Colapso, caos y bronca para cruzar el puente internacional
Promesas incumplidas
Estoy presente en un día histórico del Mercosur. En Encarnación la cola llega a la ruta 1, unos 20 kilómetros de cola.
Mientras la cámara de Comercio propone cobrar peaje, la verdad es que acá los centros comerciales crecen como los tacurú a nuestro lado.
A modo de ejemplo, una pala tramontina, no fabricada acá, vale 172 pesos, la misma que en Oberá cuesta unos 600 u 800 pesos. ¿Por qué no ver que en vez de burlarnos mejor no los imitamos?
¿Por qué la Cámara de Comercio no recorta sus márgenes muchas veces exorbitantes?
Si creen que el cobro de peaje va a solucionar algo, dedíquense a otra cosa.
De este lado se están organizando para llevar agua a los niños y ancianos que pasarán la noche haciendo la maldita cola, y sabemos que no sirve para nada ese supuesto control”.
Patricio Corró (Ingeniero obereño)
Nota publicada en redes sociales.
La tarea periodística sirve
a la comunidad. Informa, enseña, da a conocer, genera opiniones, influye y también suele producir cambios. El fotoperiodismo es el ojo del espectador en aquel lugar donde éste no está. Muestra, ilustra, informa. Da una imagen a las palabras. Cuenta la historia sin enunciarla. Para exponer lo sucedido ayer en el puente, El Territorio se dirigió hacia el Roque González y solicitó a las autoridades el permiso para retratar las imágenes, las mismas que podría hacer cualquiera bajando del auto en la calzada del puente con un celular o una cámara. Por una cuestión de “seguridad” no se puede hacer, pues son las autoridades nacionales
las que deben autorizarlo.
E aquí la cuestión: si el fotoperiodista se identifica y explicita la tarea que realizará no puede trabajar, pero cualquier particular, con el mismo equipo y sin cuidar los detalles mínimos, puede realizar las imágenes que al profesional se le niega. La racionalidad debería primar.
Marcelo Rodríguez
Fotógrafo de El Territorio
Cumpleaños poco feliz
Ayer cumplió 28 años uno de los íconos de la integración regional. El puente San Roque González de Santa Cruz, ese que fue concebido como una solución para el tránsito fronterizo entre Posadas y Encarnación, que hasta entonces se movilizaba en balsas y lanchas de limitada capacidad. Hace 28 años fue una solución. Hoy es un problema.
En estos 28 años el centro de frontera fue levemente modificado para agilizar la salida del país, pero casi nada cambió en lo que respecta al ingreso desde Encarnación. Las mismas cuatro casillas que fueron pensadas para recibir unos 10.000 autos por día son las que están instaladas para los más de 50.000 que cruzan hoy. Si a esto le sumamos que los fines de semana largos o en periodo de vacaciones las dependencias de Aduanas y Migraciones no cuentan con
el personal suficiente para mantener abiertas las cuatro entradas, el ícono de la integración se transforma en una especie de castigo para quienes osan visitar una u otra orilla, ya sea con motivos comerciales, sociales o recreativos.
Damián Cunale
politica@elterritorio.com.ar