“Ser submarinista era su gran orgullo”
Por Esteban Bueseck interior@elterritorio.com.ar
El miércoles 15 de noviembre del 2017 a las 7 de la mañana, el submarino que navegaba en el océano Atlántico a unos 320 kilómetros de la costa argentina, a la altura del golfo San Jorge, perdió contacto con la base. Días más tarde, se conoció que por esas horas se había registrado un “evento hidroacústico”, consistente con una explosión, en la zona del último contacto. Allí trabajaba el buque Seabed Constructor, de la estadounidense Ocean Infinity, que desde el 8 de septiembre barrió 21.000 kilómetros cuadrados y verificó 27 contactos submarinos sin resultados positivos. El plazo mínimo de búsqueda era de 60 días. El buque de búsqueda, por obligación a la autoridad marítima internacional, viajó a ser sometido a revisión anual en Sudáfrica. La búsqueda, previo desarrollo del nuevo plan, se retomaría en febrero.
Eliana entregó su vida a la Patria
Es que, entre tantas distinciones, como el proyecto de poner el nombre de Eliana a una avenida de Oberá o la intención de construir un busto en su homenaje, para la familia Krawczyk la prioridad es hallar al submarino y saber qué pasó.
Hoy se cumple un año de la desaparición del ARA San Juan y el misterio persiste. Tal como ella misma reconoció en entrevistas previas, hasta los 21 años Eliana no había salido de la provincia de Misiones ni conocía el mar. Tras finalizar la secundaria, comenzó a estudiar en la Facultad Ingeniería local, pero las muertes de su hermano y su mamá produjeron un quiebre y decidió cambiar de rumbo. En 2002 la Armada abrió sus puertas a las mujeres y Eliana tomó conocimiento de la convocatoria a través de una publicidad en internet.
“Fui corriendo a la delegación de Posadas y me inscribí. Dejé todo y viajé a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Llevé una foto de mamá en la billetera”, contó en una entrevista. En 2004 ingresó al primer año de la Escuela Naval.
Al llegar a Mar del Plata, base de los submarinos, empezaría su carrera para convertirse en la primera submarinista de la historia de la Armada Argentina. En 2009 se convirtió en oficial y tres años después ingresó a la Escuela de Submarinos, una fuerza que en 71 años nunca había sumado mujeres a sus filas. Pero no sólo eso, en 2012 se convirtió en la primera submarinista de Sudamérica y al momento de la desaparición del ARA era la jefa de armas del submarino. Hasta que a principios de 2017 fue promovida a teniente de navío.
Un acto y salva de cañones a un año del último contacto
Todavía es incierto lo que ocurrirá después de esta tarde. No se sabe qué camino tomará el Gobierno ni qué postura tomarán los familiares. Finalizados los trabajos del Seabed Constructor, se abre un signo de interrogación mayúsculo sobre la tragedia que se llevó la vida de 44 tripulantes en las profundidades del Mar Argentino, informó el sitio periodístico Perfil.