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“Abdo Benítez cometió crimen de lesa humanidad y no puede quedar impune”

martes 08 de septiembre de 2020 | 7:00hs.
Miriam Villalba -segunda de izq. a der-, madre y tía de las dos niñas asesinadas por el Ejército paraguayo, pidió garantías sobre su seguridad tras reunirse con Derechos Humanos de la Provincia.
Miriam Villalba -segunda de izq. a der-, madre y tía de las dos niñas asesinadas por el Ejército paraguayo, pidió garantías sobre su seguridad tras reunirse con Derechos Humanos de la Provincia.
Agustín Mazo

Por Agustín Mazo fojacero@elterritorio.com.ar

La inmediata intervención del Equipo Argentino de Antropológico Forense como una segunda opinión en los trabajos médicos, sumada al pedido de mayor seguridad para su familia y sus seres más cercanos en Puerto Rico fueron dos de los principales ejes de reclamo que visibilizó ayer por la mañana Miriam Villalba, madre y tía de las dos misioneras acribilladas hace casi una semana en la ciudad paraguaya de Yby Yaú por integrantes de un grupo de elite del Ejército Paraguayo, minutos después de mantener una reunión con autoridades del Ministerio de Derechos Humanos de la provincia.

La mujer se trasladó a primera hora de la mañana de ayer a la capital provincial para mantener una reunión con la ministra Graciela Leyes, a los fines de exponer la fuerte preocupación que padece desde hace varios días, posteriores a la muerte de las pequeñas, ante la visita de desconocidos en su vivienda.

Y tanto ella como su entorno lo definen como actos de intimidación y persecución de parte de quienes considera están detrás del ocultamiento de la verdad sobre lo ocurrido con las pequeñas.

Durante una charla que mantuvo con varios medios de comunicación frente a Casa de Gobierno, la mujer adelantó que por pedido de familiares de los padres de las víctimas, por el momento se va desistir del pedido de repatriación de los cuerpos. Y comentó que los cuerpos ya fueron sepultados nuevamente en un cementerio del departamento de San Pedro.

Por otro lado, adelantó una serie de mediaciones a través de Cancillería y el Consulado Paraguayo para avanzar en varios pedidos formales que reclama la familia Villalba por todo lo sucedido.

“Nuestro principal objetivo es decirle a las autoridades y principalmente a la ministra de Derechos Humanos que nosotros estamos acá, que vivimos en Misiones, que formamos parte de la comunidad de Puerto Rico. También expresar nuestra preocupación por la seguridad de nuestros hijos para que se pare por favor con los acosos de las fuerzas policiales, porque tampoco aceptamos cualquier tipo de custodia policial. Nosotros queremos seguridad para nuestras criaturas”, indicó Miriam, quien comentó que desde hace 11 años vive en la tierra colorada.

La mujer, que es abogada, manifestó que personas que se identificaron como miembros de la Policía de Misiones se presentaron en la Escuela 228 de Puerto Rico, en donde las pequeñas cursaban el quinto grado, para hacer preguntas sobre éstas ante la directora del establecimiento.

Incluso comentó que durante la mañana de ayer, en el momento en que arribaba a la capital provincial para asistir a la reunión, una de sus hermanas la llamó para avisarle que uniformados habían llegado hasta su casa preguntando por ella.

Sobre las ‘visitas’ agregó que “la directora me dijo que fueron directamente a indagar sobre mi hija a la escuela. Yo le llamé a la directora y le pregunté qué pasó. Me dijo que se presentó un comisario en su casa, que le presentó documentos de Lilian Mariana y que preguntó en qué grado estaba”.

En relación a los pedidos concretos que se hicieron ayer ante las autoridades, contó que se está “solicitando que el equipo médico antropológico de la Argentina intervenga para que se pueda hacer un estudio serio y se pueda determinar seriamente si mis niñas fueron tomadas vivas. Porque nosotros accedimos a fotos muy fuertes y estamos seguras de que fueron tomadas vivas y que fueron torturadas. Los propios policías, los propios militares comentaron en la zona que las niñas fueron tomadas vivas. Desde un principio sabían que eran dos criaturas y quisieron tapar todo”.

Por otra parte, la madre agradeció la gran predisposición y ayuda que tuvo desde un principio desde el consulado y la embajada argentina durante los últimos días para acceder a los cuerpos.

