Los duendes del espejo

domingo 03 de marzo de 2024 | 3:52hs.
Los duendes del espejo
Los duendes del espejo

Como en una película de suspenso y misterio, el viejo reloj de la casa comenzó a dar las doce campanadas de medianoche. Casi imperceptible fue el ruido que se escuchó desde atrás del espejo que se entreabrió lentamente y por una rendija que quedó entre este y el marco, varios duendes, de esos que dan vida a las personas que se miran en el espejo, comenzaron a salir.

No sé si sabías que todos tienen un duende asignado y que cada vez que te miras en el espejo, te devuelve una imagen. Para ello se prepara y trata de parecerse a ti y cada vez que te miras en el espejo, él aparece para mostrarte una imagen, imitando todos tus movimientos, pero no eres tú. ¿No te pasó alguna vez que al pararte frente a un espejo dijiste “Ese no soy yo”?  Seguramente alguna vez te observaste más gordo, más viejo o con ojeras… aunque hay que reconocer, otras veces te viste más lindo de lo habitual. Quédate tranquilo, no eras vos, era tu duende asignado que ese día que no te viste como querías no durmió bien, discutió con otro duende o simplemente no se preparó como correspondía para recibirte y devolverte la imagen que querías y por eso no te agradó mirarte en el espejo.

Pero volviendo al cuento, luego de las doce campanadas, todos los duendes salen a distenderse y divertirse luego de tanto trabajo desde atrás del espejo. Pero no creas que salen todas las noches, solo lo hacen en las noches de luna llena, cuando participan del gran encuentro de los “duendes de espejo”. Allí bailan, cantan, beben y se divierten, eso sí, antes que el reloj haga sonar la primer campanada del día, sin importar el estado en el que están, deben regresar al espejo. ¿No te ha pasado en alguna noche al pasar frente al espejo en ese horario, que no se reflejó tu imagen en el espejo?, claro, es porque tu duende aún no había regresado. Igualmente te recomiendo que no trates de comprobarlo pues puede ocurrir que seas atrapado por el espejo y te quedes encerrado en él para siempre y entonces tu duende ocupará tu lugar en la vida real y nadie se dará cuenta de nada.

Los que conocen este hechizo quedan felices y celebran cuando esto le pasa a una persona mala, pues el duende que lo suplanta es mucho más bueno, pues los “duendes de espejos” son muy buenos. En cambio los que no saben piensan: “¡Cómo cambió Fulano!”, de la noche a la mañana se convirtió en una buena persona.

Pero esta vez sucedió lo impensado. Nadie sabe por qué razón uno de los duendes del espejo desapareció. Lo buscaron por todos los rincones pero él no apareció. Alguien gritó que estaba por sonar la campanada del reloj y había que regresar. ¡Justo a tiempo! Todos entraron al espejo que se cerró hasta la próxima luna llena…todos menos uno, justo el que tenía la tarea más difícil, devolver la imagen del abuelo de la familia.

¿Qué pasará cuando el dueño este se levante y no encuentre su imagen? Al más pequeño de los duendes se le ocurrió la idea de reemplazar al hermano perdido. Tendrían que trabajar más, ponerse un disfraz, pues no había otra solución. Armaron los turnos sabiendo qué moradores salían de la casa a la mañana o a la tarde. El plan quedó en marcha.

Apenas se levantó el abuelo y luego de unos mates fue al espejo para acomodar sus pocos cabellos antes de salir a trabajar a la huerta. Casi le da un infarto cuando ve su imagen en el espejo, un hombre rejuvenecido, con pocas arrugas. Pensó en los tragos de la noche, seguramente no se le habían pasado aún. Muy preocupado fue a la huerta. Allí, mientras quitaba los yuyos que crecían entre las lechugas y los rabanitos, no podía dejar de pensar en su imagen en el espejo. A media mañana decidió volver a mirarse y lentamente se dirigió a la casa. Apenas uno de los duendes lo vio venir gritó:

-¿A quién le toca el turno?... allí se acerca el abuelo.

Raudamente uno de ellos se colocó una peluca y quedó expectante a la espera del hombre que se acercaba. Sus compañeros se agarraron la cabeza cuando notaron que estaba con pollera y unas trenzas… se había puesto el disfraz equivocado.

Los ojos del abuelo parecieron salírseles de sus órbitas. En el espejo, una mujer lo miraba mientras reproducía todos sus ademanes. Llamó a su familia pero solo escuchó el silencio, no había nadie más que él en la casa. Desesperado fue por su botella de licor y se sirvió un vaso que lo bebió de un solo saque. Mientras sentía el ardor de la bebida en sus entrañas se encaminó nuevamente al espejo. Una nueva sorpresa lo esperaba: no había ninguna imagen, los duendes aterrados por lo que estaba sucediendo se escondieron sin saber qué hacer.

Al borde de la locura, el hombre tomó el hacha que utilizaba en la huerta y descargó su furia contra el espejo endemoniado reduciéndolo a astillas y curuvicas de vidrio. Los duendes apenas pudieron escapar. Uno de ellos se lastimó al saltarle un trozo de vidrio y herirle en la pierna.

Al mediodía, cuando regresaron los hijos y nietos, encontraron al abuelo sentado en el suelo con su botella de licor junto al espejo hecho añicos. Unas extrañas manchas verdes entre los vidrios rotos les llamó la atención.

¿Qué le había pasado al abuelo?, nadie entendía sus balbuceos y el desastre que había hecho con el espejo. Lo llevaron a la cama en la que pronto se durmió profundamente. Mientras tanto en el patio, escondidos entre las verdes hojas de las azaleas, los duendes esperaban que traigan otro espejo para inmediatamente entrar en él.

Cuentan los nietos que cuando el abuelo despertó les contó del extraño sueño que tuvo. En el lugar de siempre, un nuevo espejo lucía resplandeciente. Los duendes ya se habían ubicado y trabajaban a full devolviendo las imágenes a los integrantes de la familia que se paraban a observarse. ¡Ah!... además volvió el duende del abuelo, nunca quiso contar dónde había estado… eso sí, el abuelo desde ese día visita al psicólogo una vez por semana… pues tiene terror de mirarse en el espejo.

 

José Pereyra

Inédito. Pereyra es docente jubilado y reside en Virasoro, Corrientes. Obras publicadas:  “Cuentos y relatos que dejan huellas” – Editorial “Ediciones Misioneras” y Ramos Generales: Mboyeré, editado en 2020.

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