2020-10-12

“Sólo esperamos que por lo menos nos entreguen su cuerpo para llorarlo”

Por Daniel Villamea

Por Daniel Villamea Corresponsalía Oberá

El gomero Milton Schneider (53) fue visto por última vez la noche del 28 de junio del 2018 en la casa que compartía con su concubina y otros familiares de la mujer, según reconstruyó la justicia.

En tanto, el 4 de septiembre del año pasado fueron hallados restos óseos en un sector del barrio 53 Viviendas de Oberá y un hermano de Schneider reconoció parte de las prendas encontradas en el lugar, donde también constataron la existencia de un cable atado a un árbol, lo que abonaría la hipótesis del suicidio.

Pero a trece meses del hallazgo, la familia todavía reclama el resultado de los estudios de ADN para confirmar o descartar la identidad de los restos.

“Sólo esperamos que por lo menos nos entreguen su cuerpo para llorarlo y darle cristiana sepultura, ya que lejos estamos de saber porque le hicieron eso”, reflexionó Inés Schneider, hermana de Milton, ratificando las dudas que siempre tuvo la familia con relación a la misteriosa desaparición.

Para la Policía de  Misiones, la principal hipótesis es que el gomero se ausentó por sus propios medios, tal vez acuciado por las deudas que tenía, tal como indicaron algunos allegados.

Pero si realmente se escapó, por qué no llevó su billetera con sus documentos.

Otro interrogante es por qué su concubina no denunció la desaparición, lo que finalmente concretó Elio Schneider, el 30 de junio del 2018.

Se trata del mismo hermano que manifestó que el gomero estaba atemorizado y hora antes de su desaparición le entregó el título de propiedad de su casa.

Lo cierto es que más allá de las suspicacias, la causa que se tramita en el Juzgado de Instrucción Dos sigue bajo la caratula de “desaparición de personas”.

Dudas y sospechas
Según el expediente, en sucesivos allanamientos a la casa de calle Perú y la gomería de calle Fleming los investigadores no dieron con elementos que permitan sospechar de un delito.

Dos perros rastreadores del cuerpo de Bomberos Voluntarios colaboraron en la infructuosa búsqueda por zonas aledañas.

También trabajó personal de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), aunque no hallaron elementos para imputar a alguien.

En cambio, a los familiares de Milton Schneider los desvelan las dudas y, para colmo, hasta el momento ni siquiera tienen certeza de que los restos hallados en el 53 Viviendas sean de él.

“Mi hermano está desaparecido desde el 28 de junio, pero la denuncia fue hecha el 30 de junio cuando nos dimos cuenta de que algo andaba mal porque no había señales de él. Lo último que dijo horas antes de desaparecer fue que había tenido problemas con las personas que ocupaban su casa, y que quería que se fueran”, comentó Inés.

El diálogo con El Territorio desde Posadas, donde reside, lamentó que hasta el momento no obtuvieron los resultados de ADN de los restos que supuestamente serían de su hermano, a pesar de que transcurrió más de un año del hallazgo.

“La médica forense dijo que en un mes y medio debían llamarnos, pero hasta ahora nada”, lamentó.

En tanto, ratificó las sospechas en torno a las personas que vivían bajo el mismo techo que su hermano, ya que “hay testigos de violencia, de maltratos y de malas juntas de las personas que vivían ahí, los mismos que él quería se fueran. Hasta hubo testigos que vieron que una camioneta entró esa noche de cola y sacaron un bulto”.

“Y misteriosamente, un año después apareció un cuerpo a metros de un barrio, donde la gente transita todo el tiempo, pero nadie vio ni sintió nada”, agregó.

Más suspicacias
Inés Schneider también cuestionó la lentitud de la instrucción judicial, al tiempo que mencionó que ni siquiera la citaron a declarar lo que sabe. 

“Cuando viajé a Oberá para hablar con la fiscal, ella no tenía ni idea de quién o de qué era el caso. Nunca fui citada, pero al principio fui varias veces a informar de cosas que sucedían y me puse disposición, pero no me llamaron. Así mucha gente que fue a decir cosas que sabía y les decían que los iban a llamar, pero nada”, precisó.

Reconoció que al vivir en Posadas se le dificulta acudir periódicamente al juzgado, situación que en los últimos meses se agravó por las restricciones por la pandemia de Covid-19.

En ese contexto, lamentó que “seguimos como al comienzo. No sabemos qué le pasó a mi hermano ni si los restos que encontraron son de él. Es todo muy triste para la familia y no sabemos si alguna vez se sabrá la verdad”. 

Lo cierto es que todas circunstancias que rodearon la desaparición de Milton Schneider fueron extrañas y difíciles de explicar, como también resultó el hallazgo de sus presuntos restos óseos en el barrio 53 Viviendas.

Si bien los huesos fueron encontrados debajo de un cable atado a un árbol, lo que abonaría la hipótesis del suicidio, para la familia y allegados el descubrimiento no hizo más que atizar suspicacias.

Ocurre que los restos fueron encontrados a la intemperie y a poco más de cien metros de las casas del citado barrio, por lo que se supone que en algún momento los vecinos habrían sentido indicios de un cadáver en fase de descomposición, aunque nunca se percataron de olores nauseabundos, señalaron.

“Tenía miedo”
A los pocos días de la desaparición, en diálogo con este diario Elio Schneider comentó que su hermano le había pedido trabajo y que poco antes vendió una mezcladora porque necesitaba efectivo.

“Él era muy cerrado, pero me dijo que quería vender algunas cosas más y en algún momento me pidió prestados 500 pesos, pero me devolvió”, precisó.

Sobre los días previos a la desaparición comentó que “el miércoles (27) fue a verme y me entregó el título de propiedad de su casa. Me dijo que estaba preocupado, que tenía miedo y que se había podrido todo. Se quejó de que tenía problemas con la mujer porque la hermana de ella estaba viviendo con ellos y no quería trabajar. Me dijo que a él le costaba mantener la casa y quería que la cuñada se vaya”.

Aseguró que el jueves 28 hablaron por teléfono, pero el viernes a la mañana, alrededor de las 8, pasó por la gomería y estaba cerrada.

“Me llamó la atención, pero pensé que por ahí estaba haciendo algún trámite. A la siesta pasé otra vez y seguía cerrado. Le mandé un mensaje y no me contestó, le llamé y nada. A eso de las 21.30 le volví a llamar y seguía sin atender. El sábado, a eso de las 6.15, volví a llamarle y el celular daba apagado, ahí me preocupé y fui a la gomería”, relató.

Al encontrar la gomería cerrada, Elio se dirigió a la casa de Milton, en calle Perú, donde lo atendió la concubina de su hermano.

Al respecto, mencionó que “la mujer me dijo que el viernes se fue a trabajar y que no volvió, y que ella tenía miedo de que le hayan hecho algo”.

También trascendió que el hombre afrontaría deudas económicas con prestamistas colombianos, lo que no fue confirmado por sus familiares.

“Hasta los domingos trabajaba”

Hasta el momento de su desaparición, Milton Schneider convivía con una joven casi 30 años menor que él, quien declaró que el último día que lo vio, el hombre salió rumbo a su trabajo, pero después reconoció que dejó su billetera y las llaves de la gomería.

“Mi hermano tuvo la gomería más de 20 años en el mismo lugar, no le molestaba a nadie y vivía para trabajar.

Su vida era de la casa a la gomería y de la gomería a la casa.

Si hasta los domingos trabajaba”, remarcó Elio Schneider.

Por su parte, en los primeros días de búsqueda Wilmar Schneider se mostró abatido por la falta de respuestas y subrayó que su hermano era muy trabajador y no tenía problemas con nadie.

“Todavía no entiendo qué está pasando, como que no caigo.

Yo tengo buena relación con mi hermano, pero no nos visitamos mucho por causa de la mujer que vive con él.

Él tenía que trabajar para mantener a todos los que vivían en esa casa”, graficó entonces.

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