Y recordó que tanto para su familia como para su amiga y abogada de la familia Deisy Irala fue una constante lucha poder acceder a datos sobre el procedimiento realizado por los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), debido a la poca información que le brindaba, a criterio de la Miriam, la Fiscalía que interviene en la investigación.

“Yo creo que debe esclarecerse eso y buscarse a los culpables. No podemos seguir como en la época de Stroessner, no pueden desaparecer, ejecutar o torturar a criaturas. Si Paraguay es un estado de derecho, tiene que comportarse como tal. Ellos son terroristas... Mario Abdo Benítez cometió crimen de lesa humanidad y no puede quedar impune”, afirmó la mujer.

Seguridad familiar
Durante la charla que mantuvo con los medios, Miriam se excusó de dar mayores detalles sobre la comunicación que mantiene con allegados a los padres de las menores en Paraguay y argumentó que el gobierno del vecino país “es una jauría de lobos que está para disparar por cualquier parte para cubrir todas las atrocidades que cometieron porque ellos asesinaron a mi hijita y a mi sobrina”.

También recordó que a partir de la decisión que tomaron sus hermanos de formar parte del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), en 2008 tuvo que salir de su ciudad natal en el departamento de Concepción por el constante acoso de las fuerzas represivas.

Sobre eso añadió que los más apuntados siempre fueron los niños y que por ello decidieron trasladarse a la ciudad formoseña de Clorinda.

Además recordó que uno de sus sobrinos, de 10 años, también fue abatido hace ya varios años durante un operativo similar llevado a cabo por el integrantes del Ejército paraguayo.

También aclaró que luego de terminar el año lectivo en Puerto Rico, en noviembre pasado, decidieron cruzar a Paraguay para las vacaciones y además cumplir el anhelo de las criaturas que era poder conocer a sus padres.

También contó que durante un tiempo estuvieron bien en la vivienda de un familiar, pero que poco después perdió contacto con ellas.

“Ellos asesinaron, ejecutaron a mi niñita y a mi sobrina. Estamos seguras de que fueron torturadas, las ejecutaron y las vistieron con ropa de camuflaje”, apuntó con firmeza la madre de Lilian, quien también sostuvo que luego de deshacerse de las prendas que llevaban, quienes concretaron el operativo en Yby Yaú arrojaron el cuerpo de su hija a una fosa dentro de un cajón de cartón.

Pedidos y diálogos
Según pudo saber este matutino con fuentes que participaron de la reunión entre Miriam Villalba y representantes de Derechos Humanos de la Provincia, se supo que durante la charla se habló del tema seguridad.

Desde el área que maneja la ministra Leyes se comprometieron a coordinar con el ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, y la Jefatura de Policía los pasos a seguir en torno a la protección del entorno cercano a las víctimas en Misiones.

“La idea es disminuir la cantidad de daños en lo que tiene que ver con revictimización y también por la pérdida de la intimidad de estas familias que tan mal la están pasando. También se evaluó la posibilidad de un contacto con el gobierno nacional, principalmente con el secretario de Derechos Humanos de Nación, Horacio Pietragalla, para que a partir de ello, desde el Estado, se pueda garantizar una reparación por lo sucedido”, sostuvo Pablo García, militante de Somos Parte de Derechos Humanos.

Por otra parte, ya en horas del mediodía, Miriam Villalba mantuvo una larga reunión con Rolando Agustín Goiburú, cónsul paraguayo en Posadas, quien recibió el planteo de las organizaciones sociales y de Derechos Humanos que acompañaron a la mujer y que expresaron el repudio ante el accionar del gobierno paraguayo por lo acontecido con las menores.

Al respecto, trascendió que Goiburú se comprometió a trasladar los planteos a Cancillería en busca de soluciones para la familia Villalba.

En paralelo al encuentro en Posadas, en la capital del país se realizó otra reunión entre integrantes de la Liga por los Derechos del Hombre con Cancillería en la búsqueda de próximos pasos a seguir en torno al caso.



Ejecutivo pidió una sesión especial

El ministro de Defensa de Paraguay, Bernardino Soto Estigarribia, informó ayer que el presidente Mario Abdo Benítez pidió al Congreso Nacional una sesión reservada para brindar detalles sobre el último operativo de la FTC en el que murieron las dos niñas.

Durante una conferencia de prensa, el ministro explicó que el presidente le instruyó solicitar una sesión reservada al Poder Legislativo. Comentó que durante esa reunión, el Ejecutivo brindará todas las informaciones requeridas sobre el último operativo de la Fuerza de Tarea Conjunta.

