2022-03-30

Corina Lawrence, la eldoradense que triunfa en México

La misionera radicada en México se presentará en Posadas, Eldorado e Iguazú. Habló de su último proyecto, una experiencia artística íntima y sanadora. Y se refirió a la libertad y la importancia de ser fiel a la esencia

Fiel a sí misma. Libre y utilizando el arte como una herramienta para expresar su esencia, Corina Lawrence visita su Misiones natal para compartir sus últimas creaciones artísticas.

Se trata de un proyecto enfocado en la música desde una dimensión terapéutica que a la vez fusiona con otras expresiones como la poesía y la improvisación, convirtiendo el trabajo en una experiencia profunda y para vibrar alto.

Asumiendo la responsabilidad que conlleva ser libre y “defendiendo esa libertad con toda el alma”, la multifacética Lawrence dialogó con El Territorio. Destacó que en el camino de la industria musical muchos “negocian el alma porque eligen crecer siguiendo fórmulas. Pero yo, lo único que no tranzo es mi alma. No transo la libertad porque no puedo. Ni siquiera sé si se trata de una decisión mental pero creo que me secaría por dentro si me traiciono, me marchito.

Instalada en México desde el 2005, regresó de visita al país tras casi cinco años, pandemia mediante. Estará en Posadas con dos funciones, brindando un House Concert y Mujeres que cantan con lobos. También estará en Eldorado e Iguazú, con un show íntimo y una sesión-taller respectivamente.

¿Cómo fue tu regreso a Eldorado y cómo atravesaste la pandemia? ¿Qué novedades traés con esta visita?

La pandemia fue dura pero como todo, tiene también su parte positiva. Para mí estuvo bueno porque me permitió renovar el deseo de tener ganas de decir algo, generar nueva música, nuevos sonidos y darme chance a mí misma a que aflore un nuevo perfil.

En este tiempo empecé a explorar la música como un sonido en su dimensión terapéutica, energética, espiritual. Entonces, de estar haciendo carrera en la industria del entretenimiento me enfoqué en otro marco; en la música como sanación, como medicina. Realmente es hermoso entender la frecuencia, la vibración y que la música está ahí con nosotros, como una medicina que traemos desde la propia voz o que te venga a rescatar en situaciones de la vida. También me sirvió para repreguntarme qué significa para mí compartir la música.

Desde esa experiencia más consciente, ¿qué significa para vos compartir música?

Creo que es muy importante el encuentro cercano. Compartir un ambiente físico, más allá de que se pueda escuchar un track por internet o que puedas ver un video, el encuentro es importante. Hay algo que pasa en la presencialidad y que también sana, hay una energía que se emana. No sólo de la música sino del rol de uno mismo. Uno como voz cantante, como canalizador de una experiencia.

¿Todo eso está volcado en la experiencia de ‘Mujeres que cantan con lobos’?

Es una evolución, una condensación o cristalización; pero no sólida o rígida sino al contrario. Tengo varios años de carrera y la curiosidad siempre estuvo presente en mí, al igual que la diversidad y la exploración.

Generalmente hay dos caminos: se puede hacer nicho y crear una carrera dándole siempre al mismo estilo y género; o ir explorando varios soportes, herramientas, géneros, tipos de canto, colaboraciones con varios artistas y más. Ese es el que elijo yo.

Así, cuando se va orillando el tiempo y mirás para atrás hay una línea finalmente que une todo lo que parece diverso y esa línea es uno mismo y las distintas facetas que va tomando la vida. Como ser un reflejo de lo que está pasando. Valoro los artistas que se animan a cambiar.

Sería ser fiel a uno mismo y a lo que vive en el momento...

Exactamente. También se vale el otro camino en el que uno quiere crecer o que le vaya bien en la industria siguiendo varias fórmulas. Pero a veces, se deja el alma en ese camino. Y yo, lo único que no tranzo es mi alma.

Mujeres que cantan con lobos condensa un poco todas estas exploraciones. Es una obra que tiene cuento, poesía -escribo poesía hace muchos años-, tiene performances, partes acústicas, tiene canalización, improvisación. Me parece muy importante siempre dejar un tiempo para la improvisación, creo que las presentaciones en vivo deben ser justamente algo vivo. ¡Basta de canciones perfectas, con ejecuciones perfectas! Me parece muy importante darle el lugar al error o por lo menos a la posibilidad, a que esté vivo; a cambiar y dejarse ser; a que se brinde espontáneamente el momento y el encuentro.

Es una experiencia íntima, compleja...

Sí. Se trata de brindar justamente una experiencia artística, porque nutre el alma. Y eso es lo que falta, que nutramos el alma.

Está demasiado manipulado todo, muy digerido, mediatizado, todo parece ya resuelto y eso conduce a la desconexión de nuestra parte divina, creativa, humana (en el sentido sublime de la palabra). Somos potencia creativa, colaborativa, capaz de sanar.

Todo lo que hago, digo, pienso, escribo, elijo, soy más allá de las tablas viene de una acción que responde a qué contribuye lo que elijo.  Es responsabilizarme de lo que soy y de las consecuencias.

Y también de gozar, no hay que olvidarse del gozo del propio cuerpo, de movernos, de disfrutar. Y después por el gozo de no tener miedo a ser quiénes somos y de defender nuestra verdad. El goce que implica la claridad de saber quien sos, la paz que te da y la valentía de saber quien sos es tan hermoso y nutritivo. Todo se basa primero en saber quienes somos.

¿Encontraste en el arte ese lugar para expresar lo que sos?

 Exactamente, es la manera que  encontré para traducir lo que soy. Pero no diría que es la finalidad de mi vida, sino algo muy pequeño. La finalidad es compartir, transformar, transmutar, sanar, comunicar, tender puentes, potenciar todo eso. El arte es la herramienta.

Hablaste de una libertad consciente que conlleva una responsabilidad y también un proceso introspectivo. ¿Cómo te llevás con ello, qué mensaje transmitís desde ese lugar?

Planteo que vayamos hacia lo humano. Para mí, hay que trascender las etiquetas e ir a lo que nos une a todos los humanos, para reconocernos. Si nos reconociéramos como humanos (humanos/divinos y no humanos/animales) habría una veneración, una honra de lo que sos por solamente existir. Reconocernos con nuestras luces y nuestras sombras, ir hacia la consciencia y la unidad.


Para agendar

Corina en Misiones
La artista se presentará este viernes a las 21, en Espacio Base  (Rademacher 5324) con ‘Mujeres que cantan con lobos’. También brindará un house concert íntimo en Casa del Medio. A su paso por Posadas se suman una sesión taller en Iguazú y un show en Eldorado.

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