Desarrollan programas para actuar antes que aparezca la leishmaniasis

domingo 17 de febrero de 2019 | 5:00hs.
Desarrollan programas para actuar antes que aparezca la leishmaniasis
Desarrollan programas para actuar antes que aparezca la leishmaniasis
Esteban Bueseck

Por Esteban Bueseck interior@elterritorio.com.ar

El Instituto Nacional de Medicina Tropical (Inmet), con sede en Puerto Iguazú, se encuentra desarrollando en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) unos manuales de control para la leishmaniasis visceral en humanos y se espera que estén listos este mismo año, así lo confirmó a El Territorio el director del centro de investigación, Daniel Salomón.
“Serán manuales guía para todos los continentes que tienen leishmaniasis y específicamente para el problema en América”, sostuvo y develó: “Por supuesto va a haber una versión especial para Argentina, primero hay uno operativo para la OMS, que trata de abarcar la situación en todos los continentes, después hay otro para la situación americana y por último adaptaremos uno a Argentina. Normalmente estos manuales están en internet y son libres de consultar”.
Por otra parte, Salomón también reveló que se avanza desde el Inmet junto a la Red de Investigación de Leishmaniasis en modelos matemáticos que van a permitir focalizar las acciones vigilancia y control.
“Notamos que no hay que actuar sobre toda una ciudad sino sobre algunos puntos especiales y eso es lo que estamos tratando de identificar para poder adelantarnos a cuando pueda haber algún problema y actuar antes de que exista ese problema, que generalmente no se genera en toda la ciudad sino en algunos puntos, que es donde queremos actuar, eso lo estamos desarrollando y con suerte este año entraremos en la etapa de evaluar si realmente es efectivo”, detalló el científico.
“Queremos llegar primero a los lugares donde puede aparecer la enfermedad, son áreas equivalentes a lo que en Posadas es una chacra, zonas donde puede llegar a aparecer el problema y estar vigilando ahí y antes de que aparezcan los casos humanos. Uno vigila esos lugares y lo que estamos tratando de identificar es que a partir de un plano de imágenes satelitales, que son accesibles para el Estado, se identifiquen los lugares de las ciudades, hablando específicamente de visceral, y empezar a trabajar allí para prevenir y ver cuál es el riesgo”, explicó.
Y consultado sobre cuál es la situación actual de la leishmaniasis visceral, contó que “hoy estamos con pocos casos humanos. En 2006 tuvimos los primeros casos en la Argentina, en Posadas, después entre 2007 y 2012 tuvimos unos 15 casos por año en Misiones. Y desde 2013 para acá estamos entre dos y ocho casos en Misiones, el año pasado tuvimos solamente dos casos, por suerte, y sin ningún fallecido”.
Aunque la patología se expande cada vez a latitudes más al Sur, llegando ya a Uruguay, Brasil sigue siendo el país que más casos reporta. “Ellos siguen con unos 3.000 a 4.000 casos por año”, advirtió.
La patología se transmite a través de la picadura de un insecto muy pequeño denominado flebótomo. Cuando este insecto pica a un perro infectado con el parásito que causa leishmaniasis, al tomar su sangre también lo ingiere. La próxima vez que pique a otro perro o persona, el parásito pasará a ellos infectándolos. No se transmite persona a persona ni con el contacto directo con los perros.

Población canina
Otro punto a tener en cuenta, dijo, es ver “hasta donde llegan los casos de leishmaniasis visceral canina, porque la gente distribuye perros y porque en perros se transmite de madre a cachorro y por contacto sexual, así ya llegó hasta el Sur del país por más que no haya transmisión por el insecto” que es la lutzomyia longipalpis.
“Para hacer una acción efectiva sobre leishmaniasis visceral lo que hay que hacer es tener un manejo de las poblaciones de perros callejeros como primer paso para empezar a trabajar en el control de la leishmaniasis visceral y eso corresponde a todos: a nivel familiar, al área pública y al área privada, sobre todo en el manejo veterinario del problema. Para hacer una política a largo plazo tenemos que tomar en serio los programas de población canina”, cerró.