A partir de esto, el Ejecutivo pretende transparentar el controvertido operativo de la FTC registrado la semana pasada en Yby Yaú, Concepción. Por su parte, el titular del Congreso, Óscar Salomón, informó que la sesión será convocada para el mañana y explicó que las autoridades convocadas son el ministro del Interior, Euclides Acevedo, y la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez.

Además, serán citadas las autoridades de la FTC, el jefe de Inteligencia de la Policía, comisario Nimio Cardozo; el médico forense Pablo Lemir y el fiscal Antisecuestro, Federico Delfino, entre otros.


Opinión

Pericias que los peritos del caso callan

Por Roberto Maack

“A Lilian la agarraron viva, la torturaron y la mataron”. La frase fue pronunciada ayer por Miriam Villalba, familiar de las niñas asesinadas por el grupo de elite del Ejército paraguayo en un supuesto enfrentamiento en el departamento de Concepción. Y tiene el peso de la contundencia. Miriam es madre de María Carmen (la otra nena asesinada), tía de Lilian Marina y hermana de dos los líderes del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Es abogada y reside en Misiones desde hace once años junto a su madre, Mariana de Jesús Ayala López, abuela de las menores.

La acusación se sustenta y crece sobre las serias irregularidades que cometió el gobierno paraguayo (el Poder Ejecutivo y la Justicia), uno detrás de otro, desde el fatídico 2 de septiembre en la selva de Yby Yaú.

Se pasó de la imagen de triunfo del presidente Mario Abdo Benítez, desde el lugar del doble homicidio con una pistola en la cintura celebrando el “golpe” al EPP, a esta realidad de hoy donde Naciones Unidas exige se busque a los responsables de las muertes y la propia crisis que se desató dentro del establishment paraguayo.

Las pericias ¿hablan?

La primera pericia a los cadáveres la hizo el médico forense Christian Ferreira, de la Fiscalía de Horqueta. En conferencia de prensa informó que Lilian Mariana tenía seis impactos de bala. “Dos disparos en el glúteo lado derecho, uno en la región axilar derecha, uno en el tórax y dos en la pierna izquierda, uno en el muslo y otro por debajo de la rodilla”.

Se ocupó en aclarar que por la forma de los impactos de “atrás hacia adelante”, las heridas se habrían producido cuando las menores escapaban. El detalle no es menor: el funcionario admitió formalmente que se mató a dos niñas por la espalda. Lo que es grave si el que dispara es una fuerza de elite del Estado. Salvo que esta media verdad esconda una más grave.

Y es lo que surge de la segunda pericia hecha en Asunción que dejó además serios cuestionamientos. Fue realizada por el director de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público, Pablo Lemir.

El forense fue contundente. Confirmó los disparos de arma de fuego “que ingresaron desde atrás” y dos disparos (que el anterior forense no vio u omitió) desde adelante hacía atrás. Y aportó algo más que se sonó a un reclamo para la propia Justicia: su sorpresa porque no se guardaron las prendas de vestir de las niñas. Dijo que debieron guardarse “ya que podían ayudar a determinar la distancia de los disparos”.

Detalle no menor. Las ejecuciones tienen la marca de la corta distancia.

El fiscal Federico Delfino, a cargo de la investigación, admitió que las prendas que llevaban las fallecidas se destruyeron luego de tomar fotos y muestras.

“Se tenían que guardar -dijo Lemir-. (Según el protocolo Covid-19) se ponen en bolsas de papel para que se sequen y respiren. Se guardan en un lugar aislado y lejos del sol, en un sitio ventilado. Ese es el protocolo”.

Además el perito aportó un detalle más que viene a confirmar lo que dijo la familia desde un principio: que las niñas no eran guerrilleras, que vivían en Argentina desde hace años y que estaban en Paraguay para conocer a sus padres.

“Estaban bien nutridas. Además, sus dentaduras eran muy buenas, en el caso de las dos. No había ni pérdida de piezas dentarias por caries ni nada por el estilo. Lo cual me indica a mí indirectamente que no estuvieron demasiado tiempo en el monte”.

Ayer Miriam Villalba cumplió con los requisitos formales para que el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense pueda examinar los cadáveres de las niñas en último intento por recuperar la verdad que se guardan en dos ataúdes en el norte paraguayo y que el gobierno del vecino país ha intentado ocultar sistemáticamente.