El barco vikingo donde se cruzan polcas con zamba y chaya

Snus Brothers es la única agrupación del país que hace música nórdica, con instrumentos específicos de países escandinavos. Además de imponerle una impronta propia a ese folclore, la banda crea fusiones con ritmos típicamente argentos
domingo 17 de septiembre de 2023 | 10:15hs.
El barco vikingo donde se cruzan polcas con zamba y chaya
El barco vikingo donde se cruzan polcas con zamba y chaya

La historia se desenvuelve con un ritmo particular en cada punto geográfico. La banda sonora de cada pueblo, nación representa su identidad.

Así, desde la prehistoria, rituales, meditaciones, guerras, alianzas y sobre todo celebraciones tienen su música original. Es que la esencia de cada cultura se descubre también a través de su universo sonoro.

Los países del norte de Europa, específicamente la península escandinava comparten características en cuanto a origen, mitología y también por supuesto, sones.

Si bien hoy la tradición nórdica está más difundida a través de las leyendas y hazañas de sus dioses o de sus antepasados vikingos, la música jugó un lugar primordial en estos pueblos, desarrollando instrumentos únicos que hoy se fusionan con ritmos locales.

Un chotis o una polca nórdica por ejemplo con bases de cumbia o ritmo de chaya, un vals sueco en tono de zamba son parte del laboratorio que los Snus Brothers despliegan en la colectividad nórdica del Parque de Naciones.

La música de Snus suena cada noche en la casa nórdica.

Inspirados entre fiordos y selva misionera, los oriundos de Buenos Aires llegan cada año para celebrar la Fiesta Nacional del Inmigrante con su particular cancionero.

Sebastián Núñez Szymanski, Pablo Verón y Martín Fuchinecco son los ‘hermanos’ que se dedican a reinterpretar la música tradicional de Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia y Dinamarca, mechando con sonidos locales y propios. Prontos a sacar un nuevo material discográfico, alegan que la mayoría de sus canciones las crearon en tierra obereña.

 La banda surgió entre la cocción de cerveza, un poco en broma, pero fue ganando entidad año a año, y son los únicos del país en hacer este tipo de arte. Sebastián y Martín conocían sobre instrumentos típicos nórdicos a los que llegaron, en parte por su pasión metalera adolescente. Ahora, del viking metal a Snus Brothers hay un largo camino recorrido que se jacta de melodías tan ricas como sorprendentes.

A primera vista, los instrumentos que ejecutan los Snus, llaman la atención. Una ‘viola de teclas de de origen sueco’: nyckelharpa, que se estima tiene un primer registro en 1350, las cuerdas del kantele -oriundo de Finlandia-, el ukulele barítono o el guitarzouki (fusión de guitarra y bouzouki irlandés), por ejemplo, son algunos de los que protagonizan estas novedosas canciones.

Empapados de la cultura, Martín y Sebastián cocinaban cerveza en un espacio que funcionaba también como sala de ensayo de una banda con tinte similar, de la que era parte Marttín.  En los tiempos muertos, con los instrumentos a mano, comenzaron a improvisar mientras mascaban el snus, un tabaco sueco al que también eran ya asiduos. Así comenzó tímidamente el proyecto que ya tiene varios años en escena, recorriendo festivales, casamientos polacos y otras festividades.

Para Pablo fue muy distinto porque viene del folclore y del rock nacional. “Yo no conocía nada de música nórdico y me encantaba no conocer nada porque entonces yo podía ponerle mi impronta”, describió Verón.

“Creo que la música que hacemos, obviamente tiene folk de diferentes países, pero son como aires porque de repente hay chotis o polcas que la base percusiva no son de chotis o de polca”, describió entendiendo que toda la música comparte un núcleo que permite cualquier fusión.

Lo primero que le preguntan al escucharlos es si hacen música celta, algo que no existe porque claramente el registro de las melodías llegó después de las culturas celta o vikinga.

“Somos medio como bichos raros porque no hay otras bandas así en el país, pero al mismo tiempo es un tipo de música que se puede adaptar a muchos ambientes”, graficó Martín al tiempo que recordó que tocaron en festejos de San Patricio aunque no hacen música irlandesa, festivales medievales, iglesias, cervecerías, entre otros.

Además, en tono jocoso asumen que hay una dicotomía de identidad porque también son cercanos a la colectividad polaca en Buenos Aires, de la que Sebastián es parte. Incluso para la casa polaca misionera, compusieron temas especiales, con los que se luce actualmente el ballet obereño ZPiT Nasza MaÅ‚a Polska.

“Tenemos un disco que está en plataformas con temas tradicionales reversionados y ahora estamos trabajando en un segundo disco de temas propios, con otra búsqueda de composición, con elementos como cajón peruano, bombo legüero y fusionando otros sonidos. Más de la mitad fue compuesto acá en Oberá. En cada fiesta que venimos nos llevamos temas nuevos”, configuró Martín.

Grandes músicos de folk nórdico que los chicos supieron admirar hoy los siguen y les hablan a la par. Sin embargo la idea nunca fue emular las corrientes actuales escandinavas sino crear un sonido único y singular.

Y en ese camino, una vez más, las influencias de distintas etnias convergen en una pieza de arte única. El cuerno de Heimdal a la par del bombo criollo.

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