“El perro no es el enemigo, es una víctima más”

Lutzomyia longipalpis, un vector.
Octavio Estévez y Cecilia Nevot son un matrimonio de veterinarios que diagnosticó los primeros casos de leishmaniosis visceral en perros en Posadas, allá por el año 2006. Desde esa fecha a la actualidad encontraron -solo en su clínica- unos 3.800 casos que en su mayoría fueron tratados en su local de avenida Lavalle casi López y Planes.
“Pasaron dos cosas, desde el punto de vista específico de la enfermedad hubo como una especie de curva, que es común que pase en las emergencias de estas enfermedades, en un primer momento hay una explosión donde hay un aumento muy grande de casos y entonces hay una tendencia explosiva, que es algo que se dio bien claro hasta el año 2010/2011”, indicó Estévez.
“Y como pasa siempre con cualquier enfermedad, y sobre todo las de tipo vectorial, tienden a estabilizarse, se convierten en una endemia, nosotros acá la enfermedad la tenemos instalada y cuando se instalan es muy difícil que se erradiquen porque se dan por una condición ecológica favorable, la presencia del vector, la presencia de la enfermedad, la presencia de los reservorios, que es la situación que hoy tenemos”, añadió el profesional veterinario.
“La enfermedad está presente, constantemente tenemos casos, pero antes teníamos varios casos por día y ahora tenemos algunos casos cada 15 días o al mes y son casos que pueden tener distinta gravedad pero son un goteo lento comparado con lo que era antes”, evidenció.
El perro dentro del ambiente urbano es un reservorio de la enfermedad, es un lugar donde el parásito encuentra la posibilidad de multiplicarse adecuadamente. “El perro es el reservorio potencial más importante a nivel urbano, porque no hay que olvidarse que en un ambiente silvestre existen otros reservorios y en los mismos ambientes urbanos hay otros potenciales reservorios como las comadrejas”, sostuvo Estévez al tiempo que recalcó que “el perro no es el enemigo, es una víctima más de la enfermedad”.

La pobreza, factor clave
“Claramente esta es una de las enfermedades de la pobreza, son esas enfermedades que en algunos lugares se las denomina como desatendidas, porque son enfermedades a las que no se le dio bolilla durante mucho tiempo, que siempre afectaron a un sector de la población y ahora que se urbanizaron empezaron a atacar ciudades y le puede pasar a cualquiera, no solo a la gente pobre sino a la gente con buen poder adquisitivo, porque el vector no elige clases sociales, pero el vector sí eligió venir a las ciudades”, comenzó Cecilia Nevot.
“El vector vino bajando desde Brasil y fue colonizando las ciudades y Posadas en particular, fue el primer brote urbano que hubo de leishmaniosis visceral, antes teníamos casos importados que venían de Brasil o de España”, expuso.
Asimismo señaló que la limpieza de la ciudad y la concientización de la gente es fundamental para evitar casos. “Tener un animal diagnosticado, enfermo y tratado es mucho mejor que no saber si el animal está enfermo o no. Si la gente está concientizada protege al animal”, remarcó.
Además calificó a esta como una enfermedad elitista. “Limpieza de patios lo puede hacer cualquiera, ahora el tema de la repelencia lo hace el que tiene dinero para pagar. Un collar te sale alrededor de $1.000, las pipetas salen entre $100 y $300 y hay que colocarlas cada 21 días, y desde ya que la vacuna, que es protección individual, que no tiene nada que ver con la salud pública, también una vacuna elitista porque es para gente con poder adquisitivo y que puede dedicarle al perro un dinero que la gente pobre no tiene", dijo.
"Lo que el estado sí puede hacer en una provincia pobre como Misiones es todo lo que sea limpieza, concientización, limpieza de la ciudad, que la gente se acostumbre a eliminar los lugares donde se cría este vector que son zonas húmedas y con materia orgánica en descomposición”, destacó.
Por último hizo mención que está investigando, en cooperación con la Universidad de Salta y el Instituto de Patología Experimental “nuevos tests para poder hacer el diagnóstico más rápido. Queremos lograr un test más eficiente usando las leishmanias de la zona como antígeno”, cerró. 

