2021-04-16

La decisión fue ratificada por ocho votos a favor y tres en contra

La Justicia da vía libre a Lula para ser candidato

El Tribunal Supremo de Brasil anuló todas las condenas contra el ex presidente, lo cual lo habilita para participar de las elecciones presidenciales del próximo año

El Supremo Tribunal Federal de Brasil determinó ayer por mayoría de ocho votos contra tres anular todas las condenas contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, lo cual lo habilita para participar de las elecciones presidenciales de 2022.

El fallo, que ratifica una decisión de marzo, considera que las causas de Lula ante el juzgado de Curitiba del ex juez Sérgio Moro en la operación Lava Jato no tenían vínculos con los desvíos de fondos en la empresa estatal Petrobras y deben volver a foja cero en otra jurisdicción.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) analizaba en el plenario tres recursos -entre ellos uno de la Procuraduría General de la República- sobre una decisión del magistrado Edson Fachin, que en marzo pasado consideró incompetente el tribunal de Paraná, que condenó a Lula en dos casos y lo procesó en otros dos en el marco de la Operación Lava Jato.

En concreto, Fachin declaró incompetente al 13° Tribunal Federal de Curitiba en los casos del apartamento triplex en Guarujá, una hacienda en Atibaia y el relacionado con la sede y las donaciones del Instituto Lula, al considerar que no tenían relación con los desvíos de dinero en la estatal Petrobras, que fueron los que justificaron los procesos, y por eso no debían ser juzgados en Paraná, desde donde se llevó la operación Lava Jato.

Con el fallo de Fachin, el ex mandatario recuperó sus derechos políticos y podría participar en los comicios de 2022; sin embargo, estaba pendiente esta decisión del STF. En tanto, las causas deben volver a foja cero en otra jurisdicción.

Moro parcial

El encargado de juzgar y condenar a Lula fue el juez Sergio Moro, quien luego se convirtió en ministro de Justicia y Seguridad Pública en el gobierno de Jair Bolsonaro.

Moro sentenció al ex mandatario a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero. Tras ello, Lula estuvo un año y siete meses privado de libertad, hasta que en noviembre de 2019 el Supremo declaró inconstitucional su encarcelamiento.

A finales de marzo, la Segunda Sala del STF determinó que Moro fue parcial en los procesos que condenaron a prisión a Lula. Pese a ello, el ahora ex juez federal dijo tener “absoluta tranquilidad” con sus decisiones en la operación anticorrupción Lava Jato.

Si bien el fallo no exonera a Lula, le permite volver al “ruedo político” y es que Lula, de 75 años, participó en todas las elecciones desde la redemocratización en 1985, excepto en 2018, cuando fue inhabilitado debido a la primera de sus dos condenas por corrupción pasiva y lavado de dinero. Incluso en esa elección superaba en intencionalidad de votos a Bolsonaro. La decisión de la Corte es un gran espaldarazo para Lula.

“STF confirma los derechos de Lula! Día histórico. Tardó, pero llegó! Todavía hay muchas cosas para poner en su lugar, pero la incompetencia de Moro era el paso fundamental para eso, el primer pedido de la defensa”, escribió la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Glesi Hoffmann.

Continúan los fallos

El próximo jueves, los once magistrados juzgarán también la decisión tomada en marzo por una sala de la alta corte de declarar “parcial” al ex juez Moro al dictar esa condena por la que el exmantario izquierdista fue a la cárcel.

Ese fallo ha implicado un nuevo revés a la Lava Jato, de la que Moro era la principal figura y que llevó a la cárcel a decenas de empresarios de primer plano y a políticos de casi todos los partidos.

Y tiene implicaciones políticas, porque Moro terminó siendo ministro de Justicia de Bolsonaro, hasta que salió del cargo tras enemistarse con el mandatario, y numerosos analistas lo sitúan en la carrera presidencial en 2022.

La decisión del STF no torna a Lula inocente, pero abre la puerta para que el líder izquierdista desafíe en las elecciones de 2022 al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, su enemigo declarado, cosa que todavía no ha decidido. 

 

 

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