2017-06-24

Emprendedoras que agregan valor a la fruta de la chacra

En la localidad de Salto Encantado, más de 50 familias de la zona dan vida a la Asociación Civil Mujeres Soñadoras donde cuentan con un Salón de Usos Múltiples y una Sala de Elaboración e Industria. Desde la Asociación agregan valor local a partir de la elaboración de una gran variedad de dulces y conservas con los frutos del monte como un producto diferenciado y valorado por los consumidores.
Gladis Britez, presidente de la Asociación, cuenta que “todos nuestros envasados se elaboran a partir de las frutas presentes en nuestras chacras. Tratamos de apostar por productos de calidad y que recuperen recetas de nuestras abuelas como lo es la mandioca en miel de caña”. Además, la productora contó que los dulces de las Mujeres Soñadoras se comercializan a través de la Feria Franca, la Red de Emprendedores Yeyokuá y en puntos de venta en San Ignacio, Santa Ana y la ciudad de Posadas.

Los productos
Entre sus dulces, se destacan la rosella, el mamón con kinotos, la naranja y la mandarina con zanahoria pero también hay en marcha un proceso de aprovechamiento y conocimiento de las frutas nativas. Uvajai, yaboticaba, arazá, guaviroba, jacaratiá, pitanga, caraguatá, cerella, pindó y mbocayá son algunas de las frutas que ofrece el monte y cuya identificación, caracterización y uso fueron detallados para la elaboración de conservas, mermeladas y vinagres entre otros tipos de productos.
Desde la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial de la Nación se brinda una permanente acompañamiento técnico que comprende el fortalecimiento de aspectos productivos, socios organizativos, jurídico contables y normas de elaboración. Marcela Finke, una de las técnicas involucradas, explicó que “junto con la División Alimentos del Ministerio de Salud Pública se trabaja en los análisis de agua y bromatológicos para lograr el  registro de los productos en el marco de lo establecido por la Ley provincial de Alimentos Artesanales”. A su vez, Finke consideró que “a través de la capacitación se puso en valor a la fruta del monte, aprendiendo a identificarla y a elaborar con ellas diferentes productos para la comercialización”.
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