El Territorio, fuentes del caso precisaron que el domicilio oficial del acusado es en casa de su hermana, sobre calle Berutti de Oberá, aunque alternaba su residencia con otra vivienda en el barrio Itaembé Miní de Posadas. 

Precisamente, en su edición del lunes 9 de septiembre, este matutino alertó que en la capital provincial González residía justo frente a una escuela, con el riesgo que implicaba por sus antecedentes. Fue casi un presagio, porque menos de una semana más tarde volvió a ser detenido por abuso sexual, corrupción de menores y grooming.

Para ello fue clave el compromiso del padre de la víctima, quien detectó el peligro y accionó en consecuencia.
Avisó a las autoridades y se planeó un encuentro en una de las plazoletas del pueblo para las 18. La Policía tendió un operativo encubierto por las inmediaciones y lograron detener infraganti al sospechoso, quien hasta último momento se mensajeó con el menor para saber su ubicación, aunque esta vez se topó con personal policial y no tuvo el mínimo resquicio de escapar, puesto que rodearon su vehículo. 

Por disposición del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, el profesor de música quedó detenido en jurisdicción de la UR XI y se prevé que el viernes sea citado a indagatoria. 

Mientras tanto, el fiscal Elías Bys y la jueza Alba Kunzmann de Gauchat irán recepcionando testimonios e informes técnicos.


“Quiero justicia por los chicos que abusó estando protegido”

“No puedo entender por qué le permitieron seguir en libertad, sin custodia, sin prohibición de usar internet y hasta le devolvieron el auto para que siga moviéndose por la vida libremente a pesar de todas las pruebas que demuestran que abusó sexualmente de muchos chicos. Es increíble que le hayan permitido seguir haciendo daño durante todo este tiempo. Siento un dolor enorme. Estoy desahuciada. Es necesario que se haga justicia de una vez por todas”.

Las palabras de Soledad Tropeano -la primer denunciate- van acompañadas de inconsolable llanto. Por estas horas siente impotencia porque hace más de cuatro años investigó y mandó a prisión al docente obereño Sergio González (44) en una de una de las primeras causas de grooming en Misiones. 

Su determinación no fue suficiente porque poco tiempo después de su detención el titular del Juzgado de Instrucción Seis, Ricardo Balor, ordenó el arresto domiciliario por una supuesta enfermedad que luego se transformó en libertad sin restricciones.
Con todo el tiempo del mundo y sin saberse perseguido, González preparó el terreno para nuevos abusos de menores que los concretó recientemente, utilizando la misma red social por medio de perfiles truchos.

“Bronca, impotencia, dolor. Es inexplicable todo lo que siento. Pensar que muchos chicos pudieron haber sido abusados nuevamente es angustiante”, afirmó Soledad dejando en claro que “con todas las pruebas que había, tanto en fotos como en videos, es inentendibleque el juez lo haya dejado libre para que reincida”.

Crítica al juez 

En ese contexto, reflejando de alguna manera la impunidad con la que se manejaba el acusado de corrupción de menores, distribución de pornografía infantil y grooming, la madre de una de las víctimas detalló que “la hermana es supervisora del nivel inicial en la zona Centro, la sobrina es maestra jardinera y le permitían seguir manteniendo relación con los niños en las escuelas. Es increíble que ninguna autoridad educativa se haya ocupado de frenar sus andanzas en todo este tiempo”.

En relación con eso, Soledad reivindicó el trabajo de los investigadores de la Policía Federal y de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) “que trabajó en la causa de manera impecable en la recolección de pruebas que le dieron forma al expediente. Por ellos el expediente está minado de pruebas de los abusos de González”.

En paralelo, sin contemplaciones arremetió contra el magistrado (Ricardo Balor) que a su criterio “no movió un solo dedo, dejó mucho que desear. Me denigró las veces que fui al juzgado. Me reclamó por qué ‘jodía’ con eso si mi hijo no fue abusado, que me ‘deje de joder’ decía”.

Me echó (por el magistrado) como un perro del juzgado, denigrándome de arriba a abajo. Después lo dejó libre (a González), le devolvió el auto sabiendo que estuvo prófugo y hasta se quiso escapar cuando lo detuvieron la primera vez. Balor lo liberó con todas las pruebas sobre la mesa, con todos los antecedentes. Ya no espero nada, quiero que se haga justicia por todos los chicos que abusó estando protegido por las autoridades”, finalizó.


Opinión

Es un trastorno que no se cura

Frente a los datos de la noticia, estamos ante un caso de sexualidad patológica. Lo que en otros tiempos se llamaban desviaciones sexuales y que hoy se conocen como parafilias, que son aquellas que están asociadas a trastornos psicológicos y emocionales muy comprometidos. Es un trastorno que no se cura. Tampoco responden a cualquier tipo de tratamiento, porque en general van a tratar de negar su situación. 

Pero estas personas siempre son conscientes de lo que hacen. En este caso estaríamos frente a un pedófilo, una persona que siente atracción sexual y tiene fantasías sexuales con niños y adolescentes. Por lo que veo en las noticias, esta persona hacía uso del grooming, que es un fenómeno de los últimos tiempos porque está asociado a internet y las redes sociales.
Es una estrategia que tienen los pedófilos para llegar a niños y adolescentes con el objetivo de satisfacer su placer patológico. El contacto puede ser real o virtual, porque si consiguen que un menor les envié una foto que le genere placer también es un abuso y un delito. 

No todos los pedófilos tienen plena consciencia del alcance del mal que generan con esa patología, lo que está alineado a diferentes personalidades de base. Por fotos que vi, en este caso además de ser un pedófilo, es un hdp, y lo digo así porque entiendo el peso que tiene la palabra. Es un pedófilo con claras características de psicopatía que disfruta de generar un mal. 

Además de padecer un trastorno, su conducta constituye un delito y por ello son un riesgo social. Por ello siempre digo que es importante educar para que la población esté atenta y pueda tomar medidas de prevención. Así también para que muchas personas que padecen de este problema puedan ser conscientes de que eso que les pasa es un trastorno y que conforma un delito, por lo cual deberían buscar ayuda para contener su patología y que no pase al acto, que es todo lo que hasta el momento se sabe que se puede hacer.
Además de la educación, es muy importante la intervención de la Justicia para alejar a estas personas de quienes podrían ser sus víctimas. Creo que ni la Justicia ni la Educación están interviniendo con la fuerza necesaria para tratar de controlar este tipo de episodios.