Madre acusada de matar a su beba, con prisión domiciliaria y condicionada
Dos pedidos
Tratamiento psiquiátrico
En plena madrugada del lunes 12 de marzo fue estrangulada la pequeña de 16 meses, en una casa del barrio 40 Viviendas de Puerto Esperanza. El alerta a la Policía fue hecho por una hermana de la acusada. Es que, en el transcurso de esa mañana -según consta en el sumario policial recepcionado por el magistrado de Iguazú-, la madre llegó a su casa con un estado anímico alterado, de acuerdo a lo que describió. Estaba sin la beba, pero junto a su otra hija, por lo que ante la consulta sobre dónde dejó a la beba, habría respondido únicamente que “no está más”. El silencio, sumado al estado de shock que evidenciaba, motivó que junto a una vecina vaya a la casa de su hermana, donde se topó con una escena terrible: la beba sin vida sobre la cama. Peritos criminalísticos y científicos intervinieron la propiedad, levantaron elementos considerados importantes para el devenir de la pesquisa e interrogaron ese mismo día a la progenitora, quien ante los uniformados dijo que alrededor de las 5.30 se despertó y se dio cuenta de que ya estaba muerta, rígida sobre la cama en la que ambas dormían. No supo cómo reaccionar -agregó-, por lo que se fue hasta lo de su hermana. Según su madre, ante ella ofreció una versión distinta. Dijo que en un momento de la madrugada supuestamente se levantó para ir al baño y en plena oscuridad, al regresar, tropezó con la pata de una de las camas por lo que cayó arriba de la beba, trasladando la muerte a un plano accidental. El trabajo de los peritos del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial fue concluyente. La muerte de la beba fue consecuencia de un paro cardiorrespiratorio por asfixia mecánica. Detectaron además 0,48 gramos de alcohol en su cuerpo, lo que indica que fue alcoholizada. La madre estuvo detenida algunos días en Puerto Iguazú, hasta que después se dispuso su traslado a la localidad de Wanda, a donde regresará si no cumple con las condiciones impuestas.