Coartada endeble y testimonios de su entorno complicaron al hijo de los Kirschner

martes 01 de octubre de 2019 | 6:00hs.
Ambas víctimas recibieron dos disparos.
Ambas víctimas recibieron dos disparos.
Carlos Cardozo

Por Carlos Cardozofojacero@elterritorio.com.ar

La investigación por el doble homicidio de Ilario Kirschner (61) y Mirta Sakcer (54), pareja de agricultores de Comandante Andresito, tuvo ayer su día de inflexión. Tras ocho días, Alejandro Kirschner (23), hijo menor de ambos, fue detenido como el principal sospechoso de haberlos matado en la vivienda que los tres compartían.
La aprehensión se concretó en plena vía pública, poco después de las 14.30, tras una orden emitida por el juez Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción III de Puerto Iguazú. Fueron los efectivos de la Dirección de Homicidios quienes lo interceptaron y pusieron las esposas, apoyados por efectivos locales y otras comisiones de la Unidad Regional V.
El joven permanece alojado en la comisaría del pueblo y podría ser llevado a declaración indagatoria a Puerto Iguazú el jueves. Además, la pesquisa buscará indagar sobre la presunta participación de otra persona.
Como informó El Territorio desde un principio, los investigadores habrían puesto la lupa sobre él y su testimonio apenas se conoció el caso. Sin embargo, también se profundizaron sobre otras hipótesis, hasta que los elementos se fueron cerrando cada vez más sobre su persona.
Alejandro vivía con la pareja de productores asesinados, quienes eran muy queridos por la comunidad. Fue él quien le dijo a un tío, poco después de la medianoche del domingo 23, que los había encontrado sin vida en su habitación. Señaló que horas antes había salido y que volvió recién a esa hora para toparse con la cruenta escena.

Los elementos en su contra
Sin embargo, varios indicios pusieron en crisis su coartada. Según detallaron diferentes fuentes judiciales y policiales a El Territorio, el sospechoso no pudo comprobar que estuvo fuera de su casa esa tarde. Nadie lo vio sino hasta las 22, cuando se encontró con unos familiares, movilizándose en la camioneta de la familia.
Sobre este punto, pareció raro que anduviera en el vehículo, debido a que el padre le había prohibido usarlo. Al menos dos personas del núcleo familiar dijeron que la relación entre ambos era muy mala y que incluso las discusiones habían pasado a situaciones de violencia física.
El principal motivo, expresaron, era la adicción a los estupefacientes que sufre el joven, a tal punto que la víctima no quería darle más dinero a su hijo. Los testimonios detallaron que el joven se transformaba y se volvía irascible e incluso se animaron a señalarlo como un sospechoso.
Además de esto, un detalle que no pasó desapercibido fue la sangre que había en la Toyota Hilux, producto del ataque del perro de la familia, tal y como lo confirmó el médico policial cuando revisó al ahora detenido. ¿Por qué un animal va a morder a su dueño?
El análisis de la escena del crimen también derivó en señalamientos a Alejandro. La casa estaba toda revuelta - lo que hizo que también se pensaran que fue un asalto -, pero no así su habitación. Era el único lugar donde los asesinos no había hurgado en busca de un supuesto botín.
A esta altura, los pesquisas creen que de la casa no se llevaron nada. Incluso quedaron allí varias cosas de valor. “Los asaltantes o profesionales no matan”, opinó una voz autorizada en la víspera en relación al desorden de la casa y la crueldad del crimen. El propio testimonio de Alejandro y otros familiares fue coincidente al señalar que la pareja no guardaba sumas de dinero en su vivienda y que el fruto de su trabajo estaba siempre en el banco.
Además, todo indica que el arma homicida es de la familia, ya que en el lugar había cajas de municiones del mismo calibre con la que fueron ejecutados los ancianos. El rifle calibre 22 no apareció hasta el momento, al igual que el celular de la mujer.
De todas formas, el móvil que sí apareció es el del sospechoso. Estaba en lugares señalados como kioscos narco o ligados al narcomenudeo que fueron allanados por las autoridades policiales. El joven había dicho que lo había perdido en la Fiesta del Agricultor -realizada el 6, 7 y 8 de septiembre-, por lo que eso fue la primera gran contradicción.
Se esperan las pericias sobre el aparato, que están a cargo de la Secretaria de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial.

La absorción y un tercero
También está pendiente el estudio de absorción atómica que le hicieron al sospechoso apenas se conoció el hecho. Se trata, a grandes rasgos, de un barrido en la mano que busca vestigios de pólvora y determinará si Alejandro Kirschner (23) disparó o no un arma. Es una prueba clave.
La pericia fue encargada en la provincia de Chaco, pero los profesionales expresaron que no lo van a poder realizarla por problemas de su maquinaria. De esta forma, la Justicia deberá decir a dónde se realizará, por lo que va a demorarse varios días más. Salta, Córdoba o Buenos Aires son las opciones.
Entre otros puntos, la pesquisa deberá determinar ahora sobre la participación de otra persona en la comisión del doble homicidio. En la escena del crimen, además de las huellas del único detenido, había marcas de zapatillas de un tercero aún no identificado.
Al respecto, un investigador policial señaló ayer que la detención “no quiere decir que el caso está resuelto y no seguiremos investigando”.


El crimen ocurrió el 21 de septiembre

Según los elementos recolectados al momento, los pesquisas creen que el doble homicidio ocurrió el sábado 21 de septiembre entre las 20 -última conexión en el celular de Sakcer- y las 22.
La pareja fue hallada en la habitación matrimonial de su casa en la chacra del Paraje 500 Hectáreas. Kirschner estaba boca abajo sobre la cama y la mujer en el piso, boca arriba.
Los elementos indican que antes de ser asesinado el hombre estaba sentado en el sillón del living mirando TV -ahí estaba su anteojo y un vaso- y la mujer cocinando para colaborar con la organización de la fiesta de los jubilados del día siguiente.
Las autopsias arrojaron que Mirta Sakcer (54) fue la más castigada, ya que si bien se confirmó que falleció por un balazo en la cabeza -tenía otro impacto en el abdomen-, también presentaba una fractura de cráneo, causada por un objeto contundente.
Ilario, en tanto, tenía dos disparos en la cabeza. En el lugar fueron incautadas tres vainas servidas de un arma de calibre 22 largo y un trozo de madera.