Con implantes, disminuyeron 50% los embarazos adolescentes en A4

En menos de seis meses disminuyeron a la mitad los embarazos de niñas y adolescentes que se atienden en el Caps Nº 23 del barrio A-4 Nueva Esperanza de la ciudad de Posadas. Aseguraron especialistas de la salita, que se logró mejorar la calidad de vida de las mujeres con la implementación de un método anticonceptivo novedoso que funciona por medio de un implante subdérmico, denominado Implanon Etonogestrel.

Este dispositivo, que tiene características semejantes a un escarbadientes o “piercing", de acuerdo a los detalles brindados por los médicos, que desde finales del año pasado realizan el implante en adolescentes de entre catorce a 19 años que viven en una de las zonas de la ciudad de mayor riesgo social, donde se relacionan embarazo, pobreza y falta de oportunidades para las jóvenes madres.

El A-4 es uno de los barrios más populosos de esta capital, viven diez mil habitantes y más del 60 por ciento son niños y jóvenes. “Notamos una gran disminución en los embarazos en el barrio. Ahora, estamos atendiendo mensualmente entre tres a cuatro adolescentes, mientras que en otros años eran muchas más”, precisó Mabel Clérici, responsable del Caps Nº 23 y especialista en medicina familiar y general, quien precisó que el método tiene cobertura por tres años.

En el Caps, por mes se realizan entre quince a 20 implantes que son colocados de forma rápida mediante anestesia local. Su funcionamiento pleno empieza luego de quince días de ser colocado, mediante la liberación de hormonas que permiten prevenir el embarazo.

Por el momento, a causa de los altos costos de los implantes, que varían entre dos y tres mil pesos, las colocaciones se están realizando solamente a adolescentes.

“Este año empezamos a trabajar con jóvenes de hasta 24 años, que son la población considerada de alto riesgo”, señaló la médica. Contó que en el Caps cada mes se atienden entre 40 a 50 nuevos embarazos.

Pese a ello, antes de colocar un implante, los profesionales analizan cada caso de forma particular. “Estamos atendiendo sólo a jóvenes que no tienen obra social y dentro de ese rango priorizamos a aquellas adolescentes que han abortado o que ya tienen un hijo”, dijeron. Los médicos sostuvieron que las prioridades se deben a que un embarazo adolescente, en la mayoría de los casos, conlleva a cuadros asociados a una mala alimentación, mal crecimiento del feto, desnutrición del niño e infecciones.

“Una vez que se colocan el implante, se olvidan de las pastillas anticonceptivas o de tener que venir al Caps para colocarse la inyección”, sostuvieron. Más allá de los beneficios del método, desde el centro de salud recalcaron que “no sirve para proteger de las enfermedades infecciosas. Recordamos a las pacientes que deben usar profilácticos para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual".

Los médicos también contaron que, aunque se realizan campañas informativas sobre este método, aún “hay pacientes que prefieren no utilizar los implantes, porque nos dicen que no les hace falta, que se cuidan con pastillas o inyecciones. Es una decisión personal y, en el caso de las adolescentes, también influyen sus padres”.

En ese sentido, la responsable del Caps 23 recordó un caso, “hace poco vino la madre de una joven de trece años que quería que le coloquemos el implante a su hija, porque tenía miedo de que quede embarazada. A veces, las edades son relativas, ya que se analiza la situación de las pacientes”.

Por su parte, Alicia Díaz, médica de infanto juvenil en el Caps 5 y Hospital de Pediatría, aseguró que “si la paciente está informada va a saber que tendrá algunos síntomas típicos del método anticonceptivo, por ejemplo que en largo plazo se suspenderá su periodo menstrual, pero son aspectos que aparecen de una u otra manera en las medidas de prevención”.

Las contraindicaciones son dolores de cabeza, mareos y suspensión en el ciclo mestrual. “Hay que tener consejería con las adolescentes porque hay que avisarles que van a dejar de mestruar”, señaló.

Al respecto, la profesional indicó que es algo normal debido al métodos y las drogas que se utilizan para bloquear el embarazo. “Eso ocurre en los últimos dos años del implante”, dijo Díaz, quien aseguró que los casos bajaron en la repitencia de los casos de segundo embarazo.