2022-12-08

Qatar de a poco empieza a despedir su gran evento

Mientras las selecciones se preparan para jugar los cuartos de final, el estadio de los containers comenzó a desinstalarse

Paik Seung Ho quedará en la historia como el último jugador en marcar un gol en el estadio 974. El surcoreano descontó para el 4-1 que sufrió su equipo ante Brasil por los octavos de final de Qatar 2022 y, sin saberlo, cerró la cuenta de tantos en el estadio de los containers.

Los qataríes no desperdiciaron tiempo. En el primer día libre de fútbol desde que comenzó la Copa del Mundo el 20 de noviembre pasado, se comenzó a desarmar el estadio al borde del mar Arábigo. La organización vendió al Mundial como sustentable y una de esos hitos era armar un estadio con containers, que luego se desarmara y que sería utilizado en algún otro evento de gran magnitud.

Las puertas del 974 se cerraron para los hinchas y la prensa. Ahora solamente ingresan quienes tendrán, durante varios días, la tarea de desarmar el estadio de 45 mil personas que albergó el encuentro que Argentina le ganó 2-0 a Polonia por la última fecha de la fase de grupos de la Copa del Mundo.

Después de 9 meses, ayer se registraron algunas lluvias en Doha. Fotos: Diego Vain

Los camiones entran y salen del predio. Se comenzaron a juntar las miles y miles de vallas que se dispusieron alrededor del estadio para el ingreso de los hinchas. También toda la parafernalia de carteles, anuncios y kioscos que la Fifa dispone antes de que los fanáticos ingresen y que es con lo que impone sus marcas.

Los 974 contenedores y todo lo que se utilizó para armarlo, en principio, iba a ser donado a otro país. Por el momento se guardará para que Qatar lo utilice en otro evento y hasta surgió la posibilidad de que todo el estadio sea donado para la sede del Mundial 2030, que buscan en conjunto Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Para eso aún falta demasiado y, en cuanto a logística, los sudamericanos están lejos de ser anfitriones de una Copa del Mundo.

El puntapié final

Las calles de Doha no suelen tener muchas personas recorriéndolas. El calor hace que los locales se resguarden dentro de sus casas con aire acondicionado. El color, durante las últimas semanas, lo pusieron los turistas. Los hinchas del fútbol.

Que se haya empezado a desarmar el estadio 974 es la clara señal de que la Copa del Mundo empieza a llegar a su final y que los locales no tienen muchas intenciones de mantener el ritmo de vida que el Mundial interrumpió.

Si bien están predispuestos a ayudar a quién lo necesita, no les gusta que las ciudades, el transporte público y los lugares turísticos estén llenos de camisetas de otros colores. Que las calles estén cortadas y que hayan llegado a la península casi un millón de personas.

Pero todo empezó a cambiar. Finalizada la fase de grupos y, sobre todo, los octavos de final, gran parte de los hinchas pegó la vuelta a sus respectivos países. Algunos tenían partidos de fase de grupos y apostaron por conseguir alguna entrada más, pero el pasaje marcó la hora de regresar.

Hay menos turistas en los shoppings y en el transporte público. Los que quedan aprovechan para pasear por Souq Waqif y comprar algún regalo de último momento, pero sus pasillos ya no están abarrotados.

De a poco, Doha y sus alrededores recuperan lo que dicen es su “habitual calma”. Los qataríes toleraron y continuarán tolerando la Copa del Mundo y todo lo que eso conlleva. Es parte del negocio, del show. Pero de ninguna manera pretenden seguir con ese estilo de vida por mucho más tiempo.

El desmontaje del estadio 974 marcó el inicio del fin para el Mundial de Qatar. Se viene, en la cancha, la mejor parte y fuera, para los que quedan en Medio Oriente, la chance de recorrer una tierra única y con costumbres muy distintas a las de occidente.


Sin fútbol pero con lluvias

Ayer no fútbol fútbol en Qatar. Por primera vez desde el 20 de noviembre la pelota no rodó porque el calendario dejó dos días de descanso entre el final de los octavos de final y el comienzo de los cuartos, que se disputarán mañana y el sábado. Así que el gran protagonista ha dejado de ser el deporte para darle lugar a la lluvia. El país del Golfo tuvo su primera tormenta de la temporada y se sintió fuerte sobre todo en las afueras de Doha. Es que en la capital apenas cayeron “algunas gotas”, aunque posiblemente en los próximos días las calles de la ciudad se mojen bastante porque el servicio meteorológico así lo adelantó.

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