Una cura más efectiva

En Córdoba, la ingeniera biomédica María Florencia Peralta, trabaja para el Conicet en la búsqueda de una cura más efectiva para la leishmaniasis cutánea en humanos, en el marco de su tesis doctoral. Se trata de una patología causada por un parásito diminuto de nombre protozoo leishmania que afecta la piel y las membranas mucosas. Las llagas en la piel por lo regular comienzan en el sitio de la picadura del flebótomo. En algunas personas, se pueden desarrollar llagas en las membranas mucosas.
"El tema me lo presentó la doctora Dolores Carrer y surge de la falta de tratamientos adecuados para la enfermedad. La Leishmaniasis es una patología que afecta tanto a humanos como a mascotas y animales salvajes, y los tratamientos actuales son altamente tóxicos, caros o de difícil administración. A los pacientes les cuesta completar los tratamientos y esto genera resistencia a las drogas en los parásitos. A su vez, como la enorme mayoría de los pacientes son pobres, la Leishmaniasis es una enfermedad desatendida, ya que las farmacéuticas no encuentran un interés económico para el desarrollo de nuevas formulaciones. Esto hace imperioso la búsqueda de soluciones desde organismos de investigación estatales", señaló.

¿Qué buscan con la investigación?
Buscamos un tratamiento que sea eficaz contra la Leishmaniasis cutánea, que es la forma más común de la enfermedad en Latinoamérica. Además buscamos que el tratamiento que no genere efectos secundarios y que sea fácil de administrar. Un tratamiento tópico, como una crema, no genera dolor y no requiere personal médico entrenado para su colocación. Además es fácil de hacer llegar a las zonas rurales y más barato de producir que un inyectable. 

¿En qué etapa de la investigación estás y cómo sigue?
Actualmente hemos logrado una formulación tópica exitosa en ratones infectados con una de las cepas del parásito presentes en Argentina. Como próxima etapa queremos probar la eficacia en ratones infectados con otras cepas del parásito y en perros que se encuentran naturalmente infectados. Si estos resultados son positivos, junto con algunas pruebas de estabilidad de la formulación, procederemos a realizar ensayos clínicos en pacientes. Al mismo tiempo estamos buscando alguna empresa farmacéutica que se interese en el producto.

Los tratamientos son "sistémicos, caros y tóxicos". ¿Cómo se Mejora el tratamiento?
Los tratamientos actuales se administran mediante inyecciones intravenosas o intramusculares, por lo que las drogas circulan por todo el organismo y generan efectos secundarios que pueden ser lo suficientemente graves para requerir hospitalización (anemia, problemas hepáticos, renales y cardiovasculares, fiebre, dolor generalizado). Formulaciones menos tóxicas son caras y no se consiguen en Argentina. Existen algunos tratamientos locales, como inyecciones intralesionales o termoterapia, pero son dolorosos y requieren de personal entrenado o equipos especiales.
Nuestra idea es generar un tratamiento que sea local, para evitar la circulación de la droga en el cuerpo y por ende los efectos secundarios, pero que además sea amigable y fácil de colocar por el paciente. Esto es, una crema eficaz en eliminar los parásitos y cerrar las lesiones sin dejar cicatriz.
¿Cómo aplican las nanopartículas en el tratamiento de la leishmaniasis cutánea en humanos?
A la hora de desarrollar una formulación tópica hay que tener en cuenta que la droga debe disolverse o dispersarse homogéneamente en la crema y debe ser capaz de penetrar a través de la piel y llegar a las capas más profundas donde se encuentran los parásitos. Nosotros solucionamos estos problemas mediante el uso de liposomas, nanocápsulas compuestas de una membrana lipídica y un centro acuoso, capaces de contener tanto drogas hidrofílicas (que se disuelven en agua) como hidrofóbicas (que se disuelven en aceite).

¿Qué factores influyen en la propagación de la enfermedad? 
La pobreza es un factor muy importante. La enfermedad para llegar a las personas necesita animales de sangre caliente (los reservorios), un vector (la mosca) y personas que vivan cerca de donde están la mosca y los animales. Eso se da muy bien en las zonas rurales, pero también en barrios muy pobres donde hay muchos animales. Como la periferia de las ciudades está llena de personas viviendo en estas condiciones debido a la pobreza, la enfermedad se está convirtiendo en un problema también en las ciudades.
La explotación de la selva, las deforestaciones, la migración de personas desde las zonas endémicas, el turismo y el cambio climático hacen que la enfermedad se esparza cada vez más.