"No fue un asalto, el hombre quería llevarse a mi hija"
La madre junto a su hija continuaron avanzando sin jamás imaginar lo que estaría presto a ocurrir, ya que ver un auto detenido es normal y nunca antes habían siquiera oído y menos vivido una situación similar.
Con fuerza de voluntad, amor y la solidaridad, la familia de las hermanas abusadas en Pozo Azul, salieron adelante. El terrible momemto por el que pasó la familia de Pozo Azul, donde una de sus hijas fue golpeada y la menor abusada sexualmente el pasado 14 de abril del 2018, fue superado mediante la unión familiar, contención mutua, solidaridad de cientos de personas y asistencia de las áreas competentes. Si bien la tranquilidad y la confianza de vivir en un lugar tranquilo jamás será la misma y hay marcas que serán difíciles de borrar, las niñas y su familia en la actualidad con mejores condiciones de vida. Después de recibir clases en su vivienda por parte de una docente domiciliaria, este año regresaron a la escuela en Pozo Azul. La menor de las dos, a razón de su estado frágil de salud como consecuancia del ataque sufrido, debía residir en una vivienda con mejores condiciones, pero ese anhelo aún no se concretó. La familia confirmó que recibieron materiales por parte de vicegobernación para la construcción de un baño, pero no fueron suficientes y la obra quedó sin terminar. También quieren que la casa tenga estructura de material. Uno de los aspectos más valorados por el progenitor, M. D. S., tiene que ver con que ahora cuenta con un empleo formal que le permite recibir un ingreso económico fijo mensual, a diferencia de lo difícil que le resultaba la vida de changarín para cubir las necesidades básicas de los diez integrantes de su